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La Xunta quemará 3.000 hectáreas de monte para eliminar la maleza y prevenir incendios

Medio Rural admite la “imposibilidad económica” de reducir biomasa con tratamientos silvícolas | Multiplica por seis la superficie que someterá a estos fuegos controlados

Unos brigadistas realizan una quema preventiva en Carnota. // Efe.

El fuego ha devorado en la Sierra de la Culebra, en Zamora, cerca de 25.000 hectáreas, una catástrofe que ha obligado a desalojos y ha cortado carreteras y líneas de tren. Pero las llamas, que resultan tan destructivas, pueden, al mismo tiempo, convertirse en un aliado si se quema de forma controlada. Y eso es lo que va a hacer la Consellería de Medio Rural, que quiere usar el fuego para eliminar maleza y prevenir así incendios. El campo está cada vez más abandonado y lleno de biomasa, lo que convierte los montes en un polvorín. Y la Xunta reconoce la “imposibilidad económica” de actuar con tratamientos silvícolas para reducir el potencial incendiario del monte. Aunque ya venía realizando quemas prescritas desde los años noventa, éstas eran prácticamente anecdóticas. Sin embargo, este año las multiplicará por seis. Su intención es quemar 3.000 hectáreas de monte de forma controlada y bajo supervisión.

El Plan de prevención y defensa contra los incendios forestales de Galicia (PLADIGA) contempla realizar a lo largo de este año un total de 284 quemas prescritas, que afectarían a 3.075 hectáreas de monte. La mayoría se van a realizar en la provincia de A Coruña: un total de 90 que afectarán a 1.609 hectáreas, incluidas 10 hectáreas en Red Natura. En Pontevedra se harán 78 quemas en una superficie de 299 hectáreas; en Lugo serán 68 con una afectación de 345 hectáreas (22 hectáreas en Red Natura); y en Ourense la previsión es provocar 68 fuegos controlados en una extensión de 821 hectáreas. En todo caso, Medio Rural advierte que el nivel de ejecución de estas quemas dependerá de la existencia de “ventanas meteorológicas”, es decir, de que se den las condiciones climáticas que faciliten estas actuaciones.

Estas quemas se realizan siguiendo un plan técnico y siempre bajo prescripción. Se tienen en cuenta los combustibles, la topografía del terreno y la meteorología “para estimar el comportamiento del fuego acorde con una gestión sostenible” y con los objetivos de “compatibilidad ecológica”. Serán realizados por “dominadores de las técnicas de quema”, con medios suficientes y con una planificación previa para evitar piroescapes que puedan producir un incendio. “Son rigurosamente planificadas”, apuntan desde Medio Rural.

La Xunta argumenta que las quemas prescritas son “una herramienta muy útil” en la lucha contra los incendios forestales y para la “gestión eficiente” de la biomasa”.

Según esgrime, décadas atrás los incendios eran más recurrentes pero menos destructivos, dado que la biomasa acumulada en los montes era menor. Sin embargo, la tendencia actual es que Galicia sufra un menor número de siniestros pero más virulentos. El abandono ha provocado un incremento de la maleza, que no solo se convierte en alimento para las llamas, sino que dificulta la extinción. “Estos incendios pueden superar la capacidad de extinción de cualquier dispositivo de lucha contra el fuego por muy bien diseñado que esté”, argumentan en el Pladiga.

Trámites

La Xunta reconoce que las quemas prescritas en el monte pueden resultar polémicas. “Pero gozan cada vez más de mayor comprensión pese a las corrientes de pensamiento que rechazan la figura del fuego en todas sus facetas”, explican. De hecho, países como Australia, Estados Unidos o Canadá han multiplicado el uso del fuego para controlar la maleza.

Hasta ahora se realizaban ya estas quemas prescritas, pero en casos muy contados. En 2021 se realizaron unas 100 quemas, pero solo en una superficie de 500 hectáreas. El año anterior fueron únicamente 50 en una extensión de unas 250 hectáreas.

Estas quemas se realizaban poco por la complicación burocrática para obtener la autorización y por la falta de costumbre. Pero la Consellería de Medio Rural hizo un cambio legal para impulsar estos usos. Así, modificó el decreto de 2006 que regula los tres tipos de quemas permitidos en Galicia. Se trata de las agrícolas, las realizadas por particulares en sus fincas; las forestales, también de particulares; y las prescritas en manos de la administración. De esta manera, simplificó los trámites para poder incrementar estas quemas prescritas por parte del Servicio de Prevención y Extinción de Incendios.

Esto permitirá este año multiplicar por seis la superficie quemada bajo prescripción: de 500 hectáreas se pasará a más de 3.000.

Entre los objetivos, además de reducir la carga de combustible en el monte, las quemas permitirán también eliminar especies invasoras, contribuir a la regeneración de pastos o proteger núcleos de población mediante la creación de perímetros libres de maleza que impidan que los incendios lleguen a las casas.

  • 1 Casi 300 quemas prescritas

    Este año se realizarán 284 quemas prescritas para reducir la carga de combustible del monte, que afectarán a 3.075 hectáreas.

  • 2 A Coruña y Ourense, acaparan la mayoría

    En A Coruña se quemarán 1.600 hectáreas y en Ourense, más de 820 hectáreas. Mientras en Pontevedra serán 299 y en Lugo, 345 hectáreas.

  • 3 Fuegos bajo un plan técnico

    Estas quemas seguirán un plan técnico y tendrán en cuenta la topografía, la meteorología y los combustibles del monte.

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