La emigración del rural en cifras: 375.500 mudanzas en 15 años, la mayoría de jóvenes

El acceso a la educación superior, principal causa del éxodo

El único habitante de una aldea, Corteo de Arriba, en Monteagudo.

El único habitante de una aldea, Corteo de Arriba, en Monteagudo. / C. Pardellas

Elena Ocampo

Elena Ocampo

Un total de 375.429 migraciones desde el rural, en las que el perfil mayoritario es el de los jóvenes, se registraron en Galicia desde los años 2000 a 2015. Así lo apunta la tesis doctoral “Factores determinantes de la emigración rural de la población joven de Galicia en el siglo XXI”, fruto de la investigación de Rocío Toxo Asorei, de la Escola Politécnica Superior de Ingeniería (USC) que constata que el ‘retrato robot’ del emigrante rural es una persona de unos 18 años –ligeramente más joven de lo que muestran las estadísticas que lo sitúan entre 25 y 34 años– y que, en su mayoría, abandona su municipio para cursar estudios superiores. En ese momento, decide establecerse en algún municipio no rural de Pontevedra o A Coruña, principalmente. Y luego, ya no regresa.

Es decir, la transición a la educación superior constituye el primer eslabón que lleva a la juventud a abandonar las áreas rurales hacia las ciudades gallegas en las que se asientan campus y centros de formación. “La finalización de los estudios obligatorios implica la necesidad de elegir –por primera vez– entre permanecer en el rural o abandonarlo”, insiste Toxo. Después de graduarse, o bien por las mejores ofertas laborales, o por el efecto de atracción que ejercen las metrópolis, esos jóvenes ya no vuelven a sus poblaciones de origen, según indica el extenso estudio que contó con la dirección de los profesores Ana Isabel García Arias y Carlos Allones.

Es más, el destino de siete de cada diez migrantes, de los 1,3 millones que cambiaron de domicilio en Galicia en un periodo de quince años, fue otro municipio gallego. Es decir, emigración interior. Mientras, un 23% se marcharon a otras comunidades autónomas, siendo las predilectas Madrid, Cataluña y Canarias; y solo un 7% de los movimientos migratorios gallegos se dirigió a otros países europeos o internacionales. Esa es otra de las realidades que analiza el informe de Rocío Toxo.

“La realidad advertida en Galicia”, mantiene la investigadora, “no constituye una excepcionalidad demográfica, ya que la evolución de los procesos demográficos responde a tendencias generales propias de las sociedades modernas de los países de Europa occidental”.

[object Object]

“Al igual que ocurre en otros contextos europeos, el declive demográfico y la despoblación son dos de los fenómenos más destacados que experimentan actualmente muchas áreas rurales gallegas, fenómenos que están estrechamente vinculados a la emigración rural de la población joven”, añade.

La ecuación de una baja tasa de natalidad, vinculada a la falta de jóvenes, junto con el envejecimiento de la población que se queda en los municipios rurales y la falta de oportunidades laborales por la pérdida de habitantes, concluyen en la espiral conocida de aldeas vacías.

Eso sí, la investigadora de la USC señala a un fenómeno global. Al mismo tiempo, “la emigración rural de la población más joven es una característica destacada de muchas áreas rurales europeas y sus consecuencias originan desafíos que urge afrontar”, a pesar de ser un fenómeno cuantitativamente menor que la emigración interurbana en esa misma franja de edad.

Suscríbete para seguir leyendo