El PP aprobó ayer en solitario el mayor techo de gasto autonómico de la historia, de 12.599 millones de euros, a pesar del rechazo de una oposición que anticipa “recortes” en las políticas públicas del año próximo porque el crecimiento de esa capacidad de desembolso, que es del 8,2% (958 millones más que las cuentas de este ejercicio) es inferior a una inflación situada en estos momentos por encima del 10%.

El conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, acudió ayer al Parlamento antes del cierre vacacional en la Cámara para defender el documento que marca el gasto máximo que podrá acometer la administración autonómica el año que viene y sus previsiones económicas, es decir, la base para elaborar los presupuestos de 2023.

La Xunta podrá gastar el año próximo 12.599 millones, pero será cuando presente las cuentas cuando revele si agota ese margen o se queda por debajo. Corgos no ha desvelado esa incógnita todavía.

Durante su intervención, defendió de nuevo la necesidad de aplicar una “prudencia extrema” en el gasto ante el “deterioro” de la economía, debido a una inflación “persistente” y a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, que han afectado desde al suministro de cereal al de gas.

En este contexto, la Xunta ha rebajado del 6% al 3,6% la previsión de crecimiento para este año, con un desempleo del 10,6%. En 2023, el crecimiento caerá una décima hasta el 2,7% y el paro bajará de los dos dígitos, al situarse en el 9,8%. Será la primera vez en tres lustros que desciende de esa barrera.

La oposición votó en contra del techo de gasto, a pesar de sumar varios años en los que criticaron los recortes de la Xunta y le exigieron mayor gasto. Ahora, esos casi 1.000 millones adicionales les parecen poco porque el 8,2% de aumento es inferior a la inflación.

La nacionalista Noa Presas –Ana Pontón se encuentra de viaje a Colombia– tachó el plan económico de “rutinario”, con un “raquítico incremento del techo de gasto” que causará “desinversión y recortes”. Con un aumento por debajo del IPC, “no permitirá soportar el aumento del coste de los servicios públicos”.

También rechazó el plan de la Xunta el portavoz parlamentario del PSdeG, Luís Álvarez, que le afeó no atender a los sectores “más necesitados”, anulando la tarjeta para alimentos. Además, acusó al Ejecutivo gallego de aplicar una “política de “marketing”. El incremento de fondos, añadió, de nada sirve “si la suficiencia de recursos no va acompañada” de inversiones reales.

El regreso de Pedro Puy

El pleno sirvió también para acoger el regreso del portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, ya recuperado el infarto que sufrió a mediados de mayo precisamente en la Cámara autonómica.

Agradeció el apoyo de los diputados y la atención del sistema sanitario y luego tachó de “frustrante” el voto de la oposición, recordando que durante meses han reclamado más fondos como los que ahora podrá usar la Xunta.

Apeló a la necesidad de prudencia y a “tener cuidado de no gastar de más para no acelerar la inflación, pero no gastar de menos para no caer en recesión”.