Un plan de mejora genética plantará 20 millones de pinos en 5 años en Galicia

La Fundación Arume pretende lograr una variedad más comercial y resistente al cambio climático | El proyecto es una pionera colaboración público-privada en 20.000 hectáreas

Paseo invernal por un monete de pinos.

Paseo invernal por un monete de pinos. / Fdv

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Un plan de mejora genética en Galicia de variedades de pino tratará de lograr una planta con mayor validez para madera comercial y, también, más resistente al cambio climático. Así lo aprobó ayer el patronato de la Fundación Arume, que contempla plantar 20 millones de plantas en cinco años para producir madera en 20.000 hectáreas de la geografía gallega. Cuentan, además, con apoyo institucional de la administración gallega, de varias empresas y del Centro de Investigación Forestal de Lourizán, según indica el vicepresidente de la Fundación Arume, Francisco Dans, y director Asociación Forestal de Galicia. 

usos forestales en Galicia

usos forestales en Galicia / Fdv

El pino insigne, también conocido como pino radiata por su nombre científico (Pinus radiata), es una de las pocas especies de pino que son alóctonas en la Península Ibérica.

Sin embargo, en España es una de las especies que más se licitan para el aprovechamiento de su madera, junto con otras especies como el pino silvestre yel pinaster. Esta especie se cultivará en huertos semilleros de nuestra comunidad para luego replicarse, y cuenta con el asesoramiento –entre otros expertos– de técnicos chilenos que también visitaron Galicia. Entre ambas especies de pinos (pinaster y radiata), la superficie que contemplan reforestar asciende a 40.000 hectáreas, explican técnicos de la Fundación.

¿Qué se logrará a través de este proyecto? Entre otras cuestiones, estandarizar los materiales (la madera) y vender pinos con certificado de procedencia, por ejemplo. Es decir, materiales acreditados y, por otra parte, más resistentes a las enfermedades a través de ese programa de mejora genética. Ahora, el resultado de este plan es producto de la colaboración –incluso– internacional con países como Chile y Portugal.

De hecho, desde la Fundación Arume, impulsada desde el sector forestal gallego para fomentar el desarrollo del pino en Galicia, trabajan en la puesta en marcha de la marca de calidad “Pino de Galicia”, que estandarizará la oferta de categorías de madera de pino de Galicia y mejorará así su posicionamiento en el mercado.

Desde la Asociación Sectorial Forestal Galega (ASEFOGA), Jacobo Feijóo Lamas, también miembro del Patronato de Arume, asegura que se seleccionarán árboles que ya tengan buena resistencia y calidad. Y, como no se pueden replicar in vitro, se utilizará una técnica “más compleja” que utiliza púas injertadas en plantas madre y luego, a partir de las piñas, se procederá a la siembra para luego obtener esquejes de los que proveer a los viveros para todas las reforestaciones que se realicen.

El director de la Escuela de Ingeniería Forestal y experto en gestión forestal, Juan Picos, aplaude esta iniciativa pionera, pendiente de su evolución: “En Galicia necesitábamos trabajar especies forestales como el pino y, por primera vez, se hará a través de una colaboración público-privada”.

El presidente de Arume, José Carballo, ha destacado que “se está llevando la economía al rural” y “esto está reactivando el cuidado de los montes gallegos y la producción de madera”. Así, ha resaltado que durante el COVID-19 el sector “tuvo un momento espectacular” por la revalorización del hábitat “donde la casa no era solo un sitio en el que dormir”. En este momento, “el ocio y los hoteles marcan el consumo”. Carballo ha insistido en la necesidad de “pasar de una economía de materiales fósiles a una economía de materiales renovables, basada en la madera”. Dada la “relevancia” del sector y la necesidad de contar con un monte “ordenado y multifuncional”, crece la importancia de que los diferentes ámbitos productivos sean clave.

Superficie pinos Galicia

Superficie pinos Galicia / Fdv

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Entre los datos del balance anual que tocaba, por fechas, a la Fundación Arume, se asomó una cifra representativa: de 500.000 plantas en 2018, la superficie reforestada con pino pasó a 5 millones en 2021. Es decir, se multiplicó por diez. Solo este año se ha plantado esta especie en 5.000 hectáreas de monte gallego. Detrás de estos datos se encuentra, también, el contexto propicio. En plena moratoria del eucalipto en Galicia, puesto que hasta finales de 2025 no podrá haber nuevas plantaciones de dicha especie, se avanzan oportunidades para el cambio de la silvicultura en la comunidad. Desde hace aproximadamente un año y medio, el pino está recuperando los niveles de precios en monte anteriores a la crisis del 2008, lo que refuerza su atractivo y el interés en su silvicultura para obtener madera de calidad. Para la industria, existe la posibilidad de avanzar en la transformación de las coníferas y de consolidar nuevos mercados en productos de calidad, como, la madera laminada, la madera termotratada o el CLT (Cross Laminated Timber), empleado de manera estructural en la construcción”, completan desde Arume. Eso sí, “los operadores –concluyen– buscan un suministro seguro, con maderas de cercanía y de calidad. La superficie de monte de pino pasó de 356.665 hectáreas en 1997, según datos presentados por el Patronato a 282.500 hectáreas en 2015, lo que representó la merma del 21%.

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