El peso económico del Eje Atlántico y el mayor valor de las propiedades inmobiliarias en Pontevedra y A Coruña respecto al interior de Galicia provocan que el 70% del patrimonio de la Xunta radique en ambas provincias, frente a apenas un 30% repartido entre Lugo y Ourense. Los inmuebles que posee la administración gallega rozan los 6.000 y su valor alcanza los 1.098 millones de euros, de los que 761 corresponden a los territorios más occidentales.
Esta distribución está recogida en la última radiografía patrimonial elaborada por la Xunta, que cada año realiza un inventario de sus propiedades, tanto inmuebles como de otro tipo, incluyendo mobiliario, cuadros y otras piezas artísticas. En 2020, la incorporación de nuevas carreteras y fincas al erario público incrementaron el valor atribuido al patrimonio inmobiliario de 751 a 1.090 millones de euros, entonces la cifra más alta en la historia de la comunidad. Ese dato se incrementa ahora ligeramente en otros 8 millones para alcanzar una cota inédita debido a la reactivación del mercado inmobiliario, a pesar de que la cifra total de edificios en manos de la administración se reduce, pasando de 5.830 a 5.757, incluyendo propiedades en uso (centros médicos, escuelas, institutos...), edificios y oficinas alquilados a terceros, usufructos... Es decir, con 73 inmuebles menos en el inventario, el valor total crece 8 millones de euros en un año.
La distribución evidencia también el peso demográfico y político de la fachada atlántica. A Coruña suma 1.895 bienes, por 1.573 de Pontevedra, 1.180 de Ourense y 1.107 de Lugo, con unos valores económicos de 425.7 millones, 335,4, 209.8 y 115.6, respectivamente. A ellos se unen dos edificios en Madrid valorados en 11,8 millones. Uno de ellos es la Casa de Galicia en esa comunidad.
El listado que figura en la Conta Patrimonial de la administración gallega obvia dos de las principales obras de la comunidad: el hospital vigués Álvaro Cunqueiro, que se construyó recurriendo a una concesión privada que también se encarga de su equipamiento y de su funcionamiento, y la Cidade da Cultura, la gran obra en el monte Gaiás impulsada por la Xunta de Fraga. Ambas supusieron una inversión superior a los 700 millones de euros.
Sí figuran en la clasificación el resto de grandes edificios, como la propia sede central de la Xunta en el edificio de San Caetano, en Santiago, valorado en 4,6 millones de euros, mucho menos de lo que cuestan el complejo administrativo en San Lázaro, donde se encuentran la sede del Sergas y de la Consellería de Medio Ambiente, con 16,2 millones y de la residencia oficial del presidente de la Xunta en Monte Pío, también en Santiago, tasada en casi 17 millones.
La sanidad copa la mayor parte del pastel inmobiliario de la Xunta, que posee el edificio más caro en la capital de Galicia. Se trata del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), que supone algo más de 100 millones. Su equivalente en A Coruña, el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC), está tasado en cinco veces menos: 21 millones.
En Vigo, el hospital Meixoeiro posee un valor de 22 millones, mientras que el Nicolás Peña de Pontevedra alcanza los 13,1. El edificio administrativo de la Xunta en Vigo alcanza los 11,9 y la Escuela de Arte Dramático de la ciudad, los 6,7.
Las notas más curiosas del listado se refiere a las islas. Las Ons están tasadas en 12,5 y las Cíes, en 11,5, según la documentación interna de la Xunta.
Monte Pío duplica su valor
En su última etapa como presidente de la Xunta, Manuel Fraga lanzó un proyecto para construir una residencia oficial destinada al jefe o jefa del Ejecutivo. El inmueble, que mira a la Catedral de Santiago, fue apenas utilizado durante sus dos décadas de vida. Sin embargo, su valor se ha duplicado por el bum inmobiliario en los últimos dos años. Si en 2019, era valorado en 8,7 millones, ahora roza los 17.
El gasto en alquileres cae a 170.000 euros mensuales
La austeridad fue el lema con el que Alberto Núñez Feijóo comenzó a gestionar la Xunta en 2009 tras la derrota del bipartito y la gestión de la crisis financiera. Entonces, se aplicó una política de control del gasto público en alquileres, tratando de maximizar al máximo cada euro, es decir, aplicando recortes. Una filosofía similar permitió el año pasado rebajar un 30% la superficie de inmuebles alquilados, lo que se tradujo en una reducción de la factura que cada mes paga la administración gallega en arrendamientos: de 249.872 euros en 2020 a 168.154 el año pasado.
Esta cifra supone un gasto anual en rentas ligeramente superior a los dos millones de euros.
En este apartado, destaca la superficie alquilada en Lugo, que supera a la de Pontevedra. En la primera, la Xunta cuenta con 7.327 metros cuadrados arrendados, mientras que en la segunda la cifra es de 7.092. A Coruña copa casi la mitad de la superficie total con 15.181 metros cuadrados y Ourense apenas alcanza los 4.086. ¿Cuánto cuestan esos alquileres cada mes? En A Coruña, 64.976 euros; en Pontevedra, 43.589; en Lugo, 21.835; y en Ourense, 37.757.
Las rentas más altas se encuentran en el concello de Brión, limítrofe con Santiago, con dos locales por los que se paga más de 7.700 euros mensuales. En Ourense, una oficina de empleo cuesta 6.490; otra en Lugo, 4.800; y otra en Vigo, 4.782.
