En la recta final del verano y tras haber sufrido España y Galicia una de las mayores olas de calor de la historia, tanto por su intensidad como por la duración, las altas temperaturas se han cobrado, de forma directa o inducida, numerosas muertes. En la comunidad gallega, el balance sería de 228 fallecidos atribuibles al calor, según las estimaciones del Instituto de Salud Carlos III, ente adscrito al Ministerio de Sanidad que elabora el sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo), cuyo objetivo es identificar las desviaciones de mortalidad observada con respecto a la esperada según las series históricas, y permite estimar de forma indirecta el impacto de cualquier evento de importancia en salud pública. En el conjunto de España, los fallecimientos causados por el calor rondaron los 4.700.
Estos 228 óbitos provocados por las altas temperaturas en la comunidad gallega triplican el número de muertos que se producen en Galicia a lo largo de un año como consecuencia de los accidentes de tráfico, cuya media ronda las 80 víctimas mortales.
Aunque nadie es inmune al calor, los mayores, los niños y las personas con enfermedades crónicas como diabetes, patologías cardíacas y obesidad lo sufren más, así como las mujeres embarazadas. En Galicia las principales víctimas de las sucesivas olas de calor han sido las personas de más edad.
El Instituto de Salud Carlos III calcula que en el mes de junio murieron 14 personas en la comunidad gallega por causa del calor. Sin embargo, la cifra se disparó en julio hasta llegar a los 137 fallecimientos, coincidiendo con las temperaturas más extremas registradas en el año y que en muchos lugares se convirtieron en históricas.
Ya en agosto, con la climatología un poco más relajada, las víctimas mortales descendieron hasta las 77. En total, entre los tres meses, la suma de defunciones ascendió a 228. A ellas hay que sumar otras 3 en mayo vinculadas también al calor.
Sin embargo, hay otras muertes asociadas a las temperaturas, pero en este caso por lo contrario, por pasar frío. Así, el informe MoMo identifica otras 102 personas que fallecieron en Galicia por esta causa entre los meses de enero y abril, siendo enero, con 55, el que más defunciones generó.
En total y a falta todavía de transcurrir cuatro meses para agotar el año, el número total de óbitos atribuibles a la temperatura asciende a 333, frente a los 304 de todo 2021 o los 134 de 2020, primer año en el que se comenzaron a realizar este tipo de análisis.
En España, los fallecimientos por altas temperaturas llegaron a los 4.665 entre los meses de junio y agosto, siendo el de julio el más dramático, con 2.223 defunciones, por las 1.602 de agosto o las 830 de junio.
En todo caso, conviene tener en cuenta ciertas cautelas. No son cifras de muertos reales, sino que se trata de una estimación que el MoMo hace a partir de un modelo matemático que utiliza tres fuentes de datos: la de los registros civiles; las temperaturas según la Agencia Estatal de Meteorología; y la población por grupo de edad, sexo y provincia del INE.
A partir de ahí, hace una estimación estadística de excesos de mortalidad para un día determinado comparando series históricas que, además, no se puede considerar consolidada hasta que haya pasado al menos un mes desde su publicación, si bien van dando una idea de la evolución de los excesos de mortalidad en la población española.
