Miles de pasajeros se quedaron ayer en tierra por la huelga del sector del transporte de viajeros por carretera en Galicia y tuvieron que buscar medios alternativos para poder llegar al trabajo, a una cita médica, a la universidad, al aeropuerto e incluso al colegio. En total, se suspendieron más de 4.000 servicios de líneas interurbanas y transporte escolar.
A la mayoría de viajeros les cogió por sorpresa la huelga y nada sabían de la convocatoria en protesta por las condiciones salariales y laborales de los trabajadores, con convenios paralizados en las cuatro provincias, jornadas laborales de hasta 15 horas y una flota cada vez más anticuada. Otros, pese a ser conocedores, se vieron tirados en las paradas o estaciones al no cumplirse los servicios mínimos, que ya habían sido tachados de “abusivos” por los sindicatos convocantes (CIG, CC OO y UGT).
Finalmente solo se prestaron el 45% de las conexiones estipuladas por la Xunta para la jornada del paro –37% en bus interurbano y un 55% en transporte escolar–, que había fijado unos servicios mínimos del 100% para los escolares en trayectos de más de cuatro kilómetros, los traslados a centros de día y centros de atención para personas con dependencia o discapacidad, así como para rutas en horas punta (antes de las 09.00 horas y a partir de las 18.00). Fuera de ese horario, la operatividad quedó limitada al 53%.
4.000 líneas inoperativas
En total, la Dirección Xeral de Mobilidade había garantizado más de 5.300 conexiones de transporte regular de viajeros junto con todo el transporte escolar, el traslado de trabajadores a primera y última hora del día y de usuarios de centro socioasistenciales. Pero de las dársenas de las estaciones de autobús no salió prácticamente ningún vehículo y las esperas de los viajeros en las paradas se eternizaron porque finalmente los servicios mínimos, de un 80% de media, no se cumplieron.
Fueron más de 4.000 los servicios de líneas dependientes de la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade que no operaron. Un balance al que hay que sumar las cancelaciones en los buses urbanos de las ciudades que no tienen convenio propio y estén al amparo del provincial, como es el caso de Ferrol y Santiago.
Nueva convocatoria de paro
Sobre la mesa, el sector, que en Galicia suma 250 empresas con una flota que supera los 3.700 vehículos y unos 5.000 trabajadores, ya tiene una nueva convocatoria de huelga, en esta ocasión indefinida a partir de mediados de abril. La convocada en 2017 se prolongó durante dos meses. Después de Semana Santa, los sindicatos se reunirán para decidir el calendario de movilizaciones.
Para CIG, CC OO y UGT, la huelga de ayer fue un “éxito rotundo” con un seguimiento “masivo”, de –apuntaron– casi el 100% de los trabajadores, pese al intento de la Xunta de “reventar” la protesta con unos servicios mínimos “abusivos”. Las principales incidencias se registraron en Ourense: ruedas pinchadas de autobuses en Trives y petardos lanzados en la ciudad.
Desde la Consellería de Infraestruturas lamentan la presencia de “piquetes” en las estaciones, que impidieron “el cumplimiento de los servicios mínimos” y que afectaron al transporte de escolares. Tras manifestar su respeto al derecho de huelga, “como no puede ser de otro modo”, advirtieron de que “hay unas reglas que hay que cumplir”.
Con gritos como “Transportes de viajeros, solución”, “Monbus escucha, estamos en lucha” o “Estamos en lucha por un convenio digno”, decenas de trabajadores se concentraron en las estaciones de autobuses de las ciudades.