La llegada del verano genera de forma habitual dos problemas añadidos a los que padece la Atención Primaria gallega: incremento de pacientes por la llegada masiva de turistas y menos personal debido a las vacaciones de médicos y enfermeros. Por eso, el propio presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reconoció este miércoles que la sanidad sufrirá “momentos de tensión” este verano.

La sanidad gallega protagonizó, como hace dos semanas, el careo entre Rueda y los portavoces de la oposición, Ana Pontón (BNG) y Luís Álvarez (PSdeG). Estos últimos reprocharon a la Xunta la falta de medidas de calado para paliar una situación “al borde del colapso” y que necesita “más personal” y medidas “estructurales”.

Ante el verano y los problemas que se avecinan, Rueda aseguró que el Sergas está preparado y que cada área sanitaria de la comunidad cuenta con “planes específicos frente a contingencias”.

Los tres dirigentes reiteraron argumentos de hace dos semanas. Rueda reprochó a la oposición su docilidad ante un Gobierno central “del que dependen muchas soluciones”, como retirar la tasa de reposición o elevar las plazas MIR para formar más médicos.

Para Pontón, urge un plan de 200 millones de euros para ganar efectivos mientras que Álvarez rebajó esa cifra a 140.