Vivir en plena Rede Natura suponía para los vecinos y agricultores enmarcados en la malla forestal de protección en Galicia vestir un corsé en el día a día de sus actividades. Por ejemplo, a nivel ganadero, la limitación del uso de vallas o pastores que alejasen a las alimañas, la necesidad de tramitar farragosas autorizaciones para quemar restos forestales o la mera corta de madera para calefacción. Ese fue durante la última década el principal caballo de batalla de la Asociación de ganaderos del macizo central ourensano (Agromacen), –que agrupa a más de medio millar de productores de toda la provincia–, entre otras.

Muchas limitaciones para pocos beneficios, resumía el presidente de Agromacen, Pedro Rodríguez Parente , uno de los más beligerantes en reclamar la legalidad de los “usos tradicionales” del monte. “Esa merma de las actividades afectó a buena parte de la actividad ganadera”, denunciaba. No solo eso: tampoco se permitía edificar depósitos de agua en los que abastecerse, por ejemplo, en caso de incendio. En algunos casos, los trámites exigidos para los permisos hacían a los muchos vecinos desistir en el intento.

Ahora, la Xunta ha anunciado que impulsará nuevas medidas de gestión para potenciar la compatibilidad entre la protección de la Rede Natura y las actividades tradicionales necesarias para proteger sus hábitats. Es más, el vicepresidente primero y conselleiro de Economía, Francisco Conde explicó que, entre las actividades reconocidas, estarán “el cultivo de pastos, las quemas controladas o la creación de pistas cortafuegos”. “Es un error pensar que en un espacio protegido no puede tener lugar ningún tipo de actividad ya que hay iniciativas que contribuyen a conservar el entorno o prevenir los fuegos”, indicó Conde, quien puso algunos ejemplos como “el cultivo de pastos, los desbroces preventivos, las quemas controladas o la creación de pistas cortafuegos”. ¿Cómo se hará? La Xunta ha decidido modificar el Plan Director que rige la Rede Natura en Galicia –un instrumento aprobado en 2014–, precisamente, para autorizar esos usos tradicionales.

En la práctica, la modificación hará que se simplifiquen los trámites a realizar para implantar medidas, “por motivos preventivos”, entre otros. El Consello da Xunta ya autorizó el acuerdo de la Consellería de Medio Ambiente que propone regular y reconocer en la planificación de este tipo de espacios protegidos el peso de acciones y medidas que contribuyen a la conservación de la biodiversidad del territorio.

Una antigua reivindicación cuyo cambio aplauden los ganaderos. “Es fruto de la presión ejercida desde año años”, concretó Pedro Rodríguez. Tras felicitar la medida, quiso solicitar la anulación o paralización de todos los expedientes sancionadores abiertos en materias que ahora se modificarán –es decir, su aplicación con carácter retroactivo–. Y no solo eso, que los residentes en Rede Natura se vean compensados por los años que vivieron esta situación.

En Europa, hay beneficios fiscales y de diverso tipo para los ciudadanos que residen en esos territorios, en España quizás solo en Aragón se estableció algún tipo de compensación por esa contribución, porque los vecinos no pueden ser jardineros de parques para visitantes de rutas de fines de semana, a coste cero”, reprochó críticamente el secretario xeral de Unións Agrarias. UUAA, Roberto García.

Así, este cambio previsto cuya aplicación estará en vigor a principios de 2023 satisface... Pero no a todos. El presidente de la Sociedade Galega de Historia Natural (SGHN), Serafín González, indica que este cambio normativo del Plan Director debería someterse a exposición pública y pasa por el Consello Galego de Medio Ambiente y el Observatorio Galego de Biodiversidad. “Deberían debatirse con mucho sosiego cúales son estas modificaciones”. Así como están de acuerdo en recuperar los usos tradicionales y la ganadería en extensivo en la Rede Natura, avanzan su desacuerdo con las quemas autorizadas.

También desde los ámbitos más ecologistas se critica que la ampliación prometida de los espacios protegidos Rede Natura es una quimera, a pesar de que Galicia va a la cola de España en superficie protegida.

Actualmente, la Rede Natura abarca casi un 12 % del territorio gallego y está conformada por 16 zonas de especial protección para las aves (ZEPA) y 59 zonas especiales de conservación (ZEC). La propia normativa marco en materia de patrimonio natural incide en que la gestión de este tipo de espacios protegidos debe tener en cuenta las exigencias ecológicas del entorno, pero también las necesidades económicas, sociales y culturales, así como las particularidades que definen cada región y territorio.

En este sentido, los espacios bien gestionados y conservados, en los cuales el aprovechamiento de los recursos naturales existentes se compatibiliza con un ejercicio acomodado de los usos y actividades tradicionales, son más resistentes frente a los efectos del cambio climático.

La modificación desatasca la construcción de infraestructuras de prevención de incendios


Entre las actuaciones que pasarán a considerarse medidas de gestión de la propia Red Natura está el mantenimiento de los pasteros existentes y su creación cuando se realicen sobre espacios no conformados por hábitats de interés comunitario ni sobre áreas prioritarias de especies de interés para la conservación, o las labores de conservación de las redes de fajas de gestión de biomasa forestal. También las quemas controladas –siempre que no afecten hábitats de interés comunitario ni especies de interés para la conservación–, así como el mantenimiento y la construcción de forma estratégica y planificada de infraestructuras preventivas frente a los incendios, pasarán a formar parte de las nuevas medidas de gestión en Red Natura 2000.

Conviene recordar que este pasado verano un incendio asoló 11.000 hectáreas que forman parte de la Zona Especial de Conservación (ZEC) Ancares-Courel. También vivió fuegos la localidad de Lobeira, inmersa en la misma consideración del Parque Natural de O Xurés- Baixa Limia.

Además, se proponen específicamente una serie de cambios relativos a la actividad agroganadera. Por ejemplo, las superficies de cultivos y pasteros existentes desde 2014 tendrán la consideración de zonas permitidas para su recuperación, ya que se busca mejorar la situación inicial en que se encontraban, y en las áreas de matorral existentes en el momento de declarar la Red Natura, y con el fin de garantizar un estado de conservación favorable, se podrán hacer anualmente desbroces preventivos en el 25 % de la superficie, pero no su desarraigo ni el decapado del terreno.