La Xunta debe afrontar en una década el relevo por jubilación del 40% de su plantilla
Casi 10.500 empleados públicos superan ya los 55 años de edad | Los trabajadores de los servicios centrales de Sanidade y de la Consellería de Emprego, los de mayor edad

Un empleado público en la entrada de la Xunta, en San Caetano. / XOAN ALVAREZ

La plantilla de la Administración autonómica envejece. Sus empleados públicos tienen de media casi 52 años. Esto obligará a la Xunta a afrontar en la próxima década el relevo de más del 40 por ciento de su cuadro de personal. Un total de 10.461 trabajadores de sus servicios centrales –se excluyen los profesionales del Sergas, del ámbito de la justicia y los docentes– superan ya los 55 años y, por lo tanto, les tocará jubilarse antes de 2033. El Ejecutivo gallego tendrá que incrementar así sus ofertas públicas de empleo para cubrir las vacantes, lo que abrirá una ventana de oportunidad para todos los gallegos que aspiren a conseguir una plaza fija en la administración.
Los empleados públicos que trabajan actualmente en la Xunta ya peinan canas. De los 26.238 profesionales de la administración general, solo dos de cada diez están por debajo de los 45 años –y de ellos únicamente el 3 por ciento tiene menos de 35–. Mientras el 37 por ciento tienen un rango de edad de entre 45 y 54 años. Y el grupo más numeroso es el que supera los 55 años –el 43 por ciento de toda la plantilla–. Así se refleja en el diagnóstico del cuadro de personal elaborado por la Xunta para su Plan de Igualdade.
Los más veteranos son un grupo de 681 empleados que siguen trabajando pese a haber superado los 65 años de edad.
Estos datos son el reflejo de años en los que las plantillas de las administraciones públicas estuvieron constreñidas por las medidas de austeridad que se impulsaron tras la recesión económica de 2009. Para ahorrar y equilibrar cuentas se cerró el grifo de las oposiciones y se dejaron de cubrir vacantes. Estas restricciones se prolongaron hasta 2016. Durante esos años apenas entró savia nueva en la Xunta y eso explica el envejecimiento actual de la plantilla.
La edad media de los trabajadores se sitúa en torno a los 52 años, siendo ligeramente superior para los hombres (51,99) frente a las mujeres (51,54).
Por consellerías
Pero además hay diferencias por consellerías. Los departamentos con las plantillas de mayor edad son los servicios centrales de Sanidade (no se incluye aquí al personal que trabaja en hospitales y centros de salud) con 54,6 años. Los empleados de Emprego y de la Vicepresidencia y Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes superan también los 54 años.
Por el contrario, la consellería con el cuadro de personal más joven es la de Política Social. Es la única que baja de los 50 años –concretamente 49–. Le sigue Medio Rural con una media de 50.
En cuanto a la categoría laboral los empleados autonómicos de más edad son los laborales fijos, que superan los 55 años. La intención de la Xunta es homogeneizar los vínculos laborales dentro de la administración y da la opción a estos trabajadores de convertirse en funcionarios, que ahora tienen de media 53,5 años. Los más jóvenes son los interinos (50 años) y el personal laboral temporal, con 49.
Preparar unas oposiciones puede llevar su tiempo. No siempre se aprueban a la primera y los aspirantes, en ocasiones, pasan años hasta conseguir una plaza. Eso explica que haya tan pocos jóvenes menores de 35 años trabajando en la Administración autonómica. Si la media de edad en la Xunta son 52 años, su antigüedad en la plantilla es de 20 años, lo que indica que la mayoría tomaron posesión pasada la treintena.
Por consellerías los trabajadores que acumulan más antigüedad son los de la Consellería de Infraestruturas, con una media de casi 25 años en la Administración pública, seguidos de la Consellería de Presidencia e Xustiza y la de Promoción y Emprego. Por el contrario, los empleados de Política Social y Economía son los que llevan menos años trabajados.
La estabilización copa los procesos selectivos
Además de la antigüedad de sus plantillas, la Xunta tiene que afrontar otro problema: la elevada temporalidad en sus cuadros de personal. De hecho, la Ley de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público aprobada en 2021 por el Gobierno obliga a las administraciones a estabilizar a sus trabajadores.
De ahí, que el grueso de los procesos selectivos convocados este año están encaminados a reducir la temporalidad en la Administración gallega por debajo del 8 por ciento. Así, se convocaron 5.647 plazas. De ellas, 5.029 se harán por el sistema de concurso de méritos, sin necesidad de pasar por un examen, y las 618 restantes a través de un concurso-oposición. Esta oferta está, por lo tanto, pensada para dar estabilidad a la actual plantilla pero no para incorporar a nuevos trabajadores.
La convocatoria para 2023 para cubrir vacantes se limita a un total de 702 puestos. La mayoría, 130, son para la escala técnica de orientación laboral, hay 70 en la especialidad de personal de limpieza y cocina, 55 para servicios generales y 38 para agentes técnicos de gestión ambiental, entre otros.
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