El paro del transporte amenaza no solo la viabilidad de muchas granjas gallegas, sino la propia vida de sus animales por la escasez de materia primaria para alimentarlos. Favorecer la soberanía alimentaria emerge en el debate público al mismo tiempo que se discute cómo reducir la dependencia de la energía foránea en medio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Esta concatenación de problemas obliga a replantear soluciones que sirvan de paraguas ante desabastecimientos como los que se padecen actualmente. En el caso de los animales, la tecnología puede servir para reducir la huella contaminante de la cabaña gallega y desarrollar la economía circular. Un ejemplo ilustra el objetivo de una política de la Consellería de Medio Rural: “¿Te sobran manzanas para mis cerdos?”.
La Axencia Galega de Desenvolvemento Rural tiene varias ideas y un campo de experimento en las llamadas aldeas inteligentes, 17 enclaves donde quiere impulsar la aplicación de las nuevas tecnologías al campo y facilitar así la fijación de población, reduciendo el éxodo hacia los ámbitos urbanos y recuperando tierras abandonadas.
Ese organismo quiere traducir esas ideas en soluciones tecnológicas, por lo que ha abierto una consulta preliminar al mercado, es decir, informa a las empresas de las aplicaciones que busca para que estas le ofrezcan opciones. Si le convencen, las compra. “El objetivo es que las aldeas modelo sirvan de escaparate de cómo la aplicación de las nuevas tecnologías o soluciones innovadoras puede permitir superar los problemas específicos del entorno rural”, alega la agencia.
Un de ellas pretende potenciar “la sostenibilidad y la economía circular de la producción agraria”, fijando un sistema que permita aprovechar residuos de un enclave en otro, como emplear “los destríos de la producción de manzana de una aldea para alimentar la ganadería extensiva de otra”.
Los destríos son las piezas de fruta o verdura de mal aspecto o dañadas durante la recogida o empaquetado y que no pueden llegar al consumidor, pero sí alimentar, por ejemplo, los animales de otra aldea cercana. De esa forma, se reduciría la dependencia de piensos traídos de fuera y se reutilizaría un producto que, de otra manera, podría acabar en la basura.
Ese reciclaje también debe ser un pilar para lograr “sistemas para la autosuficiencia energética o comunidades energéticas de las aldeas”. Imaginen una granja que cuenta con paneles solares excedentarios en producción de electricidad. ¿Cómo se puede derivar hacia sus vecinos u otras aldeas y que todos se beneficien? La citada agencia de la Xunta quiere que el mercado plantee vías para explorar esa opción.
No son las únicas soluciones que Medio Rural quiere buscar en el mercado. Pretende que las empresas ofrezcan soluciones para “desarrollar herramientas y aplicaciones para que el rural cuente con servicios electrónicos, incluyendo la promoción de sus productos, el comercio y el turismo.
También se aspira a que otra aplicaciones permitan certificar con mayor facilidad los estándares de calidad de los productos y concederles así un valor añadido.
