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El cerco de la Xunta a empresas y concellos reduce los vertidos tóxicos a las rías un 50%

En diez años, los focos contaminantes y en investigación pasaron de 510 a 263 | Arousa es junto con la bahía de Vigo la que presenta más puntos con afectación de las 18 ensenadas

Vertido en un río que da a la ría de Arousa. M. MÉNDEZ

Aceites, disolventes, residuos sanitarios o industriales, aguas residuales sin depurar, fertilizantes, pesticidas, purines, restos de animales... No hay día en que las rías gallegas, refugio único para la flora y fauna submarinas, no se vean invadidas por vertidos de industrias, redes de abastecimiento municipales o particulares. Haca años, muchos residuos ni llegaban a detectarse pero desde que en 2010 la Xunta puso en marcha una red que permite el control en tiempo real de los focos contaminantes y la calidad de las aguas, se hacen inspecciones más frecuentes y se agilizan los mecanismos de detección y alerta en caso de que haya alguna incidencia que altere su estado natural. En estos últimos diez años, el cerco del Ejecutivo gallego a empresas, administraciones y particulares ha reducido a la mitad los vertidos clasificados como contaminantes: de los 550 contabilizados en 2010 se ha pasado a 263 el año pasado –244 de ellos no cumplían los límites de carga microbiológica o química fijados por ley y otros 19 estaban todavía en fase de investigación–, según datos de Augas de Galicia, departamento dependiente de la Consellería de Infraestruturas.

En los mapas de analíticas del organismo hidráulico de la comunidad, las administraciones –en concreto, los ayuntamientos– están marcados en rojo ya que concentran casi el 40% de todos los expedientes de sanción abiertos el año pasado por vertidos ilegales o tóxicos, la mayoría por deficiencias en el funcionamiento de sus depuradoras.

Más de 1.600 vertidos

A lo largo de 2021, Augas de Galicia detectó en las rías gallegas un total de 1.671 vertidos, lo que se traduce en una media de 4,5 cada día. Al cierre del año, 244 de los focos habían sido identificados como contaminantes por no cumplir los límites fijados por ley, otros 19 estaban en investigación ya que, pese a cumplir los valores marcados, tuvieron impacto en el entorno. Un total de 798 no eran tóxicos (el 48% del total) y los 610 restantes (36,5%) fueron neutralizados por la intervención de la Xunta.

El balance de 2021 en las aguas de las rías gallegas deja un número de vertidos superior al del año anterior (1.596), marcado por la reducción de la actividad debido al estallido del COVID. Pero también son más que los registrados en el año prepandemia, un 6% más que los 1.575 de 2019. Detrás de esta tendencia alza están el aumento de la población en determinadas áreas, la falta de depuración de los residuos urbanos, la filtración de fertilizantes y otros productos químicos, así como una mayor actividad industrial y portuaria, junto con el refuerzo de los controles por parte de la Xunta.

vertidos en las rias Faro

Sin embargo, si solo se tienen un cuenta los verdaderamente dañinos, los contaminantes, la curva en la gráfica en los últimos años es descendente, ya que en 2019 fueron un total de 310 –253 que superaban los límites fijados por ley y 57 en investigación–, lo que suponía el 19% de todos los detectados. El año pasado el porcentaje de focos tóxicos representó el 15% de los 1.671 registrados, un porcentaje muy por debajo del peso que tenían hace una década: el 40 por ciento.

Más puntos

De las 18 rías gallegas, la de Arousa es, de lejos, la que concentra el mayor número de vertidos: un total de 465 a lo largo de 2021, lo que representa el 28% del conjunto de la comunidad. Le siguen la bahía de Vigo, con 217 puntos; Muros-Noia con 175; Pontevedra, con 165; Ferrol, con 142, y A Coruña, con 130. El resto de ensenadas registraron menos de 100 focos, con Lires y O Barqueiro a la cola, con 5 y 8, focos de vertido respectivamente.

Pero el mapa cambia totalmente si se tienen en cuenta los puntos contaminantes en cada una de las rías. La de O Barqueiro lidera la tabla de los vertidos tóxicos, ya que los vertidos que no cumplen los límites en sus aguas representan el 37,5% del conjunto de la ría. También con una tasa superior al 30% de puntos tóxicos están las rías de Muros-Noia (33,7%) y Ortigueira (31,5%). Les siguen en contaminación la ría de Corcubión (23%), Baiona (20%), Ferrol (19,7%), Viveiro (18,2%) y Ares-Betanzos (17,1%).

Lires fue la única que cerró el año pasado sin vertido alguno que superase los límites de carga microbiológica o química marcada por la ley. Y entre las rías que presentaron un menor índice de contaminación destacan A Coruña, que al cierre de 2021 tenía 3 puntos tóxicos, lo que supone el 2,3% de todos los vertidos detectados en sus aguas. Sobresalen también Camariñas (1,6%), Cedeira (3%) y Aldán (4%). En la ría de Vigo la tasa contaminante es del 8,3%.

Neutralizados

De los más de 610 puntos de vertido subsanados por Augas de Galicia el año pasado, en la ría de A Coruña fueron neutralizados 69, el mismo número que en Ferrol. Pero el mayor volumen afecta a Arousa (171) y Vigo (72).

Al cierre de año, la Xunta tenía en investigación 19 vertidos: 11 en Arousa, tres en Muros-Noia y uno en las rías de Ferrol, Camariñas, Vigo, Pontevedra y Aldán.

Desde el departamento que dirige Ethel Vázquez destacan que en el período 2010-2021 se recuperaron más de 14,3 millones de metros cuadrados de superficie para el marisquero, con una mejora de las condiciones en 33 zonas de producción de moluscos bivalvos. Las “zonas A” pasaron de representar un 3,1% hace más de una década al 16% en la actualidad.

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