Las Escuelas y facultades de Bellas Artes se enfrentan al homologarlas el Gobierno

Educación da categoría universitaria a los centros superiores, llevan 30 años luchando por ello. Los decanos denuncian que así se devalúan sus estudios universitarios

Alumnos de los Conservatorios de Galicia.

Alumnos de los Conservatorios de Galicia. / R. G.

El anteproyecto de Ley para regular las Enseñanzas Artísticas (Arte Dramático, Música, Conservación y Restauración, Artes Plásticas y Diseño) ha levantado ampollas entre las facultades de Bellas Artes, también la gallega, situada en el campus de Pontevedra y perteneciente a la Universidade de Vigo. Los motivos son diversos, pero comienzan por la equiparación académica entre los estudios de unas y otras. Hasta ahora, las enseñanzas artísticas se impartían en escuelas superiores y medias, además de conservatorios. Todas ellas catalogadas como formaciones de grado (medio y superior) y dependientes de la Consellería de Educación. De salir adelante el texto de ley aprobado por el Consejo de Ministros hace unas semanas, supondría homologar los estudios que imparten con los que se ofrecen en la Universidad. Algo que, entre otras cosas, abre la puerta a los alumnos de estas escuelas (muchos de ellos cursan carreras de más de 10 años, como en Música) para que tengan los derechos de un alumno universitario: acceso a becas, tarjeta de transporte o plazas en residencias universitarias. Esta cuestión no es baladí, si se tiene en cuenta que Galicia cuenta con 8 centros superiores (dependientes de la Xunta) especializados en Enseñanzas Artísticas. Y que, por ejemplo, para estudiar Arte Dramático solo puede hacerse en una única escuela y está en Vigo. Luego, supondría igualar los derechos de los estudiantes, según indican desde las escuelas.

Pero de todas las disciplinas artísticas es Artes Plásticas y Diseño, la que centra el foco de atención en el conflicto. El hecho de contar con algunos contenidos similares a los que se imparten en las facultades está generando una lucha de competencias Escuelas-Universidad. “El anteproyecto no dice que se supriman los títulos superiores universitario de grado y máster expedidos por las facultades, por lo que la ley incurre en una duplicidad, cuyo sentido no se explica, y genera una importante incoherencia legal”, reza el documento con las alegaciones que la Conferencia de Decanos ha hecho llegar al Gobierno.

Las vías de acceso de unas y otras son diferentes. Por ejemplo, un alumno que desea matricularse en las Escuela Superior de Conservación de Galicia necesitará como mínimo contar con un título de Bachillerato o equivalente. Lo mismo ocurre para los que desean hacer un grado medio, solo que en este caso con tener la ESO puede acceder. Sin embargo, un alumno que quiere formarse en Diseño en la Facultad de Bellas Artes, necesita superar Bachillerato y la ABAU. “La plena homologación supone, sin duda, una devaluación de los títulos que se imparten en las facultades universitarias de Bellas Artes”, afirman los decanos, que no solo hacen referencia a la preparación mínima exigida a los alumnos para ingresar, sino que también señalan a la de los profesores. Para los decanos, las exigencias en formación y trayectoria profesional que se exigen a los profesores universitarios es muy elevada. “La mayoría de ellos son doctores”, explica un docente del centro universitario pontevedrés.

Sin embargo, el director del Conservatorio Superior de Vigo, Esteban Valverde, opina que hay mucho desconocimiento acerca del prestigio y bagaje académico de las escuelas. “Yo mismo soy doctor. En el Conservatorio imparten clases 23 profesores que también son doctores en distintas áreas relacionadas con la musicología”, aclara. “La nueva Ley es algo súper esperado, llevamos 30 años sin una regulación actualizada. En nuestro centro (depende orgánicamente de la Xunta) debemos ceñirnos a los requisitos y calendario administrativo de los estudios de Formación Profesional (los títulos que se imparten en los institutos), pero los contenidos, el nivel de exigencia al alumnado y los procesos de calidad y verificación de contenidos y titulaciones que pasamos son iguales a los de las carreras universitarias”, explica Valverde, señalando que es una incongruencia.

Otro de los escollos donde se enraíza el conflicto radica en el acceso a los programas de doctorado. El decreto alude a la que se “fomentarán acuerdos con las Universidades” para crear programas propios para las enseñanzas artísticas y “la participación del profesorado” de las escuelas en ellos. “Para hacer un doctorado se requieren estudios previos reglados. Hay muchas escuelas europeas realmente buenas, pero no son doctores. Se necesitan al menos 4 años de universidad y un máster primero. Y la del decreto no es la línea correcta para llegar al título de doctor”, sostiene un profesor de Bellas Artes

Catedráticos e investigadores

El Gobierno central justifica su documento en su “necesidad” y la “seguridad jurídica” que aporta. Sin embargo, cuenta con un “informe desfavorable”, emitido por la Comisión Permanente del Consejo de Universidades, hace tan solo unos días.

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