La selectividad sufrirá un “lifting” integral entre 2023 y 2026: el Gobierno ha propuesto esta mañana a las comunidades una transformación de la prueba de acceso a la universidad que se efectuará de forma gradual a partir del curso 2023-2024, y por tanto no afectará a quienes cursen 2º de Bachillerato este año, y que culminará cuando entre totalmente en vigor en un máximo de cuatro exámenes, frente al tope de nueve que son posibles en la actualidad en Galicia. Así aparece en el documento de trabajo trasladado desde el departamento dirigido por Pilar Alegría al que ha tenido acceso este diario.

Uno de ellos, una prueba de “madurez académica” concebida con carácter competencial y estilo PISA, concentrará el 75 por ciento de la nota tras subsumir contenidos de todas las materias lingüísticas, Historia y Filosofía, es decir, todas las comunes, mientras que el 25% restante lo conformará un solo examen correspondiente a las materias de la modalidad de Bachillerato que estudie el alumnado. Con todo, se mantendrán los exámenes extra para subir la calificación desde 10 a 14, como hasta ahora, pero se limitarán como mucho a dos. Lo que no cambiará es el peso de la fase general, que pasará a denominarse de acceso, sobre la nota: el esfuerzo realizado durante el Bachillerato contará un 60 por ciento y la selectividad, un 40%. Las asignaturas para engordar el resultado, lo que constituirá a partir de los cambios la llamada fase de admisión, seguirán ponderando según decidan las facultades en función del tipo de perfil de ingreso que primen, como hasta ahora.

Cambio gradual

La nueva versión de prueba para entrar en la universidad la experimentarán quienes empiecen este curso 2º de ESO. El resto vivirá a partir del curso 2023/24 y durante dos ejercicios más cambios que serán más graduales. Ya existirá esa prueba que valorará “principalmente la madurez académica” del alumnado, pero que en esos tres años evaluará sobre todo destrezas asociadas al ámbito lingüístico, mientras que se mantendrán de forma paralela los exámenes de Historia de España e Historia de la Filosofía, además del relativo a la materia relacionada con la modalidad. Además, en este período transitorio, esos cuatro ejercicios tendrían el mismo peso en la fase general: cada uno aportaría una cuarta parte de la nota. Aparte irían las optativas que ya avanzan el esquema posterior: un tope de dos.

El ejercicio de madurez seguirá el mismo esquema, al margen de los años: constará de un dossier formado por documentos (que pueden ser tanto textos, como imágenes, fotografías, infografías o audiovisuales, entre otros) y todos versarán en torno al mismo tema. Al alumnado se le pedirá que realice un análisis de diferentes aspectos y perspectivos, respondiendo a preguntas de tipo abierto, cerrado y semiconstruido. Lo que se pretende es valorar la capacidad del alumnado para analizar, valorar, extraer información o interrelacionar toda esa documentación.