Entrevista | Luis Gallego Padre con reducción de jornada

“Decidí trabajar un poco menos y así tener la tarde de los viernes para Artai y para mí"

“A muchos padres los echa para atrás la pérdida económica, pero el beneficio personal es brutal”

Luis Gallego y su hijo Artai en su casa.  / CEDIDA

Luis Gallego y su hijo Artai en su casa. / CEDIDA / D. Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Cuando en 2015, Luis Gallego se plantó en el departamento de recursos humanos de su empresa para solicitar la reducción de jornada y así disponer de más tiempo para estar con su hijo Artai, nacido un año antes, se generó cierta sorpresa. “Aún era un poco tabú”, comenta sobre lo que todavía constituye una muestra de la desigualdad entre hombres y mujeres a la hora de cuidar de sus hijos.

Gallego, de 46 años, optó por un sistema novedoso para optar por la mínima reducción. “Me reduzco una hora diaria de lunes a jueves para así disponer de toda la tarde de los viernes. El viernes es nuestro día, de Artai y mío”, comenta sobre un encaje de bolillos familiar.

Su pareja también redujo su horario para que así ambos descargasen de tareas a la madre de ella y su hermana, que los ayudan para recoger a Artai del colegio. Él podía haber optado por evitar esa reducción, como la mayoría de padres a tenor de las estadísticas oficiales, pero no lo hizo. “Yo no me quejo en mi caso, pero en general las empresas deberían hacer más en favor de las reducciones de jornada y la conciliación y los padres deberían animarse más a pedirlas”, sostiene antes de revelar contundencia en el balance de su decisión. “Ha sido brutal en lo positivo. Los viernes tenemos toda la tarde para nosotros, voy a buscarlo al colegio e incluso puedo entablar relación con otros padres y madres. Muchos padres se pierden esas cosas. De hecho, Artai ahora protesta porque solo voy los viernes”, relata sobre su experiencia a unos meses de que su hijo cumpla 9 años.

La recomienda, pero aclara que los condicionantes económicos dificultan a muchas familias apostar por dedicar más tiempo a sus hijos, especialmente en un momento de encarecimiento de las hipotecas y de la cesta de la compra. “Mucha gente me dice que lo ve fenomenal y que se lo está pensando, pero lo echa para atrás la economía. Nosotros no tenemos grandes gastos, así que nos compensa perder dinero y ganar tiempo con Artai”, resume sobre el balance en su hogar. “Personalmente, no entiendo cómo no hay más padres que optan por reducirse la jornada”, reflexiona.

En su caso, esa elección resulta doblemente beneficiosa en el terreno personal, pues aunque su jornada habitual acaba al filo de las seis de la tarde, trabaja a las afueras de Ferrol y vive en A Coruña, por lo que debe añadir la duración del trayecto antes de llegar a casa.

Gallego emite un discurso claro basado en la necesidad de establecer prioridades. “Yo valoro ir a recoger a Artai al colegio, como antes fui a la guardería aunque solo sea un día. En mi caso, la empresa me ofrece facilidades que a lo mejor en otras no se dan, pero aun así, si no vives con grandes lujos, puedes permitirte reducir la jornada y seguir viviendo igual de bien. Yo prefiero ir a recoger a Artai todos los viernes que tener un coche mejor”, resume sobre su elección.

Suscríbete para seguir leyendo