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Volver a un “cole” un poco diferente

El curso estrena los currículos de la nueva ley educativa y otra forma de calificar

Vuelta al cole el pasado curso. | // ALBA VILLAR

En solo diez días, todos los estudiantes gallegos volverán a estar sentados en sus pupitres. Por primera vez, el inicio del curso académico se unifica en todos los niveles no universitarios, desde Infantil hasta Bachillerato, FP o las enseñanzas de régimen especial en aras de la conciliación familiar, según explicó la Xunta en su momento. Y no es la única novedad que afectará a las aulas, donde este año convivirán, como en todas las transiciones normativas, dos legislaciones educativas, dado que la Lomloe, que marca las nuevas reglas, se aplica en los cursos impares.

La Xunta avanzó el diseño de cómo quedará el nuevo mapa educativo con la Lomloe en completo vigor, no solo este curso, y, en síntesis, según defendió al presentar las líneas maestras, la intención es “reforzar las competencias lingüísticas, humanísticas, matemáticas y científicas en todas las etapas educativas”. La filosofía, defiende el Ejecutivo gallego, es la de realizar “los mínimos cambios posibles” y no recortar contenidos.

En Infantil habrá pocos cambios, quitando que las guarderías serán gratuitas para todos los niños de 0 a 3 años. En el resto de etapas, se mantiene la carga horaria, pero se reequilibran los pesos y se introduce una materia espejo de Religión (cuya nota no contará para la ABAU o para becas), el Proyecto competencial. En Primaria, por ejemplo, se reforzarán las lenguas en 6º, aunque luego la hora que se gana se restará en 1º de ESO; Matemáticas pierde presencia en 5º y 6º, pero lo compensaría, indicó la Xunta, lo que suma Ciencias Naturales. En 6º también se estrenaría Educación y valores cívicos y éticos. Mientras, la ESO prima los contenidos STEM e incluye Filosofía entre las optativas y en Bachillerato, que gana una modalidad, la general, aplicada por pocos centros, recupera protagonismo Historia de la Filosofía y, además, Galicia incluirá en Historia de España contenidos anteriores a 1812.

No se estudia lo mismo y tampoco igual. La enseñanza será menos enciclopédica y memorística, irá más a lo competencial, a por lo práctico. Ese será también el enfoque de la futura selectividad, aunque, en teoría no toca este curso, sino el siguiente, afrontar el modelo transitorio entre el sistema vigente y el que otorgará el mayor peso de la calificación a una prueba de madurez.

Evaluación y promoción

En cuanto a la evaluación, Galicia avanzó ya que las calificaciones literales que prevé la nueva normativa, de “insuficiente” a “sobresaliente”, se “complementarán” con las numéricas para que las familias dispongan de la “máxima información” y para evidenciar “el esfuerzo de los estudiantes”. En lo relativo a promoción y titulación, la Lomloe consagra la repetición como excepcional y suprime las convocatorias extraordinarias en la ESO. En esa etapa, con dos materias, la promoción es automática. Si son más, decide el equipo docente, pero la Xunta exige en el aún proyecto de decreto de estas enseñanzas al menos un 5 de media y que las materias afectadas no sumen más de diez horas de clase por semana.

A FP, enseñanza “estratégica” para Galicia, no solo le afectará la denominada “ley Celaá”, sino la normativa específica que entró en vigor a finales de abril y que impulsa, entre otras, la formación dual, las pasarelas con la universidad, las dobles titulaciones o el bilingüismo, aspectos que en Galicia ya se contemplaban.

Por otro lado, una normativa estatal conmina a todos los centros a contar ahora con una figura de referencia contra el acoso escolar e igualmente deberán tener un plan digital para sacarle el máximo rendimiento a las tecnologías digitales en el aula.

Cambios más allá de lo académico

Pero los cambios no se limitarán al ámbito académico. El contexto extraescolar en el que se produce esa vuelta tampoco es el de hace un año atrás. Primero, porque habrá menos niños: según la Xunta, solo en Infantil, Secundaria y Educación Especial la cifra menguó en nueve mil alumnos en dos años. Segundo, por el escenario de inflación: las familias –y la propia Consellería de Educación– no ocultan su preocupación, hacen “números” y “ajustan gastos” porque, alegan, “todo ha subido”, desde el “material más básico hasta los libros o el material informático”, como explicaba ayer la presidenta de la Confederación de Padres de Alumnos, Begoña Ladrón de Guevara, a Europa Press. Tampoco será lo mismo en lo relativo al COVID. Como destacaba ayer el conselleiro de Educación, la desaparición de la “inmensa mayoría” de las restricciones hará del curso que empieza “el primer curso pospandémico real”.

La Xunta reprueba la aplicación “caótica” de la Lomloe


Para el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, uno de los factores que más “marcará” el curso, junto a las menores restricciones COVID o la inflación y sus efectos sobre los bolsillos de las familias, es la aplicación de la Lomloe y los decretos que la desarrollan y que definen los nuevos currículos, es decir, que concretan qué estudiarán los alumnos a partir de ahora.

La cuestión es que esa normativa estatal, que luego debe complementar en su otra mitad la autonomía en comunidades como Galicia, llegó tarde, como reprochó varias veces la Xunta, y las clases empezarán, en principio, sin que los decretos autonómicos estén listos. Por ahora, de hecho, siguen siendo proyectos, aparecen como pendientes de aprobación. El Ejecutivo gallego lo solucionó con unas instrucciones para “clarificar” la organización del nuevo curso y una aplicación informática para adelantar a la comunidad educativa “toda la información sobre el contenido de los currículos” en tanto no se materializa su publicación oficial. Otro objetivo era que las editoriales pudieran elaborar los nuevos manuales, por el riesgo de no llegar a tiempo.

Rodríguez volvió a cargar ayer contra la aplicación de la Lomloe por el Gobierno, que calificó de “caótica” y “absolutamente descuidada”. “Se nota en muchísimos aspectos”, aseguró, y enumeró “la necesidad de nuevos libros de texto”, “los cambios metodológicos” o “los nuevos criterios de evaluación”. “Se hizo muy rápido, de forma muy precipitada y caótica”, cuestionó, si bien adujo que las comunidades fueron capaces de “aplicar sentidiño” al desarrollo “poco afortunado” de la nueva normativa.

Pero no todo serán novedades. Se mantendrá, dijo, el “modelo educativo” de la comunidad y que da “buen resultado”, como demuestra PISA, el ser “líderes” en variables como inclusión o igualdad de oportunidades, o en una “fuerte apuesta” por la diversidad o la FP. El nuevo curso, sintetizó Rodríguez, tiene aspectos “muy positivos, como dejar atrás la pandemia, pero va a generar problemas de gestión por la aplicación caótica y la improvisación” del Gobierno al “cambiar las reglas del juego” con la nueva ley durante los últimos meses.

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