Renfe ha comunicado este miércoles que analiza el contrato con Talgo para calcular las posibles penalizaciones por el retraso en la entrega de los trenes Avril de la serie 106 que, según aclara, es lo que impide que A Coruña, Santiago y Vigo tengan ya servicio de AVE.

La entrega de las primeras unidades estaba prevista para enero de 2021, pero la empresa constructora no ha fijado fecha de entrega definitiva. "La no entrega de estos trenes ha impedido que Santiago, Vigo y A Coruña dispongan de AVE desde diciembre de 2021", apuntan fuentes de Renfe en un comunicado.

Renfe adjudicó a Talgo la fabricación de 30 trenes de alta velocidad de los que 15 serán de ancho variable (lo que permite circular por vía convencional y estándar) con una inversión de 786,5 millones de euros. "Los nuevos trenes hubieran permitido mejorar considerablemente la oferta de Renfe en todo el ámbito AVE-Larga Distancia como, por ejemplo, los servicios entre Madrid y Santiago de Compostela, A Coruña y Vigo; mayor número de frecuencias, mayor oferta de plazas y reducción de tiempos de viaje en algunos recorridos", concluye.

Otras poblaciones afectadas de manera indirecta por el empeoramiento del servicio en los últimos meses en términos de frecuencias han sido Girona y Figueres, cuya conexión con Barcelona se ha resentido.

La dirección de la compañía debe ahora cuantificar los ingresos que ha perdido como consecuencia del retraso en la entrega de trenes.

La flota de Renfe no ha aumentado en los últimos años, pero sí las relaciones ferroviarias. La apertura de nuevas líneas de alta velocidad, como Madrid-Orihuela (febrero de 2021), Madrid-Ourense (diciembre de 2021) o el túnel pasante Chamartín – Torrejón de Velasco (julio de 2022), implica que la compañía tenga que redistribuir la flota existente, hasta que lleguen los nuevos trenes que tiene que entregar Talgo. A estas aperturas se unirá en unos días la puesta en servicio de la línea Madrid-Burgos de alta velocidad.