La ABAU (aún) no cambia

Grupo de estudiantes, dirigiéndose a la selectividad.

Grupo de estudiantes, dirigiéndose a la selectividad. / HÉCTOR GONZÁLEZ

E. O.

La nueva ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade), cuyo modelo piloto iba a estrenarse progresivamente y que, en las últimas semanas concitó las críticas de colectivos de filólogos y redes de filosofía, pasando por la RAE, además de provocar que la Xunta y otras cinco comunidades del mismo signo político –como Madrid o Castilla-León– abandonasen el grupo técnico que la diseña, no cambiará este año.

La convocatoria de exámenes de este curso escolar 2022-2023 seguirá con el formato de la pandemia; es decir, con más opciones de respuesta que en los exámenes previos a la COVID-19 y preguntas tipo test. Justamente, una de las cuestiones más puestas en la picota por muchos de los docentes detractores: la falta de espacio y caracteres de texto para que el alumnado argumente las respuestas, seguirá inamovible... de momento.

Así ha sido oficializado por el Gobierno y lo han reflejado el Ministerio de Educación y Formación Profesional y el Ministerio de Universidades en la orden reguladora. Los citados ministerios justifican que el alumnado que realizará la prueba de acceso a la Universidad en el verano de 2023 “ha cursado gran parte de su escolarización con restricciones y ha tenido que sortear dificultades que deben seguir teniéndose en cuenta en esta prueba”.

Por ello, los departamentos que dirigen Pilar Alegría y Joan Subirats consideran que es “recomendable mantener el diseño y las características del modelo de prueba de evaluación de Bachillerato que viene aplicándose desde el curso 2019-2020, con el objetivo de evitar incertidumbres en la comunidad educativa y solventar posibles situaciones de desigualdad entre el alumnado que debe realizar este modelo de prueba por última vez este curso y los que lo hicieron en las convocatorias anteriores”.

Los exámenes del próximo curso, según consta en el documento, contendrán preguntas abiertas y semiabiertas que requerirán del alumnado “capacidad de pensamiento crítico, reflexión y madurez”. Además, se podrán utilizar preguntas de opción múltiple, siempre que en cada una de las pruebas la puntuación asignada al total de preguntas abiertas y semiabiertas alcance como mínimo el 50%. La preguntas de opción múltiple tendrán “una sola respuesta correcta inequívoca y que no exigen construcción por parte del alumnado, ya que este se limitará a elegir una de entre las opciones propuestas”.

Las semiabiertas serán preguntas “con respuesta correcta inequívoca y que exigen construcción por parte del alumnado”, una construcción “breve”, por ejemplo, un número que da respuesta a un problema matemático, o una palabra que complete una frase o dé respuesta a una cuestión. Habrá también preguntas abiertas que exigen “construcción por parte del alumnado”.

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