Tras años de silencio, el capitán del Prestige, Apostolos Mangouras, decidió romperlo y pronunciarse sobre la mayor tragedia medioambiental que recuerda Galicia, una desgracia que este domingo cumplió 20 años.

Desde su pequeño pueblo de Karkinagri, el griego habló con ABC sobre su estancia en prisión –por desobedecer la orden de alejar el petrolero de la costa– así como los apoyos que recibió allí, y también de cómo afrontó el siniestro. “Estaba lleno de grasa y suciedad de las máquinas y llevaba días sin afeitarme”, destacó, reviviendo el momento en el que fue detenido tras llegar a tierra, y enviado directamente a la cárcel.

“Lo que más duro me resultó durante toda la detención y todo el tiempo que pasé en España es que no pude hablar, no pude defenderme”

De la prisión, donde estuvo 83 jornadas hasta que el armador del Prestige apoquinó su fianza, Mangouras recordó cuando le esposaron para llevarle al hospital –el segundo día– y también que sus compañeros –los demás reos– fueron “muy amables” con él. “Todos los días recibía decenas de cartas que me traducía otro presidiario en las que gente, casi todos estudiantes, me mandaban ánimos”, señaló, haciendo hincapié en la carta de una estudiante universitaria que incluso le preguntó por su talla para enviarle vestimenta y calzado a Teixeiro.

El capitán del buque naufragado también valoró lo peor de la catástrofe –desde su propia piel–, relatando que fue la situación de indefensión en la que se encontró en Galicia. “Lo que más duro me resultó durante toda la detención y todo el tiempo que pasé en España es que no pude hablar, no pude defenderme”, remarcó, criticando que “había que tomar decisiones, pero nadie lo hizo”.

El griego, de 87 años, cuenta con el apoyo de su reducido vecindario, que considera acertado su papel en la gestión de la crisis y no toca el tema si está él presente, por respeto: “El capitán rememora con dolor lo sucedido y no queremos que eso pase”.

Muy delgado y oculto tras una mascarilla negra

También programa de La Sexta "Salvados" siguió la pista del capitán por Grecia hasta despejar la gran incógnita: ¿Sigue vivo? En su pueblo natal, tras preguntar a vecinos y familiares, su presentador, el vigués Fernando González "Gonzo", halló a Mangouras en un chiringuito a pie de playa. El veterano marino presenta una imagen muy diferente a aquella guardada en nuestras retinas: cuando compareció en el juicio por el hundimiento del Prestige, hace 10 años.

Mucho más delgado, apoyándose en un bastón, y ligeramente encorvado - posiblemente debido a algunos problemas de salud que comentaron sus vecinos-, el capitán Mangouras declinó hacer declaraciones y remitió a Gonzo a hablar con sus abogados. Ante la insistencia del periodista vigués solamente lanzó dos mensajes: el maltrato que recibió por parte de las autoridades españolas y el agradecimiento a la sociedad: "La sociedad española me trató muy bien. Las autoridades, no. Quisiera agradecer a todos los que me ayudaron".