El jueves a media tarde Galicia quedó bajo la influencia de una gran tormenta, inusual por la rapidez con que se formó y por su extensión, que parecía que iba a aliviar las altas temperaturas. Dejó precipitaciones, pero pocas, pero también unos 6.000 rayos que provocaron al menos medio centenar de incendios que convirtieron la ola de calor también en una ola de fuegos por toda Galicia, especialmente en Lugo y en Ourense, que ayer cumplió su cuarto día.

A la espera de que cambien este martes las condiciones climatológicas, avivadas por el viento y altas temperaturas las llamas se ha mostrado muy difíciles de extinguir, arrasando con decenas de casas y 13.540 hectáreas de monte, obligando a evacuar treinta núcleos de población y a desalojar de sus viviendas a 750 personas y provocando cortes de tráfico en varias carreteras de Ourense.

Así como en 2017 Chandebrito (Nigrán) fue la zona cero de los voraces incendios de ese año, el de ahora bien podría ser Alixo, en O Barco de Valdeorras, (Ourense) donde las llamas han reducido a cenizas una quincena de casas, algunas habitadas, otras utilizadas como segunda residencia y alguna más en proceso de rehabilitación.

Los vecinos fueron evacuados a la fuerza por la proximidad del fuego. Una parte del pueblo se salvó, pero otra no. Quedaron paredes y piedras carbonizadas ante la desolación expresada por sus propietarios, impotentes para frenar las llamas.

Isabel Pérez, de Alixo, que fue a sacar a su padre con una enfermedad respiratoria y a su madre de la casa donde había pasado toda su infancia. “Salí de mi casa de O Barco, fui a cogerlos y los llevé de nuevo para allí, a un sitio seguro. Queríamos volver a subir para ayudar en lo que pudiéramos y defender nuestro pueblo y nuestras casas pero no nos dejaron”.

Casas destruidas por el incendio en Alixo (O Barco de Valdeorras). | // BRAIS LORENZO

Les cortaron el paso por seguridad. La casa de sus padres y de un tío suyo, calcinadas. “Tenemos impotencia porque la Guardia Civil no nos dejó ayudar con mangueras o lo que pudiéramos, porque al final son nuestras casas. No decimos que nos hubieran dejado estar a todos, porque todos no tienen las condiciones físicas, pero hubo gente que quería y podía y no la dejaron defender su casa”, relata.

El causante fue el incendio originado por la tormenta eléctrica en el municipio limítrofe de Carballeda de Valdeorras, el más extenso de todos los que se produjeron esa noche. Durante el día de ayer, había esperanza que el incendio que se reactivó en Carballeda de Valdeorras el domingo se perimetrara y controlara de alguna forma. Pero fue imposible. Las rachas de viento de más de 80 km/h que se produjeron en la comarca alimentaron un incendio que cercó más pueblos en la localidad barquense, como Santa Mariña de Santiguoso, donde hizo presencia la Unidad Militar de Emergencia para tratar de que las llamas no llegaran a las casas. Al caer la noche, la superficie ardida superaba las 4.600 hectáreas.

El concello lucense de Folgoso de Courel es el más castigado por los incendios –con casas calcinadas también–, pues la tormenta eléctrica provocó varios fuegos que confluyeron en dos (dos con origen en Pobra do Brollón) y que en su conjunto arrasaron con 6.700 hectáreas de monte.

Los otros incendios de mayor gravedad que ayer seguían activos eran los de Vilariño de Conso (1.800 hectáreas), Palas de Reis (375), Oímbra (350) o Quiroga (250).

Visita de Rueda y declaraciones de la oposición

Por la mañana, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda ,se desplazó a Pobra do Brollón (Lugo) al puesto de mando avanzado de gestión de incendios en la provincia, después de anular su agenda de actos del día. Allí informó de que en las últimas horas habían sido desalojados 30 núcleos de población, con unos 500 evacuados en la provincia de Lugo y entre 200 y 250 en la de Ourense.

Recordó que esta situación comenzó el jueves con un “fenómeno absolutamente inusual y no propio de Galicia”, a raíz de la tormenta eléctrica que provocó más de 50 incendios y quiso detacar que la mayoría de ellos estaban ya en fase de control cuando el viento los reavivó durante la tarde y la noche del domingo. “Las últimas horas fueron muy complicadas”, avisó, al tiempo que prometió ayudas para los afectados que perdieron sus bienes inmuebles.

La portavoz del BNG, Ana Pontón, lamentó el “drama” de los incendios forestales que “año tras año” se produce en Galicia y cargó contra la Xunta, toda vez que entiende que “se repiten problemas de gestión y planificación”. “Falta tomarse en serio la ordenación del monte, no hay suficiente inversión en prevención y luego, cuando llegan los veranos, vemos que se repite el drama”, censuró Pontón, al tiempo que reclamó ayudas para los que perdieron sus casas.

Por su parte, el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, calificó de “grave” la situación de los incendios y pidió “unidad política” frente a un asunto “de país”, que es “prioritario”.

Los incendios de Zamora causan dos muertos y el corte del AVE entre Galicia y Madrid

No es Galicia el único territorio afectado por los incendios. Las llamas también están presentes en media España, sobre todo en Zamora, donde se registra uno de los fuegos más graves que ya ha provocado dos muertes –un trabajador del servicio de extinción y un pastor–, la atención sanitaria de otros nueve brigadistas del operativo y de dos personas que eran evacuadas y sufrieron quemaduras, además del desalojo de diecisiete poblaciones con más de 3.000 habitantes. Este incendio, que se originó en Losacio y que ayer seguía descontrolado y avivado por las altas temperaturas y el viento, obligó además a cortar la línea del AVE Madrid-Galicia.

Hubo un momento en que las llamas llegaron a flanquear el tren Madrid-Ferrol a la altura de Sanabria sobre las 9:30 horas, como se ve en la imagen superior, tomada por el profesor de la Universidad Carlos III de Madrid Francisco Seoane Pérez . El convoy aminoró la marcha, se detuvo unos minutos y logró continuar su trayecto. A las 9:45 se cortó la vía entre Otero de Bodas y Zamora, y Renfe habilitó autobuses como transporte alternativo. Pero a las 12:45 decidió suspender todos los servicios entre Galicia y Madrid siguiendo las indicaciones de Adif. En Portugal, tras unos días de angustia, por fin consiguieron controlar los incendios, que ahora se desplazan al norte, conforme lo hace también la ola calor. En Francia se evacuaron ayer al menos a 8.000 personas de la localidad de Teste-de-Buch, ubicada en el suroeste y fuertemente afectada por un incendio forestal y que ha calcinado ya 4.300 hectáreas. En los últimos días, el número personas desalojadas asciende a 28.000.