La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña con sede en Santiago ha condenado a un hombre a dos años y medio de cárcel por cuatro delitos de maltrato de obra en el ámbito doméstico por castigar a su hija menor de edad con duchas frías y correazos con el cinturón.

Así consta en la sentencia, recogida por Europa Press, dictada en diciembre de 2021, que ratifica el fallo de septiembre del año pasado del Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago de Compostela.

En concreto, el acusado fue condenado como responsable en concepto de autor de cuatro delitos de maltrato de obra en el ámbito doméstico a las penas, por cada uno de ellos, de siete meses y 15 días de prisión con la accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, así como privación del derecho a la tenencia y porte de armas por tiempo de dos años.

Además, el tribunal le ha prohibido aproximarse a menos de 200 metros a su hija menor, a su domicilio, lugar de estudios o trabajo o cualquiera en que se encuentre y a comunicarse con ella por cualquier medio por tiempo de un año, siete meses y 15 días, así como al pago de 4/5 de las costas procesales.

Mientras, el acusado fue absuelto del delito de malos tratos habituales que se le imputaba, con declaración de oficio de 1/5 de las costas. Y en calidad de responsabilidad civil el acusado indemnizará a su hija en la cantidad de 2.000 euros.

Hechos probados

En el relatado de hechos probados, el fallo de la Audiencia Provincial recoge que "se aceptan los de la sentencia recurrida". Así, se considera que el procesado, mayor de edad y sin antecedentes penales, ostentó la guarda y custodia exclusiva de su hija nacida en 2004 desde que sobre el año 2006 se trasladó con ella a vivir a España mientras que su madre permaneció en Ecuador.

Por razones laborales del acusado vivieron en diferentes ciudades de la geografía española y desde aproximadamente el año 2010 residieron con la nueva esposa del padre a cuyo cuidado, o de la madre de esta, solía quedar la menor en las frecuentes ausencias del progenitor por motivos laborales.

"El estilo educativo del acusado con su hija era riguroso y autoritario llegando en ocasiones, especialmente cuando se producía un consumo abusivo de alcohol por parte del acusado, a ser agresivo tanto con ella como con su segunda esposa lo que, junto a otros factores, provocaba en la menor un sentimiento de falta de afecto y de baja autoestima con tendencia al auto desprecio y auto castigo que repercutió en su salud mental llegando a desarrollar un trastorno depresivo de significativa entidad clínica", esgrime el fallo.

Castigos

Uno de los castigos que el acusado aplicaba a su hija en determinadas ocasiones "en que consideraba que había hecho algo mal", se añade en la sentencia, "era obligarla a meterse en la ducha con agua fría y golpearle en las piernas y nalgas con la correa del cinturón". Así lo hizo en, al menos, dos ocasiones cuando vivían en Madrid y la menor contaba con 10 u 11 años.

En otra ocasión, la menor se retrasó siete minutos de la hora que el acusado le había fijado para regresar a casa tras salir con sus amigos, y al llegar su padre le dijo que "iba a recibir siete correazos por los siete minutos de retraso y comenzó a golpearla en las piernas con el cinturón", se señala en el fallo. Y en 2017 el acusado "volvió a golpear a la menor con el cinturón en una ocasión por las malas notas que había llevado", puntualiza.

El recurrente ha apelado la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal número 2 de Santiago alegando que "no se ha practicado prueba de cargo suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia y que se le condena por hechos que adolecen de falta de precisión". Asimismo, sostuvo que la condena "se fundamenta en testimonios inconcretos como la declaración de la víctima y que no han sido correctamente valorados".oncluye el fallo.