El campo pierde atractivo para la generación joven

Más de 1.800 se apuntaron en un lustro a la actividad agraria, pero cada año se reducen las nuevas incorporaciones a pesar del incremento de las subvenciones

Recogida de la patata en Xinzo de Limia (Ourense). |   // IÑAKI OSORIO

Recogida de la patata en Xinzo de Limia (Ourense). | // IÑAKI OSORIO / R. Prieto

La crisis de 2008 convirtió el rural en un sector refugio, aunque temporal, para miles de jóvenes. Para tratar de capear el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y sin apenas oportunidades en los servicios, volvieron a su casa de la aldea y se ocuparon de las explotaciones familiares a la espera de una oportunidad laboral en las ciudades o los concellos limítrofes. Pero hay quienes decidieron fijar su futuro profesional en el campo, un sector que repuntaba en un momento de destrucción de empleo generalizada, y así garantizar el relevo generacional que evitase sumar una nueva explotación a la larga lista de cierres.

Sin embargo, con el paso de los años, incluso con la crisis desatada tras el estallido de la pandemia, el rural ya no resulta tan atractivo para los jóvenes. En los últimos cinco años, 1.800 menores de 41 años se incorporaron al sector agroganadero en Galicia con ayudas de la Consellería de Medio Rural por un importe que rozó los 131 millones, según datos del departamento que dirige José González. La tendencia ha sido a la baja pese a la creciente inyección de fondos por parte de la administración para que los jóvenes asienten su negocio en el campo.

Tendencia regresiva

En 2017 fueron 465. Pero en los sucesivos años, fueron a menos (382 en 2018; 356 en 2019; 278 en 2020). En 2022 se produjo un repunte (353, un 27% más en un año y una cuarta parte menos que hace un lustro), pero en el ejercicio anterior no hubo convocatoria.

Las inversiones de la Xunta se han mantenido a lo largo de este periodo, oscilando entre los 10,3 millones de 2020 y los casi 15 de 2022 y 2017. Para la convocatoria de 2023, Medio Rural ha reservado una partida de 16,5 millones.

El importe medio de las ayudas oscila entre los 32.000 y los 42.500 euros, dependiendo del año.

Desde el departamento que dirige José González destacan la “gran repercusión” que tienen estas ayudas en el medio rural, ya no sólo para los beneficiarios incrementando el número de jóvenes que se incorporan a la actividad agraria, sino también “rejuveneciendo la población activa en el rural y evitando la despoblación”.

En términos redondos, ensalza Medio Rural, durante los últimos cinco años las cifras de incorporación en la comunidad gallega se mantuvieron entre los 300/400 incorporados anuales.

Condiciones

Estas subvenciones están reservadas para personas con más de 18 años que no tengan cumplidos los 41 años. Además, deben comprometerse a mantener la actividad durante un mínimo de 5 años. La subvención incluye la ejecución del plan empresarial con una cantidad básica establecida de 25.000 euros, que podrá aumentarse en determinados casos dependiendo, por ejemplo, del volumen de gasto dedicado a la puesta en marcha de la nueva explotación, de la creación de empleo adicional a tiempo completo o del hecho de instalarse en unas zonas con limitaciones temporales o de otro tipo.

La provincia con más tirón es Lugo, que en el periodo 2017-2022 sumó 759 nuevas empresas, el 41,4% del total en la comunidad. En el segundo puesto está A Coruña, donde el sector agrario atrajo en cinco años a casi 500 jóvenes. Lejos de estas cifras están los nuevos negocios movilizados en Ourense y Pontevedra, 309 y 270, respectivamente.

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