Ourense se convirtió de nuevo en el ‘horno’ de Galicia. Pulverizó su propio récord de temperatura máxima al llegar a los 44º –una marca de hace 32 años, que ya había batido el pasado martes– y una de las más cálidas de España junto con Extremadura. El aviso rojo por altas temperaturas se cumplió y, de hecho, casi se supera la marca histórica que tiene establecida Meteogalicia en la estación de Leiro, que el 7 de agosto de 2016 marcaba 44.2º en el mercurio. Los termómetros ourensanos se quedaron a solo 0.2º de superar ese registro histórico gallego. La caída de la tarde dio paso, no obstante, a fenómenos tormentosos acompañados de lluvia, que se generalizaron en toda la comunidad.

Ourense supera su máxima con 44º y se queda a 0,2º del registro histórico gallego

A nivel de España, ayer llegaron a los 44.9º en Badajoz y a 44.7º en Cáceres, pero sin duda fue Ávila la que registró la temperatura más alta de con 45º de temperatura máxima absoluta, según los datos de la Agencia Española de Meteorología. Los resúmenes diarios contabilizaban hasta siete provincias que llegaban a los 44º o incluso los superaban, que son las ya citadas a la que hay que sumarle Sevilla, Huelva y Toledo.

Volviendo a Galicia, el calor hizo mella en la sociedad, en la actividad laboral y económica, pero también en la salud, focalizada en la calidad del aire. Según los registros de Meteogalicia durante el día de ayer, la cuenca del río Miño, así como la zona sur de la provincia tuvo valores negativos que superaron los intervalos mínimos de calidad de aire. De hecho, la evolución de índice de Calidad del Aire marca que es “regular” desde el miércoles y se espera que a medida que remite la ola de calor vaya mejorando el aire.

El cielo dejó de estar azul la mañana de ayer en el área de Vigo. Sobre la ría se asentó desde primera hora una neblina ocre, como la que suele venir con la llegada del aire sahariano que estos días está llevando los termómetros a valores inéditos. Hacia el mediodía en el ambiente enturbiado comenzó a flotar el inconfundible olor a incendio forestal.

Los servicios de emergencias de la zona, en cambio, no tenían noticias de fuego alguno. Hasta horas más tarde, en O Hío primero y en Tomiño después, no se registraron pequeño conatos que fueron solventados con rapidez, así que tocaba mirar hacia el sur, donde el país vecino comenzaba a combatir su fantasma de casi todos los veranos. Y en efecto, a la misma Raia, a las localidades de Caminha y Valença, llegó al mediodía la ola incendiaria que afecta desde hace un par de jornadas al centro y al sur de Portugal. En la frontera interior, en la Serra do Gerês, también se inició otro foco.

Pero la ola de calor podría tener ya fecha de caducidad. Para los próximos días, tanto la Aemet como Meteogalicia reducen la alerta, de roja a naranja. Además, las primeras previsiones sitúan lluvias en algunas localidades gallegas –también en Vigo– los próximos lunes y martes.

Por otra parte, los concellos de la comarca de Pontevedra dan por hecho que el final del verano va a ser difícil en cuanto al abastecimiento de agua se refiere si las condiciones climáticas no dan un cambio brusco en las próximas semanas. Es por ello, que la práctica totalidad de los ayuntamientos están adoptando ya medidas de ahorro e incluso ya hay los primeros en los que se eliminan usos innecesarios. Todos ellos garantizan por ahora el abastecimiento, pero insisten en que es necesario no malgastar un recurso que es más escaso a medida que avanza en tórrido verano.

Si ayer se conocía, por ejemplo, que la sequía obligaba al Concello de Pontevedra a tirar de las reservas antes de lo previsto; Cuntis y Caldas emiten bandos para pedir un uso responsable del agua, reducen baldeos y riegos de los jardines También en Vilaboa varias traídas ponen topes a los usuarios y se monitorizan los caudales ante fugas o usos irresponsables.

Por su parte, desde la Consellería do Medio Rural envió circulares a los ayuntamientos gallegos para recordarles la prohibición del uso de fuegos de artificio y pirotecnia en terrenos forestales o de influencia forestal en aquellas áreas en las que el índice de riesgo de incendios sea extremo.