Otros billetes con el destino truncado

De la tragedia del río Órbigo en 1979, con 45 estudiantes y 3 docentes de Vigo muertos, a las subcampeonas de España de voleibol, varios siniestros en bus se saldaron con final mortal

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Las aguas de los ríos Lérez, las del Duero y el ya aciago Órbigo, en Zamora, han engullido las vidas de decenas de viajeros de autobús que no pudieron completar su viaje. Algunos eran escolares de excursión, otros acudían a una boda... A la fatalidad de no llegar a su destino, se suma la fecha marcada en rojo en el calendario. La tragedia con siete muertos, en plena Nochebuena, tiene un precedente lejano: la de los 45 escolares vigueses que murieron una Semana Santa en 1979.

Pero no solo en bus. El pasado mes de octubre moría la joven actriz Beatriz Álvarez-Guerra al caer el coche en que viajaba al río Almofrei, desde una altura de unos diez metros, también en Cerdedo Cotobade. Eso sí, el accidente de autocar del sábado se confirma como el más grave ocurrido en España desde 2016.

El horror del Órbigo

Quizás haya sido el accidente de autobús más fatídico de la historia contemporánea de Vigo, puesto que segó la vida de 45 estudiantes y tres profesores del colegio Vista Alegre, además del conductor. La tragedia, que sucedió el 10 de abril de 1979, en pleno Martes Santo, tiene coordenadas claras: el puente de Santa Cristina de la Polvorosa, en Zamora. Desde allí, el autobús –tras golpear con la parte trasera derecha contra la barandilla– se precipitó hacia las aguas del Órbigo.

Los escolares regresaban de una excursión de fin de curso por Madrid y Toledo. El vehículo no se izó hasta la madrugada del Jueves Santo y algunos cadáveres no se recuperaron hasta un mes después.

Setenta muertos al caerse un puente en el Duero

Asientos de un autobús que se cayó al Duero en Portugal en 2001 y que llegaron a Galicia, así como cadáveres.  | // LAVANDEIRA

Asientos de un autobús que se cayó al Duero en Portugal en 2001 y que llegaron a Galicia, así como cadáveres. / LAVANDEIRA

Un autobús que transportaba a más de 67 pasajeros y dos coches se vieron arrastrados la noche de un domingo, 5 de marzo de 2001, por el hundimiento de un puente metálico sobre el río Duero, a unos 50 kilómetros al este de Oporto, en el norte de Portugal. Aquel puente, nombrado de Entre-os-Ríos estaba rodeado de polémica por baja su fiabilidad. De hecho, con una estructura de tres metros de ancho, había sido construido en el año 1886 y soportaba un intenso tráfico de camiones y automóviles. Había ya prevista una partida para la construcción de un nuevo paso. El autobús hacía un recorrido ordinario, pero lo que une esta historia con Galicia ocurrió a posteriori. Varios cadáveres fueron localizados –así como hasta veinte asientos del autobús– en la costa gallega. Algunos en Camariñas, o placas de la matrícula del bus en la Costa da Morte, a donde los llevaron las corrientes.

Una salida de vía que costó la vida a tres voleibolistas

MIcrobús en el que viajaban el equipo Elevé de voleiból, con tres muertas.   | // LAVANDEIRA

MIcrobús en el que viajaban el equipo Elevé de voleiból, con tres muertas. / LAVANDEIRA

El 3 de mayo de 2009, a las dieciséis jugadoras de voleibol que componían la expedición del club Emevé de Lugo les cambió la vida mientras celebraban con alegría un título. Las jugadoras habían quedado subcampeonas de España en Canarias. Llegaron en avión al aeropuerto de Lavacolla, donde las recogió un microbús. Pocos minutos después de aterrizar y mientras cantaban la victoria, tres jóvenes perdían la vida en un accidente que, además, le causó heridas graves a otras once personas. En esta ocasión no fue en un río, sino en el vial que enlaza el aeropuerto de Lavacolla con la autovía Santiago-Lugo (A-54).

Escolares muertos al caer un autocar por un precipicio

Tampoco se cayó al río, sino por un barranco entre los municipios pontevedreses de Silleda y A Estrada, pero fue un grave accidente en autobús: en junio de 1992 perdieron la vida cinco adolescentes de entre 13 y 14 años y otros 27 resultaron heridos al caer un autocar por un precipicio en dicha localidad de Pontevedra. Las crónicas de la época apuntan a un posible error de conducción, al acercarse demasiado el bus al borde de la carretera.

La vida de un niño de 10 años, con otros 5 muertos en Boborás

El autocar regular que cubría la línea entre Vigo y el País Vasco, se salía de la vía en abril de 2001, cayendo por un puente desde una altura de 35 metros entre los municipios ourensanos de Carballiño y Boborás en pleno mediodía. Entre los cinco fallecidos se encontraba un niño de 10 años, mientras que otras siete personas resultaban heridas de diversa consideración.

A una boda a Redondela

Un joven de 31 años, de profesión lingüista, moría tras la salida de vía de un autobús que se dirigía a una boda en Redondela en octubre de 2010 y que nunca llegó a la celebración. Los viajeros, que procedían de A Pobra de Caramiñal en su mayoría, sufrieron un accidente a la altura de Caldas de Reis, que también obligó a hospitalizar a otros 15 heridos.

Autobús portugués volcado en Oia

Un autobús turístico volcó en la carretera de la costa entre Vigo y A Guarda en 2006, con catorce heridos, algunos muy graves.   | // RAFA ESTÉVEZ

Un autobús turístico volcó en la carretera de la costa entre Vigo y A Guarda en 2006, con catorce heridos, algunos muy graves. / RAFA ESTÉVEZ

Catorce personas resultaron heridas, una de ellas muy grave, tras precipitarse en este caso, también por un terraplén, un autobús con 56 turistas portugueses en el municipio pontevedrés de Oia en julio de 2006. Los viajeros, que participaban en una excursión de dos días por Galicia, tuvieron que ser trasladados a hospitales de Vigo. Por suerte, los cinco niños que iban en el autocar resultaron ilesos.

Pequeño “milagro” en otro autobús escolar

Para acabar, una historia con final feliz ocurrida este mismo año. En marzo, volcaba un autobús escolar en Lalín con 37 escolares de entre 12 y 14 años, de primero y segundo de la ESO, y tres profesores, todos del IES Chano Piñeiro de Forcarei. Viajaban al Museo Casa do Patrón de Doade. Pero el siniestro se saldó sin heridos. “Un milagro” teniendo en cuenta la gravedad del accidente y el estado en que quedó el vehículo.

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