El ‘éxodo’ al rural gallego se desvanece tras la pandemia: 2.100 habitantes menos

Arufe, una aldea abandonada en Pontevedra.

Arufe, una aldea abandonada en Pontevedra. / GUSTAVO SANTOS

Elena Ocampo

Elena Ocampo

El ‘éxodo’ al rural que se vivió tras la pandemia se deshincha. Los municipios de menos de 6.000 habitantes, que acogieron a decenas de familias durante el COVID pierden 2.116 habitantes en 2022 con respecto a 2021.

O han vuelto a las ciudades de las que partieron, quizás por el descenso del teletrabajo o por una necesidad de mayores servicios o conectividad, o los nuevos vecinos de esos pequeños concellos no son suficientes para paliar la sangría demográfica de los mayores que mayoritariamente pueblan el rural. A ello apuntan los datos de la última publicación de “Las cifras oficiales de población de los municipios” que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).

Por citar algunos ejemplos: A Illa de Arousa, que había ganado habitantes al pasar de 4.932 vecinos en el año 2020 a 4.951 en 2021, ha visto mermado su padrón con 73 habitantes menos en 2022. Consultado su alcalde, Carlos Iglesias –muy pendiente de los datos censales por estar el municipio rozando los cinco mil habitantes–, no se apura en ofrecer razones del cambio. “Habrá que analizarlo profundamente”, asegura.

No es, ni de lejos, un caso único. En Oia, que ganó 155 habitantes al pasar de 3.049 a 3.104 habitantes entre 2020 y 2021, la última actualización del padrón le otorga 24 vecinos menos, al contar con 3.080 censados en 2022. Otro tanto de lo mismo ocurre en Meis, municipio que, tras el año del confinamiento sumó 42 habitantes –al pasar de 4.754 a 4.796– y ahora pierde 61, quedándose su padrón en 4.735.

"En la postpandemia, la tendencia vuelve a ser la generalizada antes"

Carlos Ferrás

— Experto en Demografía

Así, centenares de municipios de menos de 6.000 habitantes en Galicia que, o bien ya no habían ganado vecinos o estos no han sido suficientes para paliar la alta mortalidad que acucia al rural gallego. Tal y como argumenta el profesor de Geografía Humana y experto en demografía, Carlos Ferrás. “Se observa que en la postpandemia, la tendencia vuelve a la generalizada antes. Esto evidencia que los nuevos vecinos no son suficientes en número como para compensar el saldo natural negativo, es decir la mortalidad es muy elevada por el envejecimiento. Pero sería, seguro, mucho peor sin la población que pudo haber llegado”.

Pérdida de población

DIFERENCIA 2021/22

TOTAL PROVINCIAL

LUGO

-2.024

MUNICIPIOS DE MENOS

DE 6.000 HABITANTES

-1.141

PONTEVEDRA

-1.260

-169

A CORUÑA

-954

-533

Simón Espinosa

OURENSE

-943

-273

Fuente:

INE

Pérdida de población

DIFERENCIA 2021/22

TOTAL PROVINCIAL

MUNICIPIOS DE MENOS

DE 6.000 HABITANTES

LUGO

-2.024

Simón Espinosa

-1.141

PONTEVEDRA

-1.260

-169

A CORUÑA

-954

Fuente:

INE

-533

OURENSE

-943

-273

Pérdida de población

DIFERENCIA 2021/22

TOTAL PROVINCIAL

LUGO

-2.024

MUNICIPIOS DE MENOS

DE 6.000 HABITANTES

-1.141

PONTEVEDRA

-1.260

-169

A CORUÑA

-954

Simón Espinosa

-533

OURENSE

-943

-273

Fuente:

INE

La alcaldesa de Oia, Cristina Correa, tiene algunas claves, poniendo como ejemplo su municipio. Tras consultar datos del registro municipal, explica: “Entre 2020 y 2021 llegaron muchos ciudadanos procedentes de ciudades”.

