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Médicos gallegos de Atención Primaria avisan: “Las ‘costuras’ de la sanidad están al límite”

Facultativos de los centros de salud urgen mejoras organizativas para afrontar la sobrecarga asistencial y reivindican la “medicina útil y resolutiva” frente a “cobrar más por trabajar peor”

Entrada al centro de salud de Coia, en Vigo MARTA G. BREA

El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reconoció esta semana que “por supuesto”, durante los meses de verano, habrá “momentos de tensión” en la Atención Primaria, afectada por un “problema endémico, y no solo de ahora, sino de antes, y no solo de aquí, sino de otros territorios”, no obstante, aseguró que el Servizo Galego de Saúde (Sergas) “está preparado” para afrontar la situación y ha diseñado “planes específicos” frente a “contingencias” para cada área sanitaria. Lo hizo en la sesión de control del Parlamento, en respuesta a la críticas de la oposición por el “colapso sanitario”, más acusado en los centros de salud, y horas antes de que la mesa sectorial de Sanidad acordase un plus de 12.000 euros anuales por asumir los médicos de familia más horas y cartillas. Representantes de ese colectivo consultados por este diario avanzan una temporada estival “muy complicada”, urgen mejoras organizativas para atender la sobrecarga y reivindican la “medicina útil y resolutiva” frente a “cobrar más por trabajar peor”. En pleno ascenso de la séptima ola de COVID, y tras dos años largos de pandemia, los facultativos gallegos del primer nivel asistencial avisan: “Las costuras de la sanidad están al límite”.

“Cuando llevábamos años advirtiendo de que la situación de la Atención Primaria empezaba a complicarse aún más por el envejecimiento de la población, la cronicidad y el hecho de que las propias plantillas de los centros de salud son cada vez más añosas y no veíamos recambio, irrumpió la pandemia de SARS-CoV-2, hizo romper todas las costuras y puso negro sobre blanco a esa situación que ya estábamos viendo”, advierte el doctor Jesús Sueiro, portavoz de la Asociación Galega de Medicina Familiar e Comunitaria (Agamfec), quien asegura que, “desde hace una década, con cada temporada de gripe, la Atención Primaria se desmoronaba”. “Había un par de meses que eran terribles. Siempre hemos estado un poco al límite, al cien por cien de nuestras posibilidades, de modo que cualquier vicisitud, por pequeña que fuese, alteraba el funcionamiento de los centros de salud, saturaba las agendas, producía retrasos... pero ahora el COVID ya no es una gripe. Si acaso, una gripe perpetua, agravada por la tesitura antes descrita”, avisa.

Envejecimiento de las plantillas

Con respecto al envejecimiento de las plantillas de los centros de salud, el doctor Sueiro llama la atención sobre el hecho de que en su ambulatorio, situado en el centro de Santiago, la media de edad de la veintena de facultativos que conforman el equipo “está en 64 años”. “La ola de jubilaciones ya está aquí y no hay manera de cubrirlas”, asegura el portavoz de la Agamfec, quien echa en falta “haber realizado una previsión hace mucho tiempo, organizando mejor la situación y las plantillas”. “Que no hay médicos para contratar es parcialmente cierto. No los hay, entre otras cosas, porque los hemos arrojado del sistema. Hace unos meses, una economista de la salud comentó que, en la última década, en España se habían formado unos 1.500-2.000 MIR cada año, es decir, entre 15.000 y 20.000 en total. No obstante, solo se han incorporado a nuestro sistema unos 8.000-9.000, al resto los hemos expulsado de nuestra sanidad porque no se les ha ofrecido nada interesante o digno. Todos hemos visto imágenes de profesionales que podían empapelar sus casas con contratos de día a día. De esos barros vienen estos lodos. La situación era totalmente previsible, pero no se hizo nada, y ahora sí nos encontramos con que no hay facultativos para incorporar”, destaca.

Sobre la medida pactada, esta semana, en la mesa sectorial de Sanidad, consistente en abonar un plus de 12.000 euros anuales por asumir los médicos de familia más horas y cartillas, Jesús Sueiro refiere: “A partir de 30 pacientes al día, la situación se complica en consulta. Tienes que darte prisa, dedicarles poco tiempo... ¿y nos están ofreciendo pagarnos más por ver a 50 en vez de a 30? ¿Esta es la excelencia que promueve la Administración? ¿Es esta la carrera profesional para recompensar nuestra labor? Lo que queremos los profesionales de los centros de salud son condiciones de trabajo adecuadas para poder llevar a cabo una medicina útil y resolutiva”, resalta el portavoz de la Agamfec, quien urge otro tipo de medidas, “que ya se están implantando de manera mucho más tímida y lenta”, como “potenciar las áreas administrativas, estableciendo un sistema de organización del trabajo para que no todo recaiga sobre el médico y, por supuesto, contratando profesionales para llevar a cabo esa labor”. “No tiene ningún sentido que los médicos de familia perdamos tiempo haciendo informes, bajas y otro tipo de papeleo. Cuestiones que no aportan absolutamente nada a la salud de la población”, incide este facultativo, e inmediatamente advierte de que el déficit de profesionales en Primaria no se limita a su colectivo. “Con el personal de Enfermería ocurre exactamente lo mismo. España es uno de los países de la Unión Europea (UE) con peor ratio de enfermeras, pese a que, en la actual situación, con una población muy envejecida, con comorbilidades y que, en muchos casos, precisa asistencia domiciliaria, lo más sensato sería que hubiese dos por cada médico”, subraya.

Previsión para los próximos meses

Con respecto al panorama de los dos próximos meses, el diagnóstico del doctor Sueiro es claro: “Va a ser difícil porque hay una gran demanda asistencial. Por un lado, estamos viendo a enfermos con dolencias crónicas descompensadas, tras dos años largos de pandemia de SARS-CoV-2, en los que quizás no acudieron al médico por miedo al virus o no pudieron realizar sus controles rutinarios por la situación derivada de la emergencia sanitaria. A esto se une el hecho de que la séptima ola del COVID está disparada. En mi centro de salud, sin ir más lejos, tenemos a tres compañeros de baja con esa infección, y por supuesto estamos viendo a bastantes pacientes contagiados. No es ninguna tontería, y aún siendo casos leves, hay que llamarlos por teléfono, hacerles seguimiento y tramitarles una baja cuando no están aptos para trabajar. Y todo eso, obviamente, ocupa espacio y tiempo”, avisa el portavoz de la Agamfec, quien llama la atención sobre “una tercera cuestión, no menos importante” y que “también contribuye a la sobrecarga” en los ambulatorios: “la ola de problemas de salud mental”. “Estamos viendo a bastantes pacientes con una gran afectación emocional debido a la pandemia de SARS-CoV-2. Mucha gente está sobrepasada, acude a las consultas con estrés, ansiedad e incluso con depresión, y todo esto ha incrementado el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. En buena medida, también, porque a veces no tenemos ese tiempo para dedicarle a la escucha, que es terapéutica”, subraya.

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