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Más de 200 gallegas preservan ovocitos para someterse a quimio o radioterapia

La vitrificación permite a muchas pacientes oncológicas ser madres al superar el cáncer | Es una prestación gratuita del Sergas

MIA226 - MIAMI (FL, EEUU), 05/03/09.- Una mujer en avanzado estado de gestación mira ropa de bebé en esta foto tomada el 15 de febrero en Miami, Florida (EEUU). Científicos de Estados Unidos han descubierto que las mujeres con diabetes tienen un riesgo "significativamente mayor" que las sanas de padecer una depresión durante el embarazo o tras el parto. EFE/Zayra Mo ZAYRA MO

Aún no saben cómo se llamará ni qué sexo tendrá, porque prefieren esperar a que nazca para saberlo y decidir, pero está claro que el bebé de Ofelia tendrá una buena historia de vida que escuchar cuando asome su cabeza, a finales de año. El diagnóstico de cáncer a esta joven gallega que trabaja en Vigo no le restó arrojo para seguir adelante con su proyecto de ser madre. De hecho, las noticias del tumor y la decisión de preservar sus ovocitos por si la maternidad aún estaba luego al alcance, fueron casi de la mano.

“Me casé hace dos años y cuando nos pareció el momento de tener hijos, lo intentamos una temporada. En una revisión ginecológica me descubrieron un carcinoma en una mamografía, pero en un estado inicial. Me indicaron que podía hacer la preservación ovárica antes del tratamiento”, relata. Y, por si al despertar de la pesadilla del cáncer, la posibilidad de la maternidad seguía al alcance, dijo sí. Finalmente, fue precisa una intervención quirúrgica para extirpar aquel bulto de menos de un centímetro y luego, dosis mínimas de radioterapia. Ofelia tenía 40 años. Tuvo que pasar un año hasta que pudo someterse a la transferencia embrionaria, pero resultó.

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El de Ofelia no se trata de un testimonio único. Al menos 220 mujeres diagnosticadas de cáncer han vitrificado sus ovocitos antes de someterse a un tratamiento de quimio o radioterapia en Galicia, que pueda dañar su fertilidad. Una prestación que cubre el Sergas y se propone de modo protocolario en los servicios oncológicos, fundamentalmente en casos de cáncer de mama. “Posiblemente el principal servicio que remite a la Unidad de reproducción asistida es la Unidad de patología mamaria, por las pacientes jóvenes que son diagnosticadas de un cáncer de mama, habitualmente tras exponer su caso en el comité de tumores”, explican fuentes de Oncología consultadas en el Sergas.

“La principal indicación es una paciente joven que va a recibir un tratamiento con intención curativa en el que se va a incluir la quimioterapia”, añaden. En Vigo, desde que IVI pusiera en marcha en 2007 su programa gratuito de preservación de la fertilidad para pacientes oncológicos –lo cubre para la sanidad pública– más de dos centenares de mujeres lo han solicitado en Galicia.

“Los otros tumores diferentes del cáncer de mama que no son tan raros en mujeres jóvenes que aún no han sido madres son los ginecológicos: cervix uterino, ovario y útero (este, menos frecuente)”, añaden oncólogos. En ese caso, el problema de la natalidad es más complejo porque es muy posible que el propio tratamiento del tumor obligue a al extirpación de ovarios y útero, de modo que la gestación futura es imposible.

“Cabe destacar que los óvulos de estas pacientes que han preservado su fertilidad por un motivo médico grave serán de igual calidad y tendrán las mismas posibilidades de éxito en un futuro que los de aquellas mujeres que por un motivo social o laboral han decidido postergar su edad de ser madres. En ambos escenarios, cuanto más jóvenes sean los óvulos en el momento de su vitrificación, más calidad tendrán y mayores posibilidades de éxito ofrecerán en el momento de su transferencia. El tiempo es clave por lo que respecta a la fertilidad femenina en general y a la vitrificación de ovocitos en particular”, comenta el director de IVI Vigo e IVI A Coruña, el doctor Elkin Muñoz. Con la vitrificación, los óvulos se conservan a 196º bajo cero en vapor de nitrógeno, garantizando su misma calidad en el momento en que vaya a hacerse uso de ellos, es decir, preservando la misma edad biológica que cuando fueron congelados.

“Que te comuniquen un cáncer es un shock tan grande que quizás lo último que pienses sea en ser madre”, reconoce Ofelia. “Me dijeron que era gratuito en caso de pacientes oncológicos y yo agradecí el servicio”, completa.

En Galicia la natalidad sigue un descenso progresivo y, además, cada vez comienza a ser más normal ser madre con 41 años que con 29. Es una realidad que se va acentuando con los años y que trae consigo un aumento de la necesidad de técnicas de reproducción asistida para lograr un embarazo. “La edad femenina constituye una de las causas de infertilidad con mayor peso en nuestras clínicas. Actualmente, la media de edad de nuestras pacientes supera los 39 años.”, comentan desde la clínica. Y es que, la edad media a la que las mujeres vitrificaron sus óvulos en IVI Vigo el pasado año alcanzó los 36 años, la edad límite a la que es más probable obtener óvulos de calidad, lo cual repercutirá en el futuro en el resultado de los tratamientos reproductivos si se decide hacer uso de estos óvulos vitrificados.

En este sentido, la citada clínica ha experimentado un crecimiento exponencial en el número de mujeres que han preservado su fertilidad mediante la vitrificación de óvulos por motivos sociales, registrando un aumento del 38% respecto a 2020. En el último lustro, el incremento es del 145%.

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