Cada vez son más los mayores que consumen tranquilizantes en Galicia. El abuso de este tipo de sedantes, no solo eleva el riesgo de adicción, sino que en el caso de la población de más edad puede acarrear graves efectos adversos como alteraciones cognitivas e incremento del riesgo de fracturas y caídas. Por esta razón, el Ministerio de Sanidad ha puesto el foco sobre el uso de estos fármacos entre los pacientes de 65 años y más. Según sus últimos datos, en la comunidad gallega los toman el 10,59 por ciento, la cifra más alta desde que hay registros: son, en total, 72.800 mayores.
El uso de benzodiacepinas es uno de los indicadores de seguridad sobre los que el Ministerio de Sanidad hace un especial seguimiento. Se trata de medicamentos psicotrópicos (es decir, actúan sobre el sistema nervioso central) con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos, amnésicos y miorrelajantes. Estos fármacos se usan como antidepresivos. Pero también pueden ser recetados como relajante muscular en caso de contracturas o incluso para ayudar a conciliar el sueño. Medicamentos, por ejemplo, como el Trankimazin, el Diacepam, el Valium o el Orfidal son benzodiacepinas.
Pero no están exentos de riesgos. Pueden provocar dependencia psicológica y física, incluso a dosis bajas, generando síndrome de abstinencia si no se consumen. La adicción a estos tranquilizantes se crea con rapidez, en apenas tres semanas pueden padecer síntomas de abstinencia. Pero además tienen otros efectos adversos como somnolencia, vértigo, dolor de cabeza, visión borrosa o confusión.
En Galicia, según los últimos datos que acaba de publicar el Ministerio de Sanidad correspondientes a 2021, al 10,59 por ciento de la población de 65 años o más se les ha dispensado al menos un envase en el último año. Esta cifra supone un incremento del 7,4 por ciento respecto al año anterior. Esto significa que hay 5.000 mayores gallegos más tomando sedantes. La pandemia ha podido contribuir a esta subida, pues se ha detectado un aumento de problemas de salud mental en toda la población a raíz de la crisis sanitaria del COVID.
En todo caso, en 2021 Galicia no fue la comunidad con mayor consumo de tranquilizantes entre la población de más edad. Ocupa el noveno puesto de la tabla, lejos de Andalucía donde el porcentaje de uso llega casi al 18 por ciento o Asturias o Murcia, que se sitúan cerca del 15 por ciento.
Colesterol
Pero el abuso de sedantes no es el único factor de riesgo a nivel farmacológico entre la población mayor. El Ministerio de Sanidad también controla el consumo de hipolipemiantes, es decir, los fármacos contra el colesterol. Advierte que las personas mayores sin eventos previos con el colesterol elevado y sin otro factor de riesgo cardiovascular no tienen recomendado el inicio del tratamiento con estos fármacos, salvo que existan otras indicaciones específicas.
Sin embargo, en Galicia la mitad de los mayores de 75 años y más sin enfermedad cardiovascular están tomando fármacos contra el colesterol, pese a que Sanidad no lo recomienda. También es la cifra más alta desde que hay registros.
En todo caso, pese a las recomendaciones del ministerio, los médicos advierten que hay controversia sobre el uso de hipolipemiantes. Hay estudios que dicen que tener lípidos elevados en sangre aumenta el riesgo cardiovascular y se debe dar tratamiento preventivo con fármacos y otros científicos creen que no pasa nada si el colesterol está elevado si no hay patología cardiovascular.
Los gallegos de más de 75 años polimedicados crecen un 33 por ciento en solo un año
Una de las consecuencias del envejecimiento poblacional es el incremento del número de mayores polimedicados. Y cuántas más medicinas tomen, más aumentan los problemas de seguridad: hay un mayor riesgo de reacciones adversas, además de una mayor probabilidad de cometer errores con las pastillas que podría hacer menos efectivo el tratamiento.
Según los Indicadores de Salud que publica el Ministerio de Sanidad, un total de 113.300 gallegos de 75 años o más están medicándose con seis o más fármacos. Son un tercio del total de mayores de esa franja de edad. Pero además es el la cifra más elevada de polimedicados de los últimos seis años.
En 2016 eran solo el 20 por ciento, unos 72.000 ancianos los que tomaban seis o más medicamentos. En 2018 se llegó al 27 por ciento, pero a partir de ese año consiguió reducirse la cifra hasta el 23,36 por ciento del año 2020. Sin embargo, en 2021 el número de polimedicados se disparó un 33 por ciento. En un solo año se elevó la cifra de mayores que se medican con seis o más fármacos en 28.000 personas.
La Consellería de Sanidade ha llevado a cabo planes de seguimiento de los pacientes polimedicados. Fue a partir de 2011 cuando decidió revisar la medicación de estos mayores para vigilar si había interacciones entre los medicamentos que tomaban, duplicidades o si hubiera posibilidades de reducir el volumen de pastillas que consumían estos enfermos.
Por otro lado, está funcionando ya en las farmacias el programa de dosificación personalizada de medicamentos. Se trata de una especie de pastilleros que ordenan los fármacos por tomas y por día de la semana. El objetivo de este plan es mejorar la adherencia a los tratamientos para garantizar su efectividad evitando confusiones o olvidos con los fármacos. La primera fase del programa se destina a pacientes mayores de 74 años, que precisan más de trece medicamentos y ofrezcan problemas de incumplimiento terapéutico o dificultades para el correcto uso de los medicamentos debido a un déficit de autonomía física o psíquica, careciendo de redes de apoyo sociofamiliares adecuadas o vivan solos.