Galicia pide retirar la nueva ABAU por “agravar” las desigualdades entre alumnos

El Ministerio cambia el modelo de transición: mantendrá las pruebas por materias, pero serán más “competenciales” | La Xunta pide volver a empezar de cero la negociación

Reunión, ayer, de la Conferencia Sectorial de Educación. |   // EFE / FERNANDO ALVARADO

Reunión, ayer, de la Conferencia Sectorial de Educación. | // EFE / FERNANDO ALVARADO / C. Villar

Carmen Villar

Carmen Villar

La nueva ABAU (Avaliación de Bacharelato para o Acceso á Universidade) llegará un año más tarde y con un menor peso del examen de madurez, como había avanzado el Gobierno, pero además el modelo de transición será muy diferente: las materias ahora conservarán su individualidad, pero irán incorporando un formato más competencial hasta que se implante el modelo final en 2028 con una prueba de madurez y otra específica de la modalidad. Esa fue la oferta del Ministerio de Educación a las comunidades ayer en la Conferencia Sectorial de Educación, pero a la Xunta no le bastan esos retoques y pide retirar el proyecto entero para volver a empezar de cero. Galicia pone sobre todo dos peros: cree que no solo no soluciona el problema de desigualdad que implica el modelo actual, sino que lo “agrava”, y que el examen de madurez, con varias disciplinas fusionadas, “diluye la cultura del esfuerzo”, indicó ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez.

El encuentro de ayer no contribuyó a limar las asperezas entre Galicia y el resto de autonomías del PP con el proyecto. El 3 de diciembre la Xunta, y otras comunidades del mismo signo político, anunciaban que no participarían más en el grupo técnico que diseña la letra pequeña del futuro acceso a la universidad al considerar que el Gobierno no escuchaba sus propuestas, pero ayer la disensión creció y Galicia salió del encuentro reclamando al Ejecutivo central la retirada de una reforma que, denuncia, “pretende imponer de forma unilateral” –un “trágala”, dijo el conselleiro– y que “acentúa” los problemas del modelo que quiere reemplazar.

En el punto de mira, la prueba de madurez

Cuestiona, sobre todo, la prueba de madurez, que llegaría ahora en 2028 y que tendría, alega, un peso “muy significativo” en la nota, aparte de “devaluar ámbitos académicos tan importantes como son la filosofía, la historia o las lenguas”. Por ello, cree que el Ministerio “haría bien en retirar el proyecto” y sentarse de nuevo con las comunidades, entre ellas las que representan a la mitad del alumnado, para garantizar “la igualdad” y “criterios de evaluación homogéneos con niveles de exigencia y corrección similares”.

Tras la reunión, el número dos del Ministerio, el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar Cendón, rechazó que el Gobierno esté dispuesto a empezar de cero o una prueba única y defendió que la reforma saldrá adelante, informa Efe.

¿Cómo sería el nuevo examen tras los cambios?

Aunque ayer el Gobierno dejó abiertas cuestiones como el número de preguntas, de textos o los tiempos a la espera de un piloto en 2023, sí cambió el modelo de transición. El previsto contemplaba hasta 2027 (ahora 2028) dividir la fase de acceso en cuatro ejercicios de igual ponderación: uno de la materia de modalidad, dos de las materias de Historia de la Filosofía e Historia de España y un cuarto, un precursor de la prueba de madurez centrado en lo lingüístico. Ahora el Ministerio “redefine” como será esa transición, “manteniéndose el sistema de ejercicios asociados a materia, que irán progresivamente adoptando un formato competencial”, señala en un comunicado. También se abre a ampliar un año el calendario para “garantizar un paso al nuevo modelo con unas mayores garantías, con mayor seguridad y con más tiempo”.

[object Object]

El fin del pasado curso mezcló en las aulas de ESO a aprobados desmotivados porque no aprendían materia nueva con escolares que tenían que recuperar, lo que generó críticas de padres, docentes y directivos. La situación no se repetirá este año con el cambio en el calendario escolar que la Xunta trasladará mañana a los sindicatos. Porque la del curso pasado fue “una solución de urgencia” para “mantener los derechos de los alumnos” en cuanto a recuperaciones y “no funcionó”. Así lo explicó ayer el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, quien achacó a la “improvisación” del Gobierno central la situación generada al trastocar las reglas de juego “a mitad del partido” y suprimir la convocatoria extraordinaria. Pero este curso los alumnos de ESO tendrán clase “normal” hasta el final, el día 22 de junio. Por otro lado, ante denuncias de CIG-Ensino de que la Xunta “ya no va a cubrir” las bajas en el profesorado desde ahora hasta el día 9 de enero, tras las vacaciones de Navidad, el conselleiro aseguró que “siempre” se aplica “el mismo sistema” y se toman decisiones “que garantizan que el sistema educativo funcione”. En concreto, el sindicato denunció ayer que, a dos semanas de comenzar el descanso navideño en los colegios e institutos, no se vayan a cubrir ya bajas porque quedan menos de 15 días de clase, una práctica que “no por repetida año tras año deja de ser grave”. Según la CIG, a día de ayer, la Xunta “borró todas las bajas inferiores a 15 días” y todavía hay 33 sin cubrir, sobre todo en Primaria.

Suscríbete para seguir leyendo