Los jabalíes causan 10 accidentes de tráfico al día, el 27% de todos los siniestros viarios

Galicia, la segunda comunidad con más atropellos de animales, bate su récord de este tipo de incidentes en carretera: casi 5.500 en 2022 | Son ya casi el doble que hace una década

Estado en el que quedó un vehículo tras atropellar a un jabalí en Catoira. |

Estado en el que quedó un vehículo tras atropellar a un jabalí en Catoira. | / R. Prieto

No hay ayuntamiento gallego que no tenga contacto con algún bosque o con zonas rurales donde haya explotaciones ganaderas. La proximidad con áreas en las que habitan animales, ya sean domésticos o salvajes, convierte a Galicia en una de las comunidades con más accidentes por la irrupción de la fauna en la calzada. En concreto, es la segunda, solo superada por Castilla y León, un territorio que casi triplica la extensión de la autonomía gallega. Los jabalíes son la bestia negra de las carreteras de la comunidad y uno de los principales detonantes de la siniestralidad en su red viaria interurbana. En todo el año pasado se registraron casi 12.900 accidentes de tráfico en Galicia, de los que 5.494 fueron atropellos a animales y, de estos, 3.585 fueron causados por jabalíes.

Las cifras no son solo sorprendentes sino también alarmantes. Sorprendentes porque el balance deja una media de 15 siniestros al día en la red viaria gallega por atropellos de animales, 10 de ellos con el jabalí como protagonista. Es decir, los animales ya están detrás del 43% de los accidentes ocurridos en las carreteras gallegas y, en concreto, el jabalí es ya el causante del 27,4%. Y también son alarmantes porque son cifras que no dejan de crecer año tras año y en 2022 se batió el récord de siniestros causados por animales: son ya un 3,3% más que el ejercicio anterior pero ya casi un 80% más que hace una década –en 2012 se registraban poco más de 3.100–.

Distribución provincial

Para tratar de reducir la elevada accidentalidad de la fauna en el asfalto de la comunidad la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico ha identificado los puntos conflictivos. De las cuatro provincias gallegas, Ourense y Lugo se colocaron el año pasado a la cabeza de la siniestralidad con animales, con 1.610 y 1.579 atropellos, respectivamente. Les siguen en la lista las carreteras de A Coruña, con 1.332, y finalmente las de Pontevedra, con 973.

Mientras que en Lugo se logró contener la accidentalidad por irrupción de animales en la calzada respecto a 2021 –un 11% menos–, en el resto de provincias de la comunidad la tendencia fue al alza, con Pontevedra a la cabeza (un 18% más), seguida de Ourense (7,6%) y, finalmente A Coruña (6,1%). Destaca el peso en Lugo y Ourense de las colisiones con animales en el conjunto de la accidentalidad viaria en su territorio, ya que representan en ambos casos casi un 58%. En el conjunto de la accidentalidad en A Coruña suponen el 35% y en Pontevedra, el 28%.

En cuanto a los accidentes causados por jabalíes, que representan el 63% de los accidentes viarios causados por la irrupción de la fauna en la calzada, son los que provocan el mayor número de siniestros en el asfalto: el 39,10% del total en su red viaria. En Lugo, los siniestros causados por jabalíes están detrás del 34,4% de todos los accidentes de tráfico. En A Coruña, representan el 24,5% del total de la accidentalidad viaria en la provincia y en Pontevedra, casi el 18%.

La práctica totalidad de los accidentes provocados por el cruce de animales en carretera se saldan con daños materiales. Pero también hay siniestros en los que el impacto provoca además de los desperfectos de chapa y pintura, lesiones a los conductores o pasajeros e incluso fallecidos.

Diligencias y juicio

En 2022, los casi 5.500 accidentes viarios con animales implicados causaron un total de 87 heridos, seis de ellos de carácter grave. Pese a que estos atropellos no son de gravedad, consumen recursos de Tráfico ya que los agentes que los atienden tienen que realizar las diligencias correspondientes y asistir a juicio. Ante el aumento de este tipo de siniestros en los últimos años se han tenido que detraer recursos de vigilancia y control, que deberían estar dedicándose a seguridad vial, para la intervención en estos atropellos.

A la cabeza de las provincias con más concellos con atropellos de animales está Lugo, con un total de 26 municipios con alta tasa de accidentes ocasionados por animales, entre los que destacan Quiroga, Castro de Rei, Vilalba y Taboada.

Le sigue en el ranking la provincia de Ourense, con 19 municipios marcados en rojo en el mapa de Tráfico, entre ellos Rubiá, Coles, y San Cibrao. El mapa de los atropellos de animales salvajes en Pontevedra tiene en rojo ocho ayuntamientos –A Cañiza, Ponteareas, O Porriño, Lalín, Silleda, Caldas, Pontevedra e A Estrada–. En la provincia de A Coruña, son siete los concellos en la lista negra de la DGT por su alta accidentalidad a causa de los atropellos a animales silvestres: Curtis, Miño, Pontedeume, Aranga, Santiago, Vedra y O Pino.

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El horario comprendido entre las ocho de la tarde y las once de la noche concentra el mayor número de atropellos a animales. Los domingos suelen ser el peor día, seguido de los sábados. Y en concreto, los meses comprendidos entre septiembre y marzo.

El repunte más acusado se centra en el último trimestre del año debido a la reducción de las horas de luz y la escasa visibilidad en carretera. En la mayoría de los casos la principal causa del siniestro es la irrupción incontrolada e imprevisible del animal en la calzada, sin infracción o responsabilidad por parte del conductor.

¿Quién paga el coste de los destrozos? La reforma de la Ley de Tráfico de 2014 limita la responsabilidad de las administraciones a dos supuestos muy concretos: que no se haya reparado la valla que separa la carretera de la zona de monte –en el caso de que la haya– y no disponer de la señalización específica para animales sueltos en tramos de alta siniestralidad.

De manera general, este tipo de accidentes no serán responsabilidad del dueño de los cotos de caza. Es decir, si un conductor se ve implicado en una colisión con un animal que irrumpió en la calzada, la responsabilidad recaerá en el propio automovilista, que deberá asumir el coste de los daños materiales que sufra su vehículo y también de los daños personales o lesiones del propio conductor y de otros ocupantes.

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