El Gobierno gallego aprobará hoy en su reunión semanal, adelantada un día por ser mañana festivo en Santiago, su plan de gestión del riesgo de inundaciones en la demarcación Galicia-Costa, la mitad occidental de la comunidad, ya que la otra mitad es competencia del Estado. Con una vigencia hasta el año 2027, este programa cuenta con un presupuesto de casi 110 millones de euros y 74 actuaciones dirigidas a prevenir y reducir la anegación de tierras.

Con respecto a los planes anteriores y como novedad, el nuevo identifica ocho zonas donde hay mayor riesgo de inundaciones como consecuencia del cambio climático y en combinación con los usos del suelo o las mareas: son la ría de Arousa y las cuencas de los ríos Lérez, Verdugo, Ulla, Tambre, Mandeo, Eume y Anllóns. Por tanto, la provincia de Pontevedra es la más afectada, al menos potencialmente, por los efectos del calentamiento global, dado que su litoral también es menos agreste que en el norte de la comunidad.

El documento con las actuaciones será remitido al Gobierno central para su aprobación en Consejo de Ministros antes de su entrada en vigor. En total, el plan tiene identificadas 170 áreas con riesgo significativo de quedar bajo las aguas por desbordamiento de los ríos, siendo las más afectadas las zonas de Vigo por el Lagares; Baiona por el Bahíña y el Groba; Carballo por el Anllóns; Caldas de Reis y Portas por el Umia; Padrón, Dodro, Rianxo, Rois, Catoira, Pontecesures y Valga por el Ulla-Sar; Vimianzo por el Campeda; y Viveiro por el Fontecova y el Trasposta, en las que se trabaja ya con planes específicos.

El presupuesto ronda los 110 millones de euros, 50 más que el anterior, de los que la Xunta aportará 56 millones. El resto procederá de las demás administraciones.

Las intervenciones programadas serán de prevención, de protección y de recuperación. Las primeras redundarán en conocer mejor el comportamiento de los ríos, profundizar en los estudios sobre el cambio climático o mejorar la planificación meteorológica y el sistema de avisos.

En cuanto a las medidas de protección, son las que se diseñan para reducir el impacto de las inundaciones, como encauzamientos o drenajes, además de obras de restauración fluvial o de recuperación de lagunas de los propios ríos.

El tercer tipo de actuaciones van dirigidas a facilitar una vuelta ágil a la normalidad tras producirse un desbordamiento. Aquí entrarían las obras de emergencia, las subvenciones o la promoción de seguros frente a las inundaciones.