Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Educación se opone a la ley estatal que prohíbe animales en las aulas

La legislación en marcha sobre Bienestar animal afecta a los proyectos que incluyen seres vivos en los centros educativos

En el CEE de Panxón, burro, cabras, gansos y gallinas forman parte del cuidado proyecto educativo. | // RICARDO GROBAS

“No hay nada más gratificante que ver cómo un menor no teme a un tritón, escruta los movimientos de un gusano o tiene hormigas en sus manos, caracoles o lagartos. No los manipulamos a diario. Simplemente, están en la charca del patio sin interferencias hasta que, como mucho, los ponemos en una lupa”, asegura el director del CEIP de Espiñeira en Aldán, Alfonso Marcos. Explica con cierto orgullo que, el proyecto docente del centro incluye ese estanque en el que crían anfibios y un hotel para insectos, que pueden observar todos los alumnos. “No concibo cómo lo harían si no fuera de ese modo”. Con la filtración de un manantial, lograron un charco en el que –asegura el director– la vida fluye sola. “El agua estaba limpia y por sí, los animales aparecieron: píntegas, tritones o ‘zapateiros’ que reptan debajo del agua”. Anfibios e insectos completan el programa de ciencias; las ranas ayudan en el estudio de las matemáticas.

Del mismo modo, aún más integrado en el proyecto educativo, un burro y varias ovejas, sirven en Panxón para que los alumnos con necesidades educativas especiales entiendan la responsabilidad de criar y mantener a un ser vivo –que, además, está supervisado por veterinarios y el propio servicio de la Xunta, microchipado incluido–. Ambos son un claro ejemplo de proyectos educativos cuya continuidad peligra según la Consellería de Educación , si prospera tal y como está redactada la Ley de Bienestar Animal. “Los animales están registrados y vienen veterinarios al centro. Como cualquier otro animal, si enferma, se notifica”, explica el profesor de Ciencias. Es más, el personal docente se encarga de su cuidado en periodos vacacionales, añaden.

“Aún estando de acuerdo con la finalidad de esta previsión, la Xunta considera necesario hacer matices a esta disposición, de tal forma que queden excluidas de la misma las actividades realizadas con fines de docencia que garanticen la educación del alumnado en el respeto a los seres vivos y los derechos de los animales”, explica la Consellería de Educación en la alegación que acaba de presentar a la Ley estatal. “En este sentido, hace falta señalar que es habitual que los centros trabajen con terrarios, vivarios de hormigas o que en las aulas se explique la evolución de los gusanos de seda a mariposas”, explica la Consellería de Educación en su alegación a la norma. Asimismo, se realizan proyectos con colmenas o visitas a granjas o zoológicos. El Gobierno gallego considera que estas prácticas, realizadas con respeto, no constituyen perjuicio para los animales y contribuyen a que el alumnado se acerque a ellos de una manera responsable, fomentando una idónea formación ecológica y medioambiental con base científica.

La alegación

Tras analizar el texto del Anteproyecto de Ley de protección, derechos y bienestar de los animales de la Secretaría General Técnica del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, la Consellería de Cultura, Educación e Universidade formuló la citada alegación al artículo 43 bajo la rúbrica “Fomento de la convivencia responsable con animales”. La polémica se sitúa en el apartado 5, que dice: “En el ámbito de la convivencia responsable, las instituciones educativas no realizarán prácticas contrarias a la misma, tales como el uso de las aulas como lugar de residencia de animales, la distribución de animales entre los alumnos y cualquier otra práctica similar”.

“Aquí no tenemos nada de interior, todo está en el recinto del colegio. Pero si nos limitan, no sé cómo podríamos hacerlo”, añade Alfonso Marcos. “En el colegio tenemos naranjos, limoneros... cerca de la plantación de la huerta. Los alumnos entienden la polinización. Y ahí abrimos un camino a investigar con flores, ya que los alumnos ven el comportamiento de los insectos”, explica Alfonso Marcos. “Nuestro proyecto está basado en que los conozcan y los respeten”, asegura.

Hotel de animales en el CEIP de Espiñeira (Aldán) SANTOS ALVAREZ

El CEE de Panxón escolariza alumnado con trastornos graves de conducta procedentes de toda Galicia. Pueden cursar las etapas de educación primaria y secundaria en el centro, donde pueden permanecer en régimen de residencia. “Trabajamos con un sector específico de la población que encadena una serie de fracasos educativos, pero también sociales y familiares. Nuestro alumnado es diverso y tiene una enorme dificultad para establecer un clima de convivencia y un vínculo afectivo adecuado tanto en la escuela como en los contextos familiares y sociales”, explican. “Nuestro centro educativo participa del programa “Protege a los animales”, dentro del Plan Proyecta, ofertado por la Consellería de Educación en colaboración con la de Medio Ambiente. Este programa va dirigido al alumnado de Educación Primaria y Secundaria y tiene como objetivo general concienciar en la protección y en el respeto por los animales domésticos asentando valores fundamentales en la tenencia responsable de mascotas”, insisten. “Una de las actividades enmarcadas dentro de este proyecto es “Panxonpet”, que consiste en la cooperación con la protectora de animales “Baisenpulgas” colaborando mediante un sistema de voluntariado establecido en el centro. Pensamos que la única forma posible de luchar contra el abandono y maltrato animal no es leer un texto, sino transmitir actitudes de sensibilidad a través de actuaciones auténticas en el contexto social en el que vivimos. También colaboramos con el refugio de animales “ La Isla de Tali”.

Terrario con mantis o insectos palo

“Desde hace al menos una década, en este centro educativo contamos con una huerta ecológica y una granja con una burra, oveja, cabra, patos, gallinas...” resumen desde la dirección del CEE Panxón. Con las actividades en la huerta y la granja pretenden favorecer la adquisición de rutinas de trabajo estables con horarios y obligaciones que surgen de las necesidades de los cultivos y de los animales. “El objetivo principal es fomentar la responsabilidad individual y de los equipos de trabajo”, añaden.

Trabajan con una estructura de tareas, actividades y ejercicios que favorecen un enfoque de enseñanza que permite la adquisición de conocimientos, destrezas y actitudes de diferentes materias. La actividad de la huerta está ligada al proyecto “Cultivar para consumir”, la actividad de Cocina “Panxón Chef”, muestra de economía circular... Y debido a los intereses del alumnado, el centro cuenta también diferentes terrarios donde observar mantis y bichos palo.

Compartir el artículo

stats