Cada día de los últimos cinco meses, las oficinas de la Xunta recibían 33 inscripciones nuevas para tratar de acceder a algún departamento de la administración autonómica, al margen de sanidad y educación, cubriendo una sustitución. Se trata de un mecanismo para ir accediendo poco a poco al empleo público, ganando puntos por experiencia y así contar con mayores posibilidades de lograr un puesto fijo en alguna de las múltiples oposiciones que se están convocando y que se convocarán en los próximos años para tratar de cubrir el relevo generacional.
En enero, la cifra de inscripciones ascendía a 153.121, pero en la actualidad el dato ha crecido en casi 5.000 nombres más hasta alcanzar las 158.000, según los datos de la Consellería de Facenda, si bien esos datos no tienen que corresponderse exactamente con el mismo número de personas, pues un mismo ciudadano puede apuntarse a varios departamentos, aunque sirve igualmente de indicativo del incremento del interés este año.
Estas fichas de aspirantes se refieren a la administración general de la Xunta, que incluye no solo el personal administrativo en sus sedes, sino también a centros de bienestar social, lucha contra los incendios forestales o veterinarios. Tanto la sanidad como la educación cuentan con sus propios ficheros.
Para acceder a la administración gallega, es necesario aprobar una oposición, pero para conseguir plaza fija debe lograrse una nota mejor que los otros candidatos. Si esto no se logra, pueden apuntarse a las listas de contratación de la Xunta que sirven para llamar a trabajadores para cubrir bajas por enfermedad de funcionarios o puestos que todavía no han sido adjudicados. El tiempo trabajado como temporal cubriendo estas vacantes ayuda a estos aspirantes a sumar puntos para conseguir plaza fija en futuras convocatorias de empleo. La oferta de este año incluye 1.124 plazas, con 702 de libre acceso, y 1.350 de funcionarización.
Pero existen puestos para los que un ciudadano puede apuntarse sin haber aprobado una oposición, cumpliendo solo los requisitos de titulación y conocimiento de gallego exigidos. En este caso, solo pueden inscribirse en listas abiertas.
La Xunta defiende este sistema porque le permite cubrir bajas laborales inesperadas con agilidad. “De no existir mecanismos de este tipo, la continuidad del servicio público podría quedar comprometida por la previsible demora en la cobertura de plazas vacantes”, apunta la administración.
De hecho, los inscritos en este sistema son penalizados si rechazan la llamada de la Xunta. El año pasado, estos “castigos” de medio año de congelación en las listas crecieron un 50% hasta los 5.652, debido también a cambios en el sistema de llamamiento, incorporando sms o correos electrónicos y no solo llamadas.