Alarma por el "incremento exponencial" de autolesiones en adolescentes: la Xunta lanza una guía para médicos

El doctor de familia deberá identificar los riesgos y derivar a urgencias hospitalarias si hay intención suicida

Un adolescente durante el confinamiento. / GUSTAVO SANTOS

Un adolescente durante el confinamiento. / GUSTAVO SANTOS / paula pérez

Paula Pérez

Paula Pérez

El estrés psicológico y distanciamiento social causados por la pandemia de COVID ha provocado un “incremento notorio” de las autolesiones entre la población adolescente. Así lo consideran los más de 50 expertos que han colaborado con la Consellería de Sanidade en la elaboración de una guía que sirva de ayuda a los médicos de familia a identificar con rapidez este tipo de conductas, que pueden ser el preludio de conductas suicidas, y su derivación “preferente” a las unidades de salud mental.

Las autolesiones se han convertido “en un importante problema de salud pública en la adolescencia”, según advierten los autores de esta guía que lleva por título: “Evaluación y Manejo Clínico de las Autolesiones en la Adolescencia”. Así explican que en los últimos años el incremento de casos ha sido “exponencial” y apuntan a la pandemia: “se vieron modificadas las áreas social, académica y laboral, lo cual ha generado altos niveles de malestar emocional entre la población adolescente”.

Aunque no hay datos específicos sobre el impacto de estas conductas entre adolescentes gallegos, el documento impulsado por el Sergas cita estudios realizados en España que apuntan a que un 21,7 por ciento de los adolescentes se habría autolesionado al menos una vez a lo largo de su vida.

La edad de inicio podría situarse en los 11 años y afectar más a mujeres

La edad de inicio podría situarse en los 11 años y algunas investigaciones apuntan que estas conductas podrían ser más frecuentes en mujeres. Así, mientras las chicas tienden a usar los cortes como principal método, los chicos suelen golpearse o quemarse, tal y como se apunta en el protocolo de la Consellería de Sanidade.

Las conductas autolesivas son aquellas que causan daño directo y deliberado a uno mismo y pueden tener una intencionalidad suicida o no.

¿Y cómo deben actuar los servicios sanitarios en estos casos? Debe ser en Atención Primaria donde se identifiquen este tipo de conductas. Para ello debe usarse “la entrevista clínica”. El protocolo aconseja al médico de familia favorecer un ambiente de confianza y seguridad, tener una actitud de escucha activa y apoyo, no banalizar la situación y aportar toda la información posible sobre las autolesiones.

El facultativo deberá preguntar al adolescente si se ha hecho daño en otras ocasiones, cuántas veces se ha lesionado o si piensa en el suicidio. Pero también deberán interrogarlo sobre sus circunstancias personales: por ejemplo, si está sufriendo ciberacoso, si le han agredido sexualmente, si se siente aislado o tiene problemas para comer o dormir.

Según explica el protocolo de Sanidade, los adolescentes que se autolesionan suelen describir sentimientos de carácter depresivo, inutilidad, odio hacia ellos mismos, autodesprecio y sensación de vacío, mientras que los familiares experimentan culpa, enfado y falta de control.

La información recabada por el médico se debe cotejar con los padres, pero la guía impulsada por Sanidade deja claro que en caso de contradicción siempre debe prevalecer la narración del adolescente.

Si se aprecia una intención suicida, el facultativo de Primaria debe derivar al paciente al servicio de urgencias hospitalarias para una evaluación psicosocial y que se valore la necesidad de un tratamiento urgente.

Si no hay ideación suicida, el médico de familia deberá valorar los factores de riesgo para determinar si se realiza una derivación “preferente” al servicio de Salud Mental.

Se tendrá en cuenta la gravedad de la lesión infligida, así como si hay señales de depresión, ansiedad o trastorno de la personalidad. También se evaluará el nivel de malestar en el adolescente y la frecuencia de las autolesiones: si se ha hecho daño intencionadamente más de cinco veces a lo largo de un año será un motivo claro para derivar al adolescente por la vía de urgencia al servicio de Salud Mental.

En su guía Sanidade advierte que la presencia de varios métodos para autolesionarse (por ejemplo, cortarse, quemarse o golpearse) debe asociarse a una mayor gravedad del caso.

Si se detectan trastornos mentales, intentos de suicidio previos o antecedentes en la familia de estas conductas, consumo de tóxicos o ausencia de una red de apoyo social se ordenará la hospitalización del adolescente.

Los expertos apuntan que se debe priorizar la atención psicológica sobre la farmacológica, que debe quedar limitada a los casos que presenten un trastorno psicopatológico.

Además, en el protocolo se advierte de los riesgos del uso de internet y de las redes sociales, pues pueden favorecer este tipo de conductas al facilitar información sobre las autolesiones o normalizarlas.

En la elaboración de la guía sobre autolesiones participaron especialistas en pediatría, medicina de familia, psicología clínica, psiquiatría y enfermería de salud mental. También se ha incorporado representantes de pacientes y expertos de otras comunidades autónomas.

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