Galicia limitará en 2024 el acceso de menores a bebidas energéticas: casi 18.000 las beben

Sanidade analiza las opciones para restringir la ingesta de estos productos por sus daños. Los expertos alertan de riesgos cardiovasculares y cerebrales. Unos 13.000 los mezclan con alcohol

Dos menores de 
edad consumen 
bebidas energéticas. |   // 
XOÁN ÁLVAREZ.

Dos menores de edad consumen bebidas energéticas. | // XOÁN ÁLVAREZ. / Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

Galicia pretende atajar el consumo de bebidas energéticas a partir del año que viene ante las alarmas lanzadas por los expertos en salud y nutrición sobre los posibles daños que puede causar su ingesta excesiva, especialmente en los niños. Entre esos daños, figuran peligros para el sistema cardiovascular y cerebral, así como un efecto potenciador del consumo de alcohol cuando se mezcla con este tipo de sustancia. Por ello, la Consellería de Sanidade analiza la forma de limitar el acceso a este tipo de productos por parte de los menores de edad, restricción que aplicará el año que viene.

El pasado día 23 de enero, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, deslizó durante una comparecencia parlamentaria la intención de su equipo de aplicar algún tipo de barrera en el consumo de bebidas como Red Bull o Monster por parte de los menores de edad en Galicia. No aclaró plazos ni fórmula, pero fuentes de la Xunta reconocen a FARO que la intención es incluir ese precepto en la ley sobre la prevención de conductas adictivas entre quienes no han cumplido la mayoría de edad, que comenzó a elaborar en 2020. El plan de la Administración gallega es remitir al Parlamento este año un texto, aprobarlo antes de 2024 y que el año que viene esté vigente. De momento, se trabaja en la fórmula para aplicar esa “restricción”.

Algunas voces, como la asociación Justicia Alimentaria, reclamaron a finales de 2021 vetar el acceso a este tipo de bebidas a los menores de 16 años, una frontera que hace 13 años se aplicaba precisamente en Galicia para permitir la bebida de alcohol de baja graduación. La Xunta presidida entonces por Alberto Núñez Feijóo (PP) elevó a los 18 años la edad mínima para poder beber cerveza o vino en 2010.

Las voces que alertan del riesgo para la salud de las bebidas energéticas se han multiplicado en los últimos años. “No están recomendadas en niños, mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, recoge, por ejemplo, el informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), que añade que “la ingesta alta [...] se asocia con efectos adversos moderados a graves” sobre el sistema cardiovascular, destacando la necesidad de “fomentar el consumo moderado evitando conductas de riesgo, especialmente su combinación con bebidas alcohólicas”, algo que resulta más frecuente de lo que parece entre los adolescentes gallegos.

En FARO, varios pediatras y nutricionistas alertaron de los peligros del consumo excesivo de estas bebidas, que combinan altos niveles de azúcar –como el resto de refrescos–, con estimulantes como la cafeína y sustancias como la taurina. “Estas bebidas pueden afectar a los neurotransmisores, generar ansiedad e hipertensión y, por el alto contenido en azúcar, más riesgo de provocar sobrepeso, diabetes y caries. Además, la mayoría suele tener gas y el ácido fosfórico desplaza el calcio, por lo que también puede haber problemas de crecimiento y desgaste dental”, explicaba Amil López Viéitez, farmacéutica y nutricionista.

El macroestudio “Adolescencia, tecnología, salud y convivencia”, elaborado por la Fundación Barrié en colaboración con el equipo de la Universidade de Santiago dirigido por Antonio Rial Boubeta estima que el 12,5% de los chicos de 12 a 17 años consume estas bebidas al menos una vez por semana, lo que supone unos 17.600 chavales.

Otro estudio intensifica las alarmas. Más de 13.000 estudiantes de 14 a 18 años mezclan esos productos con alcohol durante las noches de marcha, según los datos de Estudes, la encuesta elaborada en el marco del Plan Nacional sobre Drogas. Se trata del 11,7%, casi cinco puntos menos que la media estatal del 16,1%.

Rial Boubeta, del grupo de investigación de Psicología del consumidor y usuario de la Universidade de Santiago, aplaude la intención de aprobar la ley de prevención de conductas adictivas, prometida para la pasada legislatura, porque “la actual normativa data de 2011 y la realidad ha cambiado mucho”. En este sentido, recuerda que la Organización Mundial de la Salud ya advirtió en 2008 de los efectos negativos de combinar estos preparados con alcohol. “Más allá del daño para la salud de consumir azúcares, el Estudes advierte de que entre el 15 y el 20% de menores tiene el hábito de combinar alcohol con estas bebidas. Es una bomba de relojería. Los estimulantes hacen que les dé un subidón y sigan consumiendo alcohol, lo que aumenta el peligro para la salud, así como de conductas de riesgo como peleas, sexo sin protección etc”, apunta.

Además, reclama un cambio en los etiquetados para informar de que “su consumo no es inocuo para niños, embarazadas o diabéticos”, finaliza este experto.

Las claves

1 Una ley prometida para el año 2021

La Xunta no cumplió su promesa de aprobar una ley contra las adicciones entre los menores durante la pasada legislatura.

2 Un texto normativo aprobado este año

Sanidade trabaja para presentar un texto legal este año y aprobarlo para que entre en vigor en 2024, año en que se celebran autonómicas.

3 En 2010 se elevó la edad para la cerveza

En 2010 se elevó de los 16 a los 18 la edad para permitir la bebida de cerveza y alcohol. Es una opción para limitar el acceso a bebidas energéticas.

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