Los jóvenes de 16 y 17 años también podrán conducir coches de forma habitual, aunque con condiciones: tendrán que ser vehículos eléctricos, con una velocidad límite de 90 kilómetros por hora y un peso máximo de 400 kilogramos. Así lo anunció este jueves el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, durante la presentación, junto con el director de la DGT, Pere Navarro, de la Estrategia de Seguridad Vial 2030.

Hasta ahora, la edad mínima para conducir un coche era de 18 años, aunque a los 15 se puede sacar la licencia de ciclomotor, que autoriza a manejar motos y scooters de hasta 50 centímetros cúbicos. Los de 16 y 17 años están autorizados a llevar motocicletas (con el permiso A1) y cuadriciclos ligeros que llegan a los 45 kilómetros por hora (con el AM). Por tanto, el cambio es bastante sustancial, si bien esta misma medida, la de permitir a los jóvenes conducir coches aunque con ciertas limitaciones, ya está implantada en diversos países europeos como Francia, Portugal, Italia o Reino Unido.

La Dirección General de Tráfico (DGT) prevé que ese nuevo carné, que requiere modificar el Reglamento de los Conductores, entre en vigor a lo largo de 2023, una vez se hayan definido los requisitos concretos para su obtención y el Consejo de Ministros lo apruebe.

Experiencia en otros países

“Ya está en aplicación en países como Francia con buenos resultados y favorecerá la movilidad de los más jóvenes en el ámbito rural, donde aun con todos los esfuerzos, evidentemente, el transporte público no llega en las mismas condiciones”, declaró el ministro.

A parte de impulsar el nuevo carné para jóvenes, denominado B1, la DGT promoverá los exámenes de conducir con coches con cambio automático, exigirá el seguro obligatorio de responsabilidad civil entre los dueños de patinetes y acortará los plazos de renovación del carné entre los conductores más mayores.

Estrategia de Seguridad

Estas son algunas de las acciones concretas y más inmediatas de la Estrategia de Seguridad Vial 2030, que tiene como gran objetivo reducir a la mitad los muertos en carretera al finalizar la década: de 1.755 de 2019 a no más de 877 víctimas.

Una estrategia, en palabras del ministro, “para salvar vidas” y que se estructura en nueve áreas prioritarias y 62 líneas de actuación que, a su vez, se definen en planes bienales. El de 2022-23 apuesta, sobre todo, por la educación y la formación, pero también contempla nuevas normas para los vehículos de movilidad personal, la actualización de los permisos de conducción, la potenciación del vehículo conectado o la aprobación de un nuevo catálogo de señales.

Cambio automático

Por ejemplo, el ministro apuntó que el 98% exámenes de conducir se realizan en vehículos con cambio manual, en tanto que la mayoría de vehículos eléctricos cuya compra se quiere potenciar son automáticos, por lo que se modificará el Reglamento de Conductores para facilitar el uso de estos vehículos, si bien dependerá de una directiva europea.

Se “ordenará”, ha dicho, el uso de los Vehículos de Movilidad Personal a través de la Reforma de Reglamento de Circulación para la Protección de los Usuarios Vulnerables, y se regulará el seguro obligatorio de responsabilidad civil.

En el primer plan bienal de la estrategia también se actualizarán las pruebas de aptitud psicofísicas de los Centros de Reconocimiento Médico de Conductores, una norma que no se ha modificado en los últimos 15 años.

Junto con esta medida, Interior quiere revisar los plazos de renovación de los permisos de conducir en consonancia con la directiva europea, de forma que reduzcan en el caso de los conductores mayores y se amplíen entre los jóvenes.

Precisamente a este colectivo de usuarios más jóvenes van dirigidas buena parte de estas primeras acciones presentadas este miércoles, pues la Educación en Movilidad Segura y Sostenible llegará a las aulas a partir del próximo curso, además de la puesta en marcha en otoño de los primeros cursos del título de Técnico Superior en Movilidad Segura y Sostenible en la Formación Profesional.