Antía es una niña de 8 años que comenzó el curso en 3º de Primaria y se apuntó a la extraescolar de surf. Pero, antes de poder coger la tabla, el pasado fin de semana sintió dolor de garganta, mocos y congestión que la apartaron dos días de clase. Además de febrícula, se quejó tanto de molestias en la barriga que sus padres acabaron en Urgencias del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo el domingo. Tras descartar una apendicitis y dar negativo en un test de antígenos, se fue a casa. Ya recuperada, su sorpresa fue mayúscula cuando el lunes volvió a clase. La mitad de sus compañeros no estaban. También faltaban diez en la clase de su hermana Marina. Lo mismo le ocurre a Darío en su clase de Educación Infantil en Toques, A Coruña y a Mauro, de 1º de Primaria en Nigrán.
La presidenta de FOANPAS de Vigo, Iria Salvande, con su hija escolarizada en el CEIP Seis do Nadal, confirma esta tendencia en centros educativos. Asimismo, otros directivos, sobre todo con alumnos en edad pediátrica. Aunque las faltas de asistencia son difíciles de contabilizar en ese tramo y los médicos de Primaria no registran las patologías de los niños, la merma de la asistencia en las aulas es un secreto a voces estos días.
“Las infecciones respiratorias han aumentado un 30% respecto a finales del mes pasado”, explica la presidenta de la Sociedad de Pediatría de Galicia (Sopega), Susana Rey. ¿Qué ha pasado? Los médicos parecen tenerlo claro: con la retirada de las mascarillas, hemos vuelto a los niveles prepandemia de incidencia. Basta como ejemplo que el primer domingo tras la vuelta al cole, alcanzaba su récord de actividad de lo que va de año con 200 consultas, principalmente, por infecciones respiratorias, Urgencias pediátricas en el área de Vigo.
“A partir de la 2º y 3º semana de septiembre, tradicionalmente aumentaban los cuadros víricos, con afectación general, de las vías respiratorias y febrícula, inflamación de garganta, mocos...”, precisa el pediatra Juan Manuel Sánchez Lastres, tras atender en la mañana de ayer a 32 casos con ‘cuadros importantes’, aunque ninguno de ellos dio positivo en COVID. Antes del curso escolar, simplemente, no había. “Es posible que estemos recuperando la dinámica prepandémica”, reflexiona.
Como si de un calendario se tratara, señala los virus más frecuentes en esta fecha: “La distribución clásica es de adenovirus y rinovirus y, a partir de noviembre, virus sincitial respiratorio y gripe”. Eso sí, como si de un oponente más se tratase, el coronavirus que –en su opinión– convivirá como otro más en ese espacio, buscará su hueco. “Algunos apuntan a que habrá una octava ola y jugarán un papel en el conjunto de todos los virus los sublinajes de ómicron que están ahí, aunque quizás cursarán con cuadros más leves, sin carga para los hospitales”, completa Sánchez Lastres.
“La temporada de gripe esta año se prevé intensa. No porque los virus sean más graves, sino porque estos años de pandemia han circulado menos y, por tanto, hay más gente susceptible, tanto niños como mayores. Habrá el triple de personas afectadas, por lo que es importante tener al día los calendarios vacunales, no solo de COVID sino de gripe”, explica el jefe y Coordinador Servicio de Pediatría, Hospital Clínico Universitario de Santiago e investigador clínico, Federico Martinón.
Al tiempo que presume de que Galicia será pionera en la vacunación de bebés de más de seis meses, avanza la preocupación con el virus sincitial respiratorio, del que aún no hay vacuna. “Será un invierno complicado”, vaticina. También, que si algo deberíamos haber aprendido de la pandemia es que, aunque no sea COVID, ante síntomas respiratorios agudos, se debe usar mascarilla.
