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Medio Rural prevé un verano “especialmente complicado” en incendios

Las quemas vuelven a estar prohibidas hasta nuevo aviso

Un incendio forestal registrado este mes y controlado en la comarca del Deza. | // BERNABÉ / JAVIER LALÍN

El año pasado, la Consellería do Medio Rural desgranaba los datos de la lucha contra incendios forestales con unas cifras que por primera vez rebajaban el número de fuegos por debajo de los mil y que dejaban las hectáreas calcinadas en menos de 4.400, el segundo mejor dato del último lustro. Hay que remontarse a 2017 para encontrar números por encima de las 15.000 hectáreas, aunque este año esta tendencia a la baja podría mudar de ciclo. De hecho, el titular de Medio Rural, José González, avanzaba ayer que su departamento trabaja con la previsión de enfrentar un verano “especialmente complicado” en ese aspecto al tiempo que resaltó la importancia de luchar contra el abandono del campo, en la medida en que también tiene una repercusión en los incendios.

Aunque es pronto, según expertos, para augurar cómo será el verano, como apunta el director de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra, Juan Picos, hay que tener en cuenta que Galicia viene de un invierno que MeteoGalicia resumió como “muy cálido y seco” y durante el que se registró “la menor cantidad de lluvia de la década”. Picos incide en que, a pesar de que hay bajadas más o menos coyunturales, puede suceder que se den las circunstancias para que así ocurra, teniendo en cuenta lo que pueda ocurrir con la meteorología e incluso, apunta, con la recuperación de la vegetación en las superficies que sufrieron la ola de incendios de 2017, cuando sucumbieron al fuego más de 60.000 hectáreas, en su inmensa mayoría en octubre.

Este invierno, apunta, la meteorología estuvo “complicada” por la ausencia de lluvias y, aunque especula con que puede venir un verano muy lluvioso “para compensar”, puede no ocurrir y en ese caso sí comenzaría a haber un “déficit” de agua, no solo en el suelo, incide, sino en las plantas, lo que repercute en que las llamas se propaguen de una manera “más virulenta”.

Menos incendios, pero peores

Al respecto, señala que analizar cuántos incendios hubo en cierto ejercicio y cuánta superficie ardió, que es la forma en la que “estamos acostumbrados” a valorar los datos, “no deja de ser una métrica antigua” porque “lo que está ocurriendo ahora es que muy pocos incendios son los responsable de la mayor superficie quemada y con mayor intensidad”. Hasta el punto, indicó, de que de un análisis de los 30.000 últimos incendios solo 60 fueron responsables del más del 30% de la superficie. Porque son “muy pocos” los que se “escapan” en días de condiciones muy favorables y con combustible en el monte. Por eso entiende que el conselleiro sea “cauto”, porque el año pasado, alega, los datos fueron “excepcionalmente bajos y eso no se estabiliza de forma permanente con los años”. La lucha contra los incendios, recalca este ingeniero de montes, es “un partido muy largo que hay que ganar poco a poco”.

Prohibidas las quemas

Por ahora, la meteorología ya apunta maneras. Así, quedan prohibidas las quemas agrícolas y forestales realizadas por particulares “hasta nuevo aviso” por potenciales complicaciones derivadas de las condiciones climatológicas, alegan desde la Consellería do Medio Rural.

Su titular, José González, avanzaba ayer estas previsiones de la Xunta en Vigo, en una intervención en el Galicia Market Place, un evento organizado por el Círculo de Empresarios de Vigo, donde destacó la importancia de la política contra el abandono del rural para combatir los incendios. En esa línea, explicó el proyecto piloto para desarrollar cuatro aldeas modelo y recuperar 3.000 hectáreas en Ourense.

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