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Ayuso y Vox retoman en Madrid el plan para recortar diputados que Feijóo barajó en Galicia

El PP apoya al partido de Abascal para reducir políticos y ahorrar dinero. El presidente gallego amenazó con imponerlo en 2012

Feijóo e Isabel Díaz Ayuso en un acto del PP el día 16. | // J. MARTÍN/EFE

Alberto Núñez Feijóo se ha esforzado en distanciarse de Vox desde la irrupción de esta formación en el tablero político, pero su salto al liderazgo del PP estatal ha pulido las aristas de su discurso, tras introducir el concepto de violencia intrafamiliar en el debate, siguiendo la estela de los de Abascal, que niegan una lacra específica de carácter machista. Los vínculos vuelven a establecerse ahora con la alianza de PP y Vox en Madrid para reducir los diputados autonómicos, un plan que Feijóo amenazó con imponer en Galicia de forma unilateral hace una década, aunque finalmente lo aparcó.

El motivo principal de plantear el debate es el mismo: ahorrar recursos. Y Vox lo hace enarbolando la bandera con la que Feijóo llegó a la Xunta en 2009 y capeó la crisis financiera mundial que se generó después: la austeridad.

La austeridad y la ejemplaridad deben ser valores que acompañen de forma permanente, especialmente en tiempos de dificultad, la gestión y acción de los políticos y los gestores públicos”, alega la iniciativa de Vox en la asamblea de Madrid para reducir de 136 a 91 sus parlamentarios. El PP de Isabel Díaz Ayuso apoyó la iniciativa, aunque para que prospere son necesarios los votos favorables de dos tercios de los miembros del hemiciclo autonómico. Resulta imprescindible el aval de algún grupo de la izquierda.

En Galicia ya se vivió ese debate. El 26 de julio de 2012 Feijóo avanzó su intención de adelgazar el hemiciclo gallego en un momento de desgaste de la política ante el momento más duro de la crisis derivada de la quiebra de Lehman Brothers, que generó un efecto dominó en la economía mundial. Entonces, amenazó a la oposición con usar su mayoría absoluta para imponer en solitario un cambio del mapa político gallego mediante una modificación de la Ley Electoral.

Su plan pasaba por aferrarse a la horquilla que permite el Estatuto de Autonomía de 60 a 80 diputados. En la actualidad es de 75 y la intención de Feijóo en 2012 era rebajarlo a 61.

La oposición alzó la voz de alarma y criticó la maniobra por entender que se trataba de una estratagema para potenciar la Galicia interior, el habitual granero de votos del PP. Al fijarse 10 escaños fijos por provincia y repartirse solo otros 21 por población, aumentaría el peso de Ourense y Lugo. El sistema que se mantiene distribuye 35 en función del padrón municipal, por lo que 46 se escogen entre Pontevedra y A Coruña y 29 en el interior.

“Recortar parlamentarios es compatible con bajarles el sueldo”, alegó Feijóo ante las contrapropuestas de la oposición.

Sin embargo, el órdago del que es ya presidente electo del PP estatal tras cosechar el apoyo de casi el 100% de la militancia quedó en nada tras los comicios autonómicos de octubre de 2012, en los que revalidó su mayoría absoluta. Alegó la falta de consenso con la oposición para sacar adelante una medida como la que ahora plantea Vox en Madrid –ya lo avanzó el año pasado– con el apoyo de Díaz Ayuso.

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