El cigarrillo electrónico se dispara entre los jóvenes, pero aún no supera al convencional

Unos 43.000 adolescentes probaron el nuevo formato, casi el triple que un lustro atrás | Más de 13.000 estudiantes de 14 a 18 años mezclan bebidas energéticas con alcohol

Un cigarrillo.

Un cigarrillo. / Óscar Corral

Carmen Villar

Carmen Villar

El cigarrillo electrónico va ganando terreno en Galicia entre las generaciones más jóvenes. En solo un lustro, la cifra de adolescentes que ha flirteado alguna vez en su vida con estos dispositivos casi se ha triplicado. De hecho, el porcentaje de quienes afirman haberlo probado ya iguala al de quienes reconocen que se han animado a dar alguna calada a un cigarrillo convencional. Así, en Galicia, casi cuatro de cada diez jóvenes admiten haber tonteado con el tabaco de siempre y el mismo porcentaje se anota para el cigarrillo electrónico, lo que se traduce en unos 43.000 estudiantes desde ESO a Bachillerato y FP.

En concreto, según los datos del último ESTUDES, realizado en 2021, un 38,1 por ciento del alumnado de enseñanzas secundarias de Galicia fumó alguna vez de una u otra manera, mientras que en la misma encuesta de 2016 la cifra de quienes habían probado el vapeador era de un 13,6 por ciento. Con todo, los vapeadores gallegos ocasionales están por debajo de la media estatal, donde quienes declaran alguna relación con el tabaco electrónico suponen el 44,3 por ciento del alumnado. Solo que en Galicia la cifra fue a más y el dato del conjunto autonómico, a menos.

Consumo en el último año

No obstante, cuando se analiza el consumo en el último año, un indicador que ofrece indicios de un consumo más cercano, la estadística revela que son casi uno de cada cinco adolescentes gallegos los que sucumben a las nuevas modas. En ese intervalo temporal de referencia, en cambio, la versión tradicional del tabaco se resiste a dejar de ser la más consumida, con un 31,2% frente a un 19,7%.

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Simón Espinosa

El Plan Nacional sobre Drogas, responsable de la encuesta ESTUDES, con carácter bianual, destaca que los chicos manifiestan una mayor prevalencia de consumo que las chicas desde que miden esta sustancia y Galicia no es una excepción, con un 42,4% frente a un 33,7% alguna vez e la vida. No sucede lo mismo, en cambio, con los cigarrillos de siempre, donde ellas llevan ventaja en todos los frentes temporales, una conducta que expertos en drogodependencias como Manuel Isorna han asociado a “expectativas de que el tabaco adelgaza o les quita el hambre”.

Precisamente Isorna es coautor de un artículo que muestra una faceta más del consumo del tabaco: la cachimba. A partir de una encuesta realizada por la Universidade de Santiago advierten cómo casi 11.000 menores gallegos fuman cannabis en pipas de agua y 25.000 la usan para tabaco.

Alcohol y compañía

Pero las sustancias psicoactivas no solo se fuman, también se beben, e igualmente asociadas al alcohol, la droga mayoritaria entre los jóvenes, Isorna advertía en otro trabajo sobre una de las nuevas formas de consumo: la combinación de alcohol con bebidas energizantes. De igual manera, el Plan Nacional sobre Drogas analiza el fenómeno y obtiene de su encuesta a estudiantes de 14 a 18 años que un 11, 7 por ciento de los adolescentes gallegos (16,1% estatal) ha mezclado bebidas energéticas y alcohol y ese número es relativo al último mes, lo que delata cierta frecuencia.

A pesar de que la cifra de consumo en Galicia es la más baja del país –solo por detrás de La Rioja, con una muestra muy reducida–, el artículo firmado por Isorna y Francisco Arias en “Adicciones” advertía que esa mezcla puede conducir a consumir más alcohol por la “falsa sensación de control” y “a medio plazo favorecer la dependencia” de esta sustancia. Al “subestimar” la intoxicación, añaden, los consumidores pueden alargar las veladas y así consumen más y participan en prácticas de riesgo. En concreto, en 2021 el Plan Nacional sobre Drogas se centró en bebidas con alto contenido en cafeína y en su informe detecta una mayor prevalencia de consumo de diferentes drogas entre los alumnos que tomaron bebidas energéticas de alto contenido en cafeína, alcanzando ese dato valores “máximos” al mezclar estas bebidas con alcohol.

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Las drogas protagonizan numerosas charlas en los centros y figuran en los currículos desde 6º de Primaria en la Lomloe. Sin embargo, los jóvenes no dominan la cuestión. Si en 2016 una tercera parte de los encuestados por el Plan Nacional sobre Drogas en ESO, Bachillerato y FP aseguraba sentirse “perfectamente” informado al respecto y menos de un 7% declaraba lo contrario, los datos de 2021 revelan un retroceso: solo uno de cada cuatro afirma estar bien informado y otro tanto proclama lo contrario. Y la media estatal va en la misma línea. Especialistas en jóvenes y adicciones como Antonio Rial Boubeta sostienen que la cuestión no es informar, sino “ser capaces” de generar un “impacto” sobre los adolescentes y que esa información cambie la actitud que tienen y module su percepción de riesgo y su conducta. Una gran mayoría, advierte, tienen información “distorsionada” y además “no son conscientes”. De lo contrario, alega, ¿cómo se explica que consuman alcohol con bebidas energéticas o hipnosedantes o alcohol de alta graduación? Para él, la información en sí “no es preventiva”, sino que hay que cambiar el modelo, lo que tiene que ver con cambiar las leyes y que tanto padres como instituciones sean “responsables”.

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Tanto el alcohol como el tabaco, las dos sustancias más consumidas por los adolescentes españoles, están vetadas, en teoría, hasta los 18 años. Aunque el ESTUDES engloba también a mayores de edad en la encuesta (14 a 18 años), las respuestas indican que una inmensa mayoría de estudiantes jóvenes considera “relativamente fácil” o “muy fácil” acceder a sustancias psicoactivas. El último informe muestra que casi un 93% comparte estas afirmaciones para el caso del tabaco y la cifra sube incluso por encima del 94% cuando se les pregunta por bebidas alcohólicas. Los datos de la Policía Autonómica permiten constatar, según trasladan desde Vicepresidencia Segunda de la Xunta, que solo en lo hasta principios de diciembre impusieron 47 multas por consumo y 14 por venta. En lo que respecta a cannabis, el ESTUDES muestra que la consideran una droga fácilmente accesible dos de cada tres alumnos gallegos. A partir de ahí, esa percepción de disponibilidad de las drogas desciende. Así, son un 46,7% quienes comparten esa afirmación en el caso de hipnosedantes y alrededor de uno de cada cuatro lo manifiestan, con ligeras variaciones, para cocaína en polvo, éxtasis o alucinógenos.

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