Entre ellos, muchos desde de Vigo porque tenían en el municipio su segunda residencia. “Aunque no todos se censaron, durante la pandemia, muchos teletrabajaban y prefirieron hacerlo aquí porque tenían mayor confort”, explica. “Unos siguen aquí viviendo, se han empadronado y otros, viven a caballo entre los dos concellos”, asegura. Pero no solo eso.

"Muchos teletrabajaban y prefirieron hacerlo aquí porque tenían mayor confort, pero aún no se han ido"

Cristina Correa

— Alcaldesa de Oia

El municipio también logró atraer a ciudadanos extranjeros, que eligieron Oia para asentarse y establecerse en Galicia. Y también vio subir su padrón gracias a un colectivo de ciudadanos ucranianos que se refugiaron en este municipio del horror bélico de la invasión rusa. “Quien vino, lo hizo en busca de una mayor calidad de vida”, razona, “pero uno tiene que saber cuando se muda a una zona rural, que no se le puede exigir los mismos servicios de las ciudades”, expresa. Entre la pequeña pérdida de población anual, la regidora local destaca, también, la elevada mortalidad sufrida.

Como en el caso de este concello costero, durante la pandemia, los municipios de menos de cinco mil sumaron casi 4.000 vecinos. Concretamente, los concellos más pequeños ganaron 3.843 residentes en comparación con 2020. Pero, según advertía el profesor de Fundamentos del Análisis Económico en la Universidade de Santiago, Manel Antelo: “No es seguro que el incremento de población registrado en 2021 en los concellos del rural se consolide en el tiempo. Podría ser algo circunstancial.

Una vuelta al rural, más que una ganancia demográfica per se, se concreta en retomar la actividad económica”, aclaraba. Ahora, consultado de nuevo sobre este tema, el profesor apunta que la vuelta a la normalidad también restauró la necesidad de disponer de nuevo de todos los servicios y prestaciones que implican las ciudades.

"Seguirá la sequía demográfica porque es un problema que viene de las fuentes"

Manuel Blanco

— Economista y demógrafo

El economista y demógrafo gallego Manuel Blanco, advierte de los riesgos que supone observar el aumento de habitantes y otras cuestiones demográficas “con una visión cortoplacista”. Así, con los datos históricos de los que disponemos, avanza que “seguiremos con sequía demográfica”. La proporción viene siendo un nacido por cada tres fallecidos. Así que, siguiendo con el símil del agua, “el problema está en las fuentes”. Y la solución a la falta de juventud en el rural se antoja compleja: “La gente joven busca lugares con más jóvenes, aunque solo sea para encontrar pareja; así que se produce el efecto perverso de que los lugares con menos gente, se van quedando también sin los de menor edad”, razona. Un mal difícil de revertir sin incentivos –incluso económicos– advierte el experto. “Las hipotéticas ventajas administrativas que puede tener empadronarse en un municipio concreto; quizás por tener acceso a ciertos servicios municipales o prestaciones, o porque algunos recibos sean más baratos, no son prácticos si no vives allí”, reflexiona Blanco.

Los concellos pequeños de Pontevedra son los que menos habitantes pierden

Analizando a fondo los datos de pérdida de habitantes, las cifras hablan por sí solas. Todas las provincias sufren una merma de su padrón. Pontevedra en total, resta 1260 habitantes en 2022, de los que 169 se corresponden con municipios de menos de 6.000 habitantes. A Coruña, en total, resta 954 habitantes, de los que 533 proceden de municipios de menos de 6.000 habitantes. Por su parte, Ourense en total, resta 943 habitantes menos en toda la provincia, de los que 273 se sitúan en municipios de menos de 6.000 habitantes. Y, por último, Lugo en total, resta 2.024 habitantes, de los que 1141 proceden de municipios pequeños.

Suscríbete para seguir leyendo