Uno de cada cuatro gallegos de entre 25 y 64 años está titulado en algún ciclo de FP, un porcentaje superior a la media estatal y que se traduce en números absolutos, según el Observatorio de la Formación Profesional, en más de 361.500 ciudadanos. No serán los últimos. Estos estudios convencen cada día a más jóvenes, atraídos por la rápida formación, su elevada inserción laboral y un tipo de enseñanza que aúna teoría y práctica, y ayer, cuando se abrió el proceso de matriculación, eran casi 30.000 solicitudes –cada alumno puede apuntarse en varias opciones, como en los campus– las que conformaban las listas de espera iniciales en la primera fase de adjudicación ordinaria y solo contando los ciclos ordinarios de grado medio y superior.
Las titulaciones de los ciclos superiores, que se engloban ya dentro de la enseñanza superior y que exigen un título previo en FP de grado medio o el Bachillerato para acceder, son las que se caracterizan por colas más largas, casi el triple que en FP medio: alrededor de 21.000 instancias frente a unas 9.200.
Entre los ciclos con más demanda de los superiores, en los que quedarán decenas de alumnos fuera sí o sí, se encuentra, por ejemplo, en el caso de Pontevedra, Anatomía patológica y citodiagnóstico, en el IES Montecelo, con doscientos candidatos pendientes, en su mayoría procedentes del Bachillerato, aunque la cifra es superior en el CIFP Manuel Antonio en Vigo, donde la lista supera los 320 aspirantes. En ese mismo centro se imparte Laboratorio clínico y biomédico, y los candidatos son incluso más: por encima de 330. Y el número es inferior a los casi 370 que integran el conjunto de solicitantes en el IES Ricardo Mella para estudiar Imagen para el diagnóstico y medicina nuclear, solo por mencionar algunos ejemplos. Las titulaciones vinculadas con la salud o las nuevas tecnologías arrasan.
De hecho, para alguno de estos ciclos superiores ya se exige más nota que para acceder a ciertas carreras universitarias. Es el caso de Anatomía patológica y citodiagnóstico, en concreto el impartido en el IES Lamas de Abade de Santiago, donde el grueso de alumnos también entra con el título de Bachillerato –son los que tiennen mayor cuota reservada: hasta el 70%– y en ese grupo el admitido con la nota más baja llega a los estudios con un 9,10 del expediente del instituto, lo que constituye un registro de récord. Entre todos los admitidos a matrícula en ciclos superiores ordinarios, hay casi 350 solicitudes de alumnos que entrarían en el ciclo asignado con unta nota de 9 o superior –una veintena lo haría con un 10–.
El plazo de matrícula que se abrió ayer para acceder tanto a ciclos ordinarios como para adultos se prolongará hasta el día 22 de julio. Durante este tiempo, los alumnos también pueden renunciar a una plaza adjudicada para permanecer en lista de espera de otras “de mejor preferencia”, informa la Xunta.
Según el Observatorio de FP, las familias más demandadas en Galicia son, por este orden, sanidad, administración y gestión, informática y comunicaciones, electricidad y electrónica y servicios socioculturales a la comunidad. En concreto, los ciclos sanitarios concentran un 13,4 por ciento de los inscritos totales de FP. En el caso de las mujeres, ese porcentaje subiría hasta el 23,5%. En total, un 41% de alumnos está matriculado en titulaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas).
La matrícula en los ciclos ordinarios se disparó en Galicia casi un 40 por ciento desde 2006. El Observatorio apunta que dos de cada cinco estudiantes gallegos cursan estudios de FP tras la educación obligatoria y que quienes eligen estos estudios en Galicia suponen un 38,34 % de los matriculados en enseñanzas postobligatorias. La Xunta suma cada año más plazas: este curso serán un 4,5% más.
Nueva sede para la Axencia para a Calidade do Sistema Universitario
La Axencia para a Calidade do Sistema Universitario de Galicia estrenó ayer sus nuevas instalaciones en el Edificio Fontán, en la Cidade da Cultura. Desde la Xunta destacan cómo, coincidiendo con el 21 aniversario de su creación, este organismo inicia una nueva etapa “como garantizadora de la calidad docente y de la proyección académica entre la sociedad y la ciudadanía”. En el acto estuvieron presentes los rectores de las universidades gallegas, altos cargos de la propia ACSUG y el conselleiro de Educación, Román Rodríguez.
