Solo el 6% de reducciones de jornada por cuidado de hijos son pedidas por padres

Las mujeres cargan con la mayor parte de las renuncias laborales para asumir cargas familiares: casi 20.000 frente a 1.200 hombres. También copan el 90% de excedencias

Un grupo de madres en un parque infantil

Un grupo de madres en un parque infantil / SANTOS ÁLVAREZ

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

“Volvería a hacerlo sin dudar. Para mí, la prioridad es estar involucrado en la vida de mis dos hijos”. Raúl Romero tiene 46 años y hace cuatro que solicitó en su empresa la reducción de jornada para disfrutar de todas las tardes con sus hijos en las semanas en que tiene el turno de su cuidado, pues su divorcio derivó en una custodia compartida que divide la atención de los chavales, de 15 y 12 años, cada siete días entre él y la madre. Una semana trabaja a tiempo completo y la siguiente, libra todas las tardes. Su caso es muy poco frecuente, pues la decisión de recortar la jornada laboral, cobrando menos y lastrando así las opciones de promoción y desarrollo profesional, suele ser femenina. Solo el 6% de los padres optan por esta modalidad en Galicia frente al 94% de madres.

La responsabilidad en los cuidados constituye una de las lagunas en los avances en igualdad acometidos en la sociedad durante los últimos años. Los hombres que alegan trabajar a tiempo parcial por ocuparse de sus hijos son apenas el 3,4%, frente al 16,2% de las mujeres. Si se trasladan esos porcentajes a los trabajadores bajo esta modalidad contractual los datos evidencian una desigualdad palpable. Las mujeres que limitan sus horas de jornada laboral por esta cuestión rozan las 19.800, frente a los casi 1.250 hombres, según la última Encuesta de Población Activa (EPA). Son 16 veces más ellas que ellos. De los 21.000 en total que pierden salario y horas de trabajo por cuidados, ellas copan el 94% y ellos el 6%.

El abismo no se limita a esta cuestión, pues según un informe del Ministerio de Trabajo esos porcentajes son similares en las excedencias profesionales, es decir, en renuncias temporales al puesto para asumir cargas familiares. Casi el 90% de permisos son asumidos por las madres por el 10% de los padres: 887 frente a 121, según datos de 2021.

Se trata de decisiones que dependen de la voluntad de los progenitores y que no pueden regularse por ley, como sí se hizo en 2021 para equiparar los permisos de paternidad y maternidad con 16 semanas en cada caso.

El sociólogo de la Universidade de Santiago Jorge García Marín, experto en cuestiones de igualdad, apunta a dos elementos: la decisión individual y el contexto cultural. “En lo individual, puede haber gente que no reduce su jornada por una cuestión económica, pero es el tema cultural el que tiene que ver con que se siga viendo el cuidado como algo a lo que se dedican las mujeres. Esto está relacionado con el sistema patriarcal, con que los cuidados no son entendidos todavía como un campo masculino”, comenta antes de añadir un elemento sorprendente. “En alguna investigación también he leído que había un porcentaje de hombres que decían no saber que ellos también podían pedir ese tipo de permisos”, destaca.

Aunque reconoce que se ha avanzado en la construcción de una masculinidad “híbrida”, donde se van incorporando roles antes ajenos y responsabilidades de las que se encargaban las mujeres, García Marín destaca que los cambios necesitan tiempo para asentarse y así avanzar hacia una mayor igualdad.

“No es tan fácil pasar del modelo de hombre como proveedor económico, digamos, a otro. Toca lo profundo de la cultura y romper con que lo “natural” sea que el hombre lleve el dinero y las mujeres se encarguen de la casa y los cuidados requiere muchos años”, expone antes de apuntar la necesidad de “esfuerzos” empresariales por incentivar la implicación masculina en las reducciones de jornada o las excedencias.

La educación

Aun así, este sociólogo destaca la educación como la solución para evitar la desigualdad entre hombres y mujeres. “Cuidar a otro no es algo que uno aprenda con 50 años. Lo aprendes desde pequeño, donde te enseñan a recoger tus cosas, cuidar a otra persona, regar una planta. Hay que enseñarlo desde pequeñitos”, propone.

Raúl ha optado por ese modelo y sus dos hijos ni siquiera se plantean la decisión de su reducción de jornada. “Para ellos es lo normal que los vaya a buscar al instituto o que pase las tardes con ellos, aunque uno empieza ya la etapa adolescente en la que le sobro”, bromea.

El impacto de su decisión, sin embargo, es grande a nivel económico. “Pierdo dinero y tengo que pagarle a mi expareja manutención y parte de la hipoteca de la casa que se quedó, pero volvería a hacerlo. La prioridad es estar con mis hijos”, zanja.

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1. Hasta la mitad del horario laboral

Un trabajador puede solicitar la reducción de su jornada hasta el 50% para cuidado de hijos menores de 12 años.

2. La empresa decide si son mayores

Si los hijos superan los 12 años, es la empresa la que decide si concede o no a reducción de jornada al empleado.

3. Un sueldo acorde al tiempo trabajado

Quien reduzca su jornada, verá mermado su salario en la misma proporción, al igual que sus vacaciones anuales.

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