La exdiputada del PP herida en el accidente del Alvia declara en el juicio que sobrevive a base de "fármacos"

Goméz-Limón fue una de las 145 personas heridas en el siniestro, en el que se partió el esternón y dos vértebras del cuello: "Pensé que yo también estaba muerta"

La exdiputada del PP, María Teresa Gómez-Limón

La exdiputada del PP, María Teresa Gómez-Limón

R. S.

La exdiputada del PP en la Asamblea de Madrid Teresa Gómez-Limón abrió este martes una nueva sesión del juicio por el accidente del Alvia en Angrois, en una comparecencia en la que narró las graves secuelas físicas y emocionales que le dejó en siniestro, así como los momentos de confusión vividos tras el descarrilamiento, que ocasionó 80 muertos y 140 heridos. “De pronto hubo un golpe y aquello se vino abajo. Yo notaba que me hundía, y me empezaron a caer hierros y cosas. Después, hubo un silencio absoluto, pensé que estaban todos muertos, llegué a pensar que yo misma estaba muerta”, dijo en la etapa del juicio que afronta la responsabilidad civil del caso.

Gómez-Limón ha sido una de las víctimas más combativas y se pasó al grupo mixto cuando su partido, el PP, se negó a crear una comisión de investigación parlamentaria sobre el accidente. En su declaración recordó la ayuda que le prestaron los vecinos de Angrois y los últimos momentos antes del siniestro, así como los posteriores, en los que, “por desgracia”, no llegó a perder el conocimiento. “Lo recuerdo hora a hora, minuto a minuto”, dijo. Esto, añadió, le ha causado importantes secuelas psicológicas, con “ataques de pánico” y necesidad de medicación, así como secuelas físicas “dolorosísimas”.

Entre otras cosas, explicó que los efectos del accidente le imposibilitan viajar en metro, autobús o avión si no es “por obligación”, transitar por túneles o incluso coger el ascensor. “Solo voy cómoda en mi coche conduciendo yo, porque tengo sensación de control, y me da miedo que en un momento dado no pueda conducir, porque no me movería de casa”, comentó.

En la sesión de ayer también comparecieron familiares de algunas de las víctimas mortales del siniestro. Este es el caso de una mujer cuya hija falleció en el accidente y que afeó que no se produjesen dimisiones a nivel político y administrativo tras el mismo, a diferencia de lo que ocurrió recientemente en el caso de los túneles de Cantabria. “Se equivocaron en medir un túnel y hubo dimisiones, y por la muerte de mi hija no dimitió nadie”, se quejó la mujer, que recordó, además, que el conductor del Alvia le “pidió perdón”, “pero nadie más”.

Tanto ella como el padre y el hermano de la fallecida coincidieron en que consideraron que era “más seguro” que la joven viajase ese día hasta Santiago en tren, y no en coche, y solicitaron que “le caiga la mayor pena posible a los imputados”, el conductor y el responsable de seguridad de “una línea que se demostró que no era segura”. “Esto es como todas las muertes, te quedas como parado en el tiempo, continuas, porque en la vida hay que seguir, pero es una herida que está ahí, que se sigue abriendo y cerrando”, resumió el padre de la víctima.

También los padres de otra joven fallecida en el accidente apuntaron que consideraron que el tren era el medio más seguro para viajar, ya que “venía de fiesta” a la capital gallega, y dijo que les genera “rabia e impotencia” que “los políticos y responsables de turno se van de rositas” mientras las familias “tienen que seguir”. “Ella era un sol, y ahora es todo oscuridad”, declaró el padre. Le hubiera gustado poder ver “de cerca” a los procesados, criticando que se les haya dispensado de estar presentes físicamente en esta parte del juicio. Ante esta crítica, la magistrada Elena Fernández Currás asumió en primera persona esta decisión, alegando que les ha “autorizado a no participar en un juicio que va a durar 10 meses”. “Mi hija va a estar más tiempo enterrada”, respondió el hombre.

La vista oral del juicio sobre el tren Alvia que descarriló en la curva de A Grandeira, en las afueras de Compostela, por exceso de velocidad, al circular a más de 190 kilómetros por hora en una zona limitada a 80, se encuentra ahora en una fase civil de evaluación de los daños a las víctimas.

A mediados de este año está prevista la conclusión del juicio, a la cual seguirá una decisión sobre la responsabilidad penal de los dos únicos encausados, el maquinista Francisco José Garzón Amo y el exdirigente de Adif Andrés Cortabitarte.