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Gallegos posponen o reducen sus viajes de vacaciones por la subida de los precios

Oficinas en el aeropuerto de Vigo de operadores de vuelos. Marta G. Brea

La emprendedora asentada en Galicia Gabriela Márquez consulta los portales de aerolíneas y plataformas de viajes desde enero para encontrar el mejor precio de un vuelo trasatlántico: quería viajar a México D.F. este verano y visitar a sus familia que reside cerca de la capital. Uno directo que sale del aeropuerto del Prat en Barcelona y que rozaba los 700 euros a principios de mayo, vale ahora casi 1.500. Desde Galicia y con escalas, el precio suma y sigue. “Pensamos cambiar las vacaciones a octubre, porque en esa época será más barato y decidí ir solo con mi hija, porque mi marido es profesor y no puede hacerlo más allá de septiembre”, explican. No se trata de un caso aislado.

La inflación amenaza con chafar el verano de la recuperación turística.

De hecho, al 43,8% de los gallegos encuestados el encarecimiento del coste de vida debido a la inflación le ha impedido reservar unas vacaciones en verano y al 33%, ahora, se las ha obligado a posponer. Además, la mitad (el 52%) han tenido que acortarlas y seis de cada diez se plantearon irse a un destino más próximo. Así lo asegura un estudio de la plataforma global de investigación de mercados Appinio.

No obstante, desde la Asociación Gallega de Agencias de Viajes (Agavi), su presidente, Juan Antonio Rivadulla matiza que “no todo el mundo puede”, tampoco, irse de viaje fuera de los meses de verano por razones laborales. El denominador común de este año, explica Rivadulla, son las ganas generalizadas de irse de vacaciones entre la población gallega. “Hay muchísimas ganas de viajar. Y ya hubo algunos productos turísticos en los que tuvimos que repercutir incrementos por la subida de los precios del combustible”, explica.

Desde las agencias gallegas apuntan que este verano “mucha gente que vino a última hora se encontró con que tenía en mente un viaje cuyo presupuesto final se iba de su alcance”. En esos casos, los clientes decidieron “cambiar de destino o reducir los días”, confirman. Más que antes de la pandemia. Los viajes no son ajenos a la inflación y las agencias, según Rivadulla, se desbordaron. No tanto por el número de ventas confirmadas, sino por las demandas de información de varios destinos –hasta cuatro o cinco– para que, al final, los clientes se decidieran por el más acorde a sus bolsillos.

Aunque la muestra de la población gallega que incluía la investigación de mercados Appinio es pequeña, los resultados apuntan valores muy similares a nivel global: el 57% de españoles han tenido que acortar la duración de sus vacaciones y el 30% las ha cancelado a causa de la inflación. Así de tajante.

Además, más de la mitad de los encuestados dice haber tenido que buscar alternativas de alojamiento más económicas. Incluso el 61% ha decidido usar su propio coche para viajar hasta su destino de vacaciones, pese a que para el 45% la subida del precio de la gasolina ha tenido un impacto en su decisión sobre el transporte.

Volviendo con la muestra gallega, el 18,8% de los encuestados ya eligen irse de vacaciones en septiembre –el porcentaje más alto de los que se van– y un 25% de los habitantes de Galicia aseguran que no se irán este año. Las noticias de la subida de precios tampoco son buenas para quienes decidan sí hacer las maletas. Tanto es así que, según los datos de Appinio, el 36% hará solo un viaje de 2 a 5 días a un destino dentro de España – y más de la mitad de los consultados, marcan como su destino un paraje dentro de Galicia–.

Para quienes tampoco están soplando vientos a favor –después de dos años de bum– es para el sector de alquiler de autocaravanas. A la situación general del sector pone voz el responsable del parking de autocaravanas y alquiler Autocaravanas Vigo, José Antonio Rodríguez: “La situación está muy difícil”, expresa. El aparcamiento que habitualmente empleaban los turistas para dejar el vehículo e irse al Parque Natural Illas Atlánticas –por ejemplo–, está por debajo de la mitad de ocupación, rozando un 30%.

“Nos han llegado a pedir alquilar las autocaravanas por tres días o un fin de semana, cuando en temporada alta, no se alquila por menos de siete días”, explica Rodríguez. “He estado hablando con compañeros del sector porque esta situación era impensable durante toda la pandemia: hoy, en pleno mes de julio, tenemos autocaravanas paradas aquí y que van a estar medio mes”, reconoce. Detrás está el encarecimiento del combustible que ha penalizado a las autocaravanas –que tienen un alto consumo– y dado que muchos turistas viajaban más de mil kilómetros desde el sur de España. “Solo viajar ida y vuelta les representa unos 500 euros”, expresa.

Eso sí, Galicia aparece como cuarto destino más visitado por los que se quedan en España. Siguen triunfando los clásicos destinos de ‘sol y playa’: Andalucía (31 %), Valencia (23 %), Cataluña (14 %), Galicia (13 %) y Canarias (12 %)”, asegura el citado informe.

Cecilia y Sara con sus familias. Este año tendrán que veranear en la comunidad valenciana. EMV

“500 euros en gasolina nos chafa el plan de ir al norte en autocaravana”

Los valencianos Cecilia Pastor, su marido y sus dos hijos querían hacer un viaje con su autocaravana por España pero han decidido que, con la subida del precio de la gasolina, es mejor quedarse en su comunidad. Este año no conocerán Galicia. Un cambio de última hora con el que se ahorrarán, previsiblemente, cientos de euros en combustible. “Empezamos a mirar para irnos por la Costa Brava pero los campings se nos iban de precio, eran carísimos”, indican. Como alternativa pensaron viajar a Asturias, donde los campings eran más baratos pero se encontraron – cuando la gasolina todavía estaba a 1,88 euros el litro– que les costaba 150 euros ir y 150 volver solo en transporte. “Como mínimo nos gastábamos 300 en gasolina, más moverse... Así que calculamos 500 euros solo en desplazamientos”, cuenta Cecilia. Por eso, se quedan en Valencia. Irán a varios destinos más próximos del 1 al 17 de agosto. Creen que el aumento de venta de caravanas, el crecimiento de demanda y la subida de la luz ha sido el cóctel perfecto para un importe superior. “Quince días en un camping son 460 para cuatro personas, casi lo mismo que nos cuesta movernos solo en gasolina”, razonan. Sara y su marido están exactamente en la misma situación que Cecilia. Pensaban viajar hasta Francia con la caravana pero el incremento acelerado del precio de la gasolina ha frenado sus planes. “Nos vamos a un camping [en Valencia] por la gasolina”, explica. “Nunca nos había pasado esto, la verdad que nos chafa porque llevamos todo el año con la idea de irnos al norte de España incluso cruzar a Francia con la caravana y nos encontramos con que la gasolina no deja de subir”, explican. Pero tienen una cosa clara: “no nos vamos a dejar el sueldo en la gasolina”. Así que el verano será para ellos verano, pero cerca de casa.

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