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La diferencia de precios entre vivienda protegida y libre se recortó a la mitad en trece años

El escaso margen desincentiva la construcción de más inmuebles de protección oficial

Viviendas de protección en San Paio de Navia. | // RICARDO GROBAS

Construir vivienda protegida ha dejado de ser viable en muchas localidades gallegas. En las ciudades donde los precios en el mercado libre aún son elevados, a los promotores todavía les compensa involucrarse en este tipo de promociones, pero en el resto del territorio los pisos con tarifas limitadas han perdido atractivo. De hecho, la diferencia de precios entre vivienda libre y protegida se ha reducido a la mitad en trece años. En 2021 el coste medio por metro cuadrado de un piso ronda los 1.210 euros frente a los 959 si es de protección. Son solo un 26 por ciento más baratos (251 euros menos), cuando en 2008 la brecha superaba los 500 euros por metro cuadrado.

La razón es el abaratamiento de la vivienda libre tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria del año 2008. “Esto hizo que en Galicia el mercado libre y el de protección prácticamente se igualaran. En la práctica, esto provocó que las personas en busca de vivienda se interesaran más por la primera opción”, explican desde la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda.

Además de reducirse la diferencia de precio entre ambas modalidades, el Gobierno a partir del año 2013 eliminó las ayudas para la adquisición de vivienda protegida. “El interés de los ciudadanos por comprar inmuebles bajo esta protección se redujo hasta prácticamente desaparecer”, señalan desde la Xunta. Y, por lo tanto, como son promociones impulsadas por la iniciativa privada, la construcción de pisos protegidos se frenó. “Ninguna constructora se involucra en promociones de este tipo si de antemano sabe que no hay compradores para esas viviendas”, explica la Consellería de Medio Ambiente.

No fue una situación exclusiva de Galicia. La diferencia de precios entre vivienda libre y protegida se acortó en todo el país. En todo caso, la Xunta para contrarrestar la pérdida de interés de los ciudadanos por los inmuebles de protección convocó el pasado año ayudas de hasta 20.000 euros para adquirir estos pisos. En 2021 se agotaron los fondos disponibles para estas subvenciones y este año se han vuelto a convocar con un presupuesto de 2 millones de euros. “Están suscitando mucho interés a juzgar por el buen ritmo de las solicitudes recibidas hasta ahora”, avanza la Xunta.

Balance

Según el balance del Plan Rehabita, en Galicia se construyeron desde 2015 un total de 774 viviendas protegidas (con cualificación definitiva). Sin embargo, el grueso se construyó en la provincia de A Coruña (442), en Pontevedra solo se edificaron 156 en este periodo, mientras que en Ourense fueron 105 y en Lugo, 71. Estos son inmuebles promovidos por la iniciativa privada pero a precios tasados y cuyos compradores pueden optar a ayudas públicas.

De hecho, más de 600 gallegos recibieron subvenciones para la adquisición de estos pisos protegidos. De estas ayudas, más de la mitad fueron dirigidas a jóvenes para comprar viviendas en el rural.

Pero además están las promociones impulsadas directamente por el Instituto Galego de Vivenda e Solo. Entre 2015 y 2020 se ejecutaron 858, el 98,6 por ciento de lo previsto en el Plan Rehabita, a las que hay que sumar otras 125 de promoción pública concertada.

Además de la compra, según recoge el balance del Plan Rehabita, se concedieron en los últimos cinco años 14.750 ayudas para el alquiler al amparo del Plan Estatal de Vivenda. Vigo acaparó el 22 por ciento de estas subvenciones para ayudar a costear el arrendamiento.

Al margen de esta convocatoria general, en 2020 y 2021 la Xunta sacó una orden de ayudas específicas para ayudar a pagar el alquiler a aquellas personas cuya situación económica se viera deteriorada por la crisis derivada del COVID. Hubo un millar de beneficiarios. La cuantía de esta ayuda fue de un máximo de 500 euros al mes durante un periodo de seis meses. Se gastaron 2,3 millones de euros.

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