Un gallego en la mesa del Pacto por el Clima europeo

El doctor en Energías Renovables Marinas y profesor del Centro Universitario de la Defensa en la Escuela Naval de Marín, Carlos Pérez Collazo, acaba de volver de Bruselas, su cometido: participar en las reuniones entorno al cambio climático organizadas por la Comisión Europea. El representante gallego forma parte del equipo de embajadores españoles del Pacto Europeo por el Clima, formado por 50 miembros de toda España. La pasada semana asistió al encuentro presidido por el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, con quien pudo debatir acerca de los desafíos del cambio climático para la industria y la ciudadanía. Ahora, devuelta en Galicia, el profesor Pérez ha iniciado su labor de concienciación y movilización social, una de sus responsabilidades como embajador. “La comunidad científica ya ha avisado de la necesidad de controlar la subida global de la temperatura. Nos encontramos inmersos en una década trascendental para la evolución del clima, tenemos la oportunidad de conseguir un cambio sustancial, pero exige modificar nuestra manera de vivir, de desplazarnos y, en general, de entender las cosas”, asegura el investigador gallego.

Hace dos años que trabaja de forma voluntaria para fomentar en los gallegos un cambio de actitud que permita mejorar la situación medioambiental. Está convencido de que la suma de pequeñas acciones es lo que de verdad mueve el mundo “como ya nos enseñó la pandemia” dice, por eso quiere ayudar a generar un movimiento desde abajo, es decir, cambios promovidos por los propios vecinos. Ejemplo de ello es la primera Comunidad Energética Local de Galicia, creada en 2020 en Moaña por los vecinos del municipio y algunas empresas con el fin de generar energía eléctrica a través de placas fotovoltaicas, en la que también participó.

El compromiso con el medio ambiente de este investigador gallego viene de lejos. Concretamente desde que inició su carrera como investigador en la Universidad de Plymouth, donde desarrolló su tesis sobre renovables y más tarde ayudó a definir las líneas de investigación sobre energías limpias en Gran Bretaña. Esta trayectoria junto a su interés por mejorar las cosas y su compromiso social, han sido determinantes para ser seleccionado como embajador europeo del clima.

Y es que está convencido de que es fundamental concienciar a la sociedad sobre las consecuencias que el cambio climático tiene para la salud y el futuro económico de Galicia. Según explica el profesor Pérez, una subida de temperatura supone la crecida del nivel del mar y que este gane terreno sobre las costas. Además de alteraciones en la producción agrícola, disminución de la pesca y la disminución sistemática de la calidad del aire debido a las grandes concentraciones de gases de efecto invernadero. Estas modificaciones en el medio ambiente generan a su vez otros problemas, como hambrunas y desplazamientos forzosos. En este punto, Pérez recuerda que España es la puerta de África y la presión migratoria aumenta con los problemas climáticos. Ante esto asegura que “es fundamental generar movimiento, acción ciudadana. Porque solo con las políticas no se pueden cambiar las cosas. Los hábitos de consumo influyen mucho en los daños que causamos al medio ambiente porque se trata de costumbres asentadas, por eso son muy difíciles de modificar. Ni siquiera los expertos en Marketing tienen la clave definitiva para generar en las personas este tipo de cambios. Por eso, la Unión Europea busca concienciar a la ciudadanía y ese es parte de mi trabajo como embajador del Pacto por el Clima en Galicia”.

Aunque los cambios no son fáciles, el investigador gallego sí es capaz de resumir la actitud que deben tomar ciudadanos y administraciones públicas en tres líneas de acción, que empiezan por la gente y la Regla de las 3 Erres: reducir, reciclar y reutilizar. Además, subraya que hay que cambiar el sistema energético por uno basado en energías renovables. En tercer lugar, señala al transporte. En este punto el profesor Pérez considera que no se trata solo de usar un coche eléctrico, híbrido o de hidrógeno; cree que lo importante es fomentar el uso del transporte público en las ciudades. Y, al mismo tiempo, priorizar el uso del tren sobre el avión en los desplazamientos largos. Todas estas medidas contribuyen a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global. Junto a ellas, el profesor Pérez indica que sería aconsejable reducir el consumo de carne roja y leche en la medida en que la industria ganadera, concretamente la bovina, genera cantidades de metano cuatro veces más dañinas que el dióxido de carbono. Cuestiones que este embajador del clima por Galicia resume en que “es necesario desacelerar y vivir de una manera más sencilla como lo hacían nuestros abuelos”.

Competitivos pero sostenibles

Una de las últimas acciones en las que tomó parte el profesor Pérez previa a la reunión en Bruselas fue un encuentro celebrado en Barcelona en el que participaban jóvenes de toda España aportando su visión y sus ideas para mejorar la situación climática. Las conclusiones de este encuentro fueron elevadas a los responsables europeos para tomar el pulso a la calle, especialmente a las generaciones del futuro, sobre cuyo bienestar pivota la política comunitaria. El otro gran interés para la UE es conseguir una industria europea sostenible pero competitiva frente a la de otros países como China o EE.UU.

La próxima Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28) se celebrará a finales de año en Dubái y, según explica el profesor, las acciones bajo el Pacto Europeo por el Clima son necesarias porque es la única manera de influir sobre países que anteponen el beneficio económico al medio ambiente. Y recuerda que llegar a 2030 y tener un 100% de la energía renovable es un reto complejo, hay que descarbonizar la industria y el sector residencial.

El Pacto Europeo por el Clima es un proyecto liderado por la Comisión Europea por el que se pretende crear un movimiento de acción contra el cambio climático en todos los niveles, desde los estados y sus industrias, hasta la acción civil en cada pueblo. Forma parte de una normativa mucho más amplia y que influye en las leyes nacionales de todos los países miembros llamada Pacto Verde Europeo. Este fue iniciado en diciembre de 2019 con el objetivo de hacer una transición hacia una sociedad más justa, saludable y próspera. Y entre sus líneas de actuación se encuentran la regulación sobre pesca sostenible, la creación de una industria verde que gestione correctamente sus residuos o medidas específicas para la industria alimentaria.

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