Las renuncias a herencias baten su récord para evitar asumir las deudas asociadas
Los rechazos de legados rozan ya los 900 en el primer trimestre del año | Las rebajas fiscales no revierten la tendencia alcista, relacionada con las cargas que asumen los herederos

Las renuncias a herencias baten su récord para evitar asumir las deudas asociadas
El impuesto de sucesiones se ha convertido en los últimos años en motivo de enfrentamiento político, con un PP que en algunos casos lo ha usado como ariete contra algunas formaciones de izquierda, poniendo sobre la mesa el debate sobre su justicia. “No quiero atentar contra quienes tienen dinero y han amasado una buena herencia tras una vida de trabajo”, proclamó el año pasado Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. El asunto venía de lejos, especialmente tras el paulatino, pero constante incremento de las renuncias a legados familiares de la última década. Las cifras revelan que las rebajas de impuestos no han alterado esa constante. En Galicia, se batió el récord de renuncias el año pasado con 3.213 y el primer trimestre de este ejercicio registró 872 casos, el dato más alto de la historia en ese período de tiempo.
Hace seis años, la Xunta también se metió de lleno en esta cuestión ante las diferencias impositivas existentes entre las diferentes comunidades autónomas. En 2016, Galicia aprobó una exención fiscal para legados de menos de 400.000 euros, que en 2020 amplió hasta un millón de euros, si bien se limitó a herederos en línea ascendente y descendente, es decir, entre padres e hijos, abuelos y nietos o cónyuges, excluyendo a sobrinos, tíos y demás.
El supuesto efecto paliativo sobre las renuncias no existió y estas siguieron aumentando hasta el punto de que en enero, febrero y marzo pasados se firmaron en la comunidad 872 rechazos expresos a asumir los bienes legados por un familiar. Desde 2008, las renuncias han aumentado año tras año con excepción de 2020, cuando cayeron de 3.134 en 2019 a 2.631, si bien se trató del ejercicio en que surgió la pandemia de COVID-19, causando un confinamiento de tres meses que acabó retrasando trámites como los relacionados con los legados en los notarías de toda España.
Las deudas asociadas a las herencias constituyen el motivo principal para dar la espalda a propiedades que un difunto ha testado en favor de un ciudadano o bien cuando es su derecho por relación de parentesco. Esos débitos pueden referirse a avales o préstamos recibidos y no pagados, hipotecas pendientes de cancelación o incluso pagos retrasados al fisco.
“Los motivos que determinan que los herederos renuncien o repudien la herencia derivan de que no sólo se reciben bienes, sino que también se asumen las deudas de los causantes”, expone José María Graíño, decano del Colegio Oficial de Notarios de Galicia.
Vuelta a la normalidad
Este también apunta como segundo motivo no solo la carga fiscal, sino otros costes derivados de la asunción de una propiedad. “Otra causa que determina que no se acepten las herencias es que los herederos no pueden hacer frente a los gastos que van asociados la sucesión, como impuesto de sucesiones e impuesto municipal de incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana”, añade, en alusión a la conocida como “plusvalía” en el último caso.
El Consejo General del Notariado vincula el repunte de los rechazos en 2021 con la “normalización de la actividad notarial después de la crisis sanitaria” provocada por el coronavirus y recuerda que no son los casos mayoritarios.
El año pasado, por ejemplo, en Galicia renunciaron a herencias 3.213 personas, pero las aceptaron 26.718, lo que supone un porcentaje del 12%, similar al de 2020 y 2019. Sin embargo, ese comportamiento también ilustra que las rebajas fiscales no han supuesto impacto sobre la tendencia. En el arranque de este año, estos rechazos se acercan a la inédita barrera de los 900 en un trimestre.
También aumentan los ciudadanos que desean dejar resuelto el reparto de sus propiedades en caso de fallecimiento, firmando un testamento. El año pasado los notarios gallegos dieron fe de 51.677 de estos documentos frente a los 46.462 de 2020 y de los 48.587 del último ejercicio prepandémico.
Hace dos años, cuando su hermana Estrella falleció, Antonio decidió asumir su herencia, pero a beneficio de inventario. Desconfiaba de posibles deudas que pudiera haber generado y no dudaba de que no aparecerían más bienes derivados de su fallecimiento, así que optó por protegerse y cubrir posibles obligaciones que hubiera dejado su hermana con el patrimonio legado. Si este no cubría esos débitos, él no respondería con su patrimonio personal.
Esta es una vía que los propios notarios apuntan como mecanismo para no tener que rechazar una herencia, pero tampoco exponerse a perder patrimonio personal.
[object Object]Eso sí, una vez realizado el inventario, este tiene validez siempre que se asuman los pagos pendientes del fallecido con cargo a su patrimonio. Si el heredero o herederos incumplen ese precepto, se invalida la cláusula “a beneficio de inventario”.
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