Los empresarios, en defensa del Corredor Atlántico: “Es clave para la competitividad”

La patronal gallega proponer ampliar los campos de inversión de los fondos europeos y los plazos

María Calvo, Juan Vieites y Santiago Aparicio.

María Calvo, Juan Vieites y Santiago Aparicio. / Xoán Álvarez

Daniel Domínguez

Daniel Domínguez

La economía gallega se juega su futuro con la construcción y puesta en marcha del Corredor Atlántico del Noroeste. Los empresarios alertaron de que el crecimiento económico de las tres comunidades depende en gran medida de no perder este tren. “Es clave para nuestra competitividad”, han sostenido este viernes los presidentes de las tres patronales en la cumbre del Noroeste celebrada en Santiago.

Fue Juan Vieites, presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), el que resumió la importancia de reclamar la agilización de la conexión de las tres comunidades y sus puertos con la red principal que dará salida a las mercancías hacia los Pirineos y, por tanto, hacia el mercado europeo. “Nuestra situación periférica nos pone en una situación difícil para dinamizar nuestra economía y que nuestras empresas puedan ser más competitivas”, advirtió. Sin unas infraestructuras de calidad y a tiempo, el tejido empresarial y, por tanto, la creación de riqueza y empleo se resentirán.

Vieites participó en una mesa redonda titulada “Ferrocarril y dinamismo empresarial”, en compañía de sus homólogos de Asturias, María Calvo, y Castilla y León, Santiago Aparicio.

El presidente de la CEG expuso que la condición periférica puede ser una ventaja porque las tres regiones son la puerta al mercado americano, por ejemplo, pero sin una conexión ferroviaria para dar salida a sus productos, el daño será mayor al estar alejados del centro de Europa.

Por ello, Vieites reclamó relajar los corsés en el uso de los fondos europeos Next Generation. “Los criterios de flexibilidad son fundamentales de cara al futuro, aparte de ampliar el ámbito temporal de ejecución porque si no, no vamos a cumplir lo que teníamos previsto”, expuso.

El presidente de la patronal gallega urgió al Gobierno central a “impulsar a los ministerios competentes a desarrollar y finalizar los trabajos de planificación y presentarlos en la Unión Europea para su financiación” y calificó las obras para modernizar la red ferroviaria y su conexión con las líneas centrales de la Península Ibérica de “objetivo de primer nivel”. En ese punto, añadió un territorio más a la ecuación. “Es fundamental la conexión con el norte de Portugal”, expuso antes de destacar también la necesidad de “evitar el claro deterioro de la calidad institucional” y los ataques a los empresarios, en alusión a las críticas del sector de Unidas Podemos del Gobierno central.

Su alusión a Portugal no fue el único acento luso en el evento, pues también intervino António Cunha, presidente de la Comisión de Coordinación y Desarrollo Regional del Norte de Portugal, quien ofreció colaboración de su país y destacó la necesidad de impulsar la conexión con Galicia.

La representante de los empresarios asturianos, María Calvo, recurrió a un término que fue repetido varias veces durante la jornada: “hito”. La unidad política fue celebrada como un plus de fortaleza para presionar al Gobierno central. “Solo estando juntos seremos capaces de lograr el objetivo que es diseñar un noroeste que cuenta con las infraestructuras necesarias y adecuadas para seguir siendo generadores de riqueza y empleo”, sostuvo en una intervención en la que, como sus compañeros, reclamó igualdad trato con el Levante para aplicar “criterios de cohesión territorial”. “En un mundo conectado no podemos quedarnos atrás, resumió Calvo.

Por su parte, el presidente de los empresarios castellano leoneses, Santiago Aparicio, insistió en esa idea y en la necesidad de “equiparar” el Corredor del Noroeste con el del Mediterráneo. “Son lo mismo, representan el 50%”, recordó en alusión a los tráfico de mercancías que generan, incluyendo en el primer caso a Cantabria y Euskadi.

Su discurso fue el que más se centró en la necesidad de “no dejar fuera ningún territorio” del Corredor Atlántico y alertó del daño que generaría retrasar su puesta en marcha, añadido a la despoblación, para la economía de todo el noroeste peninsular.

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