En menos de un mes arrancará el juicio por el accidente el Alvia, que dejó 80 pasajeros muertos y 144 heridos al descarrilar en la curva de Angrois, a escasos minutos de la llegada a la estación de Santiago. El megaproceso, que sentará en el banquillo al maquinista, Francisco Garzón, y al entonces director de Circulación en Adif, Andrés Cortabitarte, se celebrará en la Cidade da Cultura y contará con más del triple de testimonios que en el Prestige. El 5 de octubre es la fecha de inicio del juicio, que se alargará durante casi nueve meses y cuyo desembolso por parte de la Xunta rozará los 404.000 euros, según una modificación presupuestaria promovida por la Consellería de Xustiza, dirigida por Diego Calvo, el pasado mes de junio.

En esta operación se trasladaron 403.762,41 euros de la partida de imprevistos a una la “gestión del accidente del tren Alvia”, según recoge un informe registrado en el Parlamento en agosto. Con estos fondos, la Xunta costeará la infraestructura del juicio, cuya organización corre a cargo de la Fundación Cidade da Cultura.

Tras siete años y medio de instrucción –la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña dio carpetazo a la investigación en abril del año pasado, atribuyendo el descarrilamiento a la velocidad y advirtiendo que el riesgo no fue “percibido ni atendido” por Adif– llega el mayor juicio en los tribunales gallegos, con más de 700 personas citadas, entre testigos y peritos. Los tres primeros días del juicio se dedicarán a las cuestiones previas y a los interrogatorios de los dos únicos acusados.

La Fiscalía pide cuatro años de prisión para Garzón y Cortabitarte y demanda que el maquinista sea inhabilitado para su profesión durante el tiempo de condena. Para el exresponsable de seguridad de Adif, que salió de la dirección de la empresa pública en mayo de 2021, requiere la inhabilitación durante el mismo periodo para el ejercicio de cualquier profesión que implique gestión, seguridad o responsabilidad en infraestructuras ferroviarias.