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"Inquietud" en la comunidad docente ante unos nuevos currículos "tardones"

Docentes, entre la "preocupación" y la "resignación": “Los cambios son tantos y van tan rápido que no somos capaces ni de hablarlo”, alega un profesor

Adolescentes en una clase. | // XOÁN ÁLVAREZ

La Consellería de Educación lleva semanas reprochando al Gobierno central su retraso en la publicación de su parte de los nuevos currículos que regirán qué estudian y cómo los estudiantes que se formen con arreglo a la Lomloe. A partir de septiembre les tocará a los cursos impares y desde la Xunta advierten que hasta ese mismo mes, dadas las circunstancias –el currículo de ESO del Gobierno es oficial desde esta semana y el de Bachillerato aún no ha llegado al BOE– no estarán publicadas las versiones autonómicas. Mientras, el tiempo vuela en el reloj de los centros, que avisan de que, pasada la Semana Santa, el final está ahí. Equipos directivos y docentes viven con “inquietud” el cambio, “pendientes” y a expensas de la normativa.

Lo apunta Isabel Ruso, presidenta de la Asociación de Directores e Directivos de Institutos de Galicia, quien asegura que “todos” están “muy preocupados”. Ni los docentes saben el número de horas de las materias que impartirán ni los chicos que empiezan Bachillerato, que vivirán la reforma en primera persona los dos años, pueden ser informados aún. Lo suscribe una orientadora, al indicar que con el alumnado de 4º de ESO “hay dificultad para hacer la orientación profesional” y tampoco el Bachillerato general, pensado para alumnos que no tengan claro por dónde tirar, por ejemplo, estará disponible en todos los centros.

Acumulación de tareas

En todo caso, esa orientadora advierte que tienen otros frentes abiertos en los que están ahora concentrados, como el trabajar en la promoción y titulación conforme a la ley. Algo similar menciona Javier Gómez Vila, catedrático de Historia en el instituto Nosa Señora dos Ollos Grandes, en Lugo, quien recalca que ahora mismo en su centro están resolviendo temas “también novedosos y más acuciantes”, como puede ser, asegura, qué hacer con los alumnos aprobados entre el 6 y el 22 de junio, una cuestión que obliga a tomar decisiones conjuntas y a hacer una adenda en las programaciones. Eso y, como citaba la orientadora, la titulación y la evaluación, que urge solucionar porque “el final de curso está ahí”. “Los cambios son tantos y van tan rápido que no somos capaces ni tan siquiera de hablarlo”, lamenta.

María Sío, directora del IES San Tomé de Freixeiro, en Vigo, traslada que “la sensación que tiene la comunidad educativa es de un cierto cansancio, resignación e incertidumbre porque estamos en abril y a estas alturas deberíamos tener todo definido para poder trabajar”. Porque cambiará la metodología y hace falta una formación previa, articular programaciones didácticas, explorar recursos... “Todo eso lleva un tiempo que los docentes no van a tener porque la situación es la que es”, aduce. Menciona también repercusiones en las optativas de los centros o en los libros, que deben ser “remodelados” y de los que están pendientes editoriales y familias. Sío considera que “no hay tiempo para cumplir los plazos y, si lo hay, ese cumplimiento va a ser testimonial, no una labor de calidad, y no por falta de ganas de los docentes, sino porque no hay forma de adaptarse a un calendario precipitado y sin margen de actuación o de reflexión”.

La directora del IES Valadares de Vigo, Eva López, admite que los cambios siempre “afectan e incomodan”, pero llama a no “alarmarse”, sino a arrimar el hombre e intentar normalizar y facilitar” después de unos años que fueron “difíciles”. “Vamos a intentar llevarlo con la mayor normalidad posible, siendo comprensivos y sabiendo que este va a ser un curso de transición”, insta. Con todo, admite que a los centros les espera “un fin de curso incómodo” y con “incertidumbres” en lo que respecta a los itinerarios, aunque “más o menos” los profesores de cada departamento conocen ya las materias que se pueden ofertar.

Los progenitores

Las anpas están más pendientes de los cambios que llegan con el currículo –aprueban que la ESO no sea una traba para nadie–, aunque lamentan una “incertidumbre a la que desgraciadamente nos tienen un poco acostumbrados”, como asegura Isabel Calvete, vicepresidenta de la Confederación Anpas Galegas. La entidad insta a la Xunta a “ponerse las pilas”. Apunta que ya se puede pedir beca al Ministerio y los jóvenes van a solicitarlas sin saber “qué tipo de Bachillerato van a hacer”. Desde Confapa, su presidente, Rogelio Garrido,, añade que “los currículos llegan siempre tarde” sin que exista una “justificación” y que los padres están a expensas de saber qué pasa con los libros. Además, se solidariza con los docentes, expuestos a cambios cada poco tiempo.

